El arte con El Pa¨ªs

Ahora que se celebra el 25? aniversario de la creaci¨®n de Arco, es l¨®gico que EL PA?S haga su propio balance conmemorativo de su participaci¨®n en la multitudinaria feria madrile?a, pues no en balde, desde 1993, monta su propio stand, donde ha venido exhibiendo una parte sucesiva de lo mejor del arte vivo de nuestro pa¨ªs. Salvo en 2000, en el que hizo una selecci¨®n antol¨®gica con ocho artistas espa?oles de varias generaciones, y salvo en 1995, cuando mostr¨® la obra del colombiano Botero, que hab¨ªa creado una expectaci¨®n p¨²blica inusitada con motivo de la exposici¨®n de esculturas en Madrid, la norma seguida hasta el momento ha sido la de exhibir de forma sucesiva y monogr¨¢fica a los artistas m¨¢s destacados de nuestro pa¨ªs, empezando por Miquel Barcel¨® en 1993 y repitiendo con ¨¦l el pasado a?o.

Todo proyecto pensado para durar tiene lo realizado en el pasado como manifestaci¨®n de la excelencia que pretende, pero no cierra el futuro a lo a¨²n no presentado, bien porque todav¨ªa no ha habido oportunidad, bien, sobre todo, porque ha de dejar la puerta abierta al arte emergente. En cualquier caso, la lista de los que han pasado por Arco a trav¨¦s de EL PA?S hasta el momento es muy contundente, ya que en ella est¨¢n, adem¨¢s del ya mencionado doblete de Barcel¨® y el caso excepcional de Botero, Antonio L¨®pez, Antoni T¨¤pies, Eduardo Chillida, Jos¨¦ Mar¨ªa Sicilia, Pablo Palazuelo, Eduardo Arroyo, Cristina Iglesias, Luis Gordillo, Manuel Vald¨¦s, Carmen Laff¨®n y, por fin, en el presente a?o, Juan Navarro Baldeweg.

Ciertamente no hace falta ser un experto para reconocer la val¨ªa de todos estos artistas, el m¨¢s veterano de los cuales y todav¨ªa venturosamente vivo y activo, Pablo Palazuelo, naci¨® en 1916, mientras el m¨¢s joven es Barcel¨®, nacido en 1957, 41 a?os despu¨¦s que el anterior. Al margen de este amplio arco cronol¨®gico, entre estos artistas se reconocen las tendencias m¨¢s importantes del arte espa?ol de la segunda mitad del siglo XX, desde el informalismo y los realismos madrile?o y sevillano hasta las diversas interpretaciones locales del arte pop y, por supuesto, al arte surgido despu¨¦s de la transici¨®n democr¨¢tica de nuestro pa¨ªs, aqu¨ª representado por Barcel¨®, Sicilia y Cristina Iglesias.

El caso del artista seleccionado en la presente edici¨®n conmemorativa es realmente muy singular, porque Juan Navarro Baldeweg, nacido en Santander en 1939, es conocido, dentro y fuera de nuestras fronteras, por sus respectivas trayectorias en paralelo de arquitecto y artista pl¨¢stico. Al comienzo de su carrera como artista, hacia finales de los a?os sesenta y comienzos de los setenta, es verdad que Navarro Baldeweg realizaba una obra que se encuadraba dentro del llamado arte conceptual, lo cual, en cierto sentido, facilitaba m¨¢s el di¨¢logo entre sus dos campos de actividad, pero a partir de aproximadamente 1980 se ha dedicado a la pintura y escultura, y en especial a la primera. Esta versatilidad de lenguajes no es rara dentro del revolucionario arte del XX, pero es muy excepcional que un autor logre ¨¦xito y reconocimiento cr¨ªtico en ambos, como le ha ocurrido a Navarro Baldeweg, que ha obtenido los m¨¢s importantes premios en arquitectura y artes pl¨¢sticas y que es miembro de n¨²mero de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, donde ingres¨® con un profundo y hermoso discurso, donde no s¨®lo explicaba su personal po¨¦tica art¨ªstica, sino desentra?aba el misterio de su capacidad creadora, que trasciende las especialidades y los g¨¦neros. Esta disponibilidad art¨ªstica, que no excluye el razonamiento, porque Navarro Baldeweg es un muy notable escritor y ense?ante -ocupa desde hace cerca de 30 a?os una c¨¢tedra en la Escuela Superior de Arquitectura de Madrid-, hace muy oportuna, a mi juicio, su selecci¨®n en la presente edici¨®n de Arco, donde ¨¦l ha expuesto regularmente, pero donde, con la atenci¨®n que tambi¨¦n se presta a la arquitectura y al dise?o, ha tenido y tiene muy variados acomodos. Por lo dem¨¢s, todos estos campos han despertado asimismo siempre la atenci¨®n de EL PA?S en cualquiera de sus publicaciones peri¨®dicas, y en particular de su suplemento cultural Babelia.