El 'show' de Mart¨ªnez

Juan Mart¨ªnez (nombre ficticio) se acaba de levantar. Son las nueve de la ma?ana y hoy no tiene que ir a trabajar. Eso le permitir¨¢ hacer varias gestiones en la ciudad. Su actividad quedar¨¢ reflejada, sin que ¨¦l sea consciente, en miles de videoc¨¢maras de seguridad. A trav¨¦s de ellas es posible reproducir la vida de un madrile?o, sin que ninguna autoridad controle esta violaci¨®n de su intimidad.

Antes de salir de su urbanizaci¨®n, en Chamart¨ªn, Juan ya est¨¢ siendo grabado. La junta de propietarios decidi¨® instalar, como medida de seguridad, un circuito cerrado de televisi¨®n. El vigilante de seguridad ya sabr¨¢ antes de que suba a su coche que el protagonista de esta historia va vestido con unos pantalones vaqueros y una cazadora de cuero marr¨®n.

4.500 'ojos electr¨®nicos' vigilan sin descanso cada rinc¨®n de la nueva terminal de Barajas

La polic¨ªa admite que es "imposible" saber cu¨¢ntas c¨¢maras hay en los comercios

Renfe, igual que Metro, cuenta con una red electr¨®nica que graba dentro de los vagones

Juan arranca su coche y sale a la calle. No se percata de que junto al sem¨¢foro hay un m¨¢stil de acero en cuyo extremo superior hay una c¨¢mara del Ayuntamiento. El Centro de Gesti¨®n de la Movilidad, situado en un edificio de San Blas, est¨¢ recibiendo en tiempo real las im¨¢genes de las 102 c¨¢maras que tiene distribuidas por la capital para el control del tr¨¢fico. Est¨¢ previsto que este n¨²mero aumente en otras 26 para poder visionar las principales arterias de la capital.

La nitidez de estas c¨¢maras es tal que sus operadores pueden ver con claridad las matr¨ªculas de los veh¨ªculos. "No las utilizamos para sancionar. Tan s¨®lo nos interesa si en una calle hay un gran atasco o si hay que aumentar la fase verde de los sem¨¢foros en un determinado punto", explica el subdirector general de Circulaci¨®n, ?ngel Mateos. "Si no fuera por estas pantallas, ir¨ªamos a ciegas a la hora de regular el tr¨¢fico y dirigir a los conductores por los lugares menos transitados", a?ade el jefe del Departamento de Tecnolog¨ªas del Tr¨¢fico, Carlos Rubio. Tambi¨¦n disponen de visores en los t¨²neles, que alertan de accidentes o de si un veh¨ªculo ha quedado detenido en el arc¨¦n.

El ciudadano Mart¨ªnez sigue conduciendo su coche hasta llegar al centro de la ciudad. Como las calles est¨¢n plagadas de dobles filas, decide no perder el tiempo y meter su veh¨ªculo en un aparcamiento subterr¨¢neo. No repara en un peque?o mensaje del aparato expendedor del tique: "Espere un momento". Al instante, un peque?o lector de caracteres (OCR, en su versi¨®n inglesa) ficha su matr¨ªcula, fotograf¨ªa el veh¨ªculo e introduce la imagen en el sistema inform¨¢tico del estacionamiento. Adem¨¢s, el n¨²mero de la placa sale impreso en el resguardo de entrada. Sus movimientos son grabados al segundo. El operador que controla los monitores sabe as¨ª que Mart¨ªnez ha estacionado en la plaza 243 de la segunda planta y que ha decidido coger del maletero un moderno malet¨ªn.

Mart¨ªnez sale silbando del aparcamiento, pr¨®ximo a la Puerta del Sol, y pasa junto a la sede central de un conocido banco. Tambi¨¦n las c¨¢maras le siguen. En este caso, la entidad bancaria incumple la normativa y controla con sus videoc¨¢maras toda la acera. Graba a todos los viandantes.

La Ley de Seguridad Privada, aprobada en 1992, y el reglamento que la desarrolla obligan a los establecimientos m¨¢s susceptibles de ser asaltados a estar dotados con este sistema de videovigilancia. Entre ellos est¨¢n los bancos, las joyer¨ªas, las administraciones de loter¨ªa, los casinos, los centros de producci¨®n de energ¨ªa y los pol¨ªgonos industriales, entre otros muchos. De su control se encarga la secci¨®n de seguridad privada del Cuerpo Nacional de Polic¨ªa. Fuentes de la Jefatura Superior de Madrid reconocieron a EL PA?S que es "imposible" saber el n¨²mero de c¨¢maras que hay en los comercios y si ¨¦stas cumplen la normativa de grabaci¨®n, acceso y rectificaci¨®n que recoge la ley. "Habr¨ªa tantas casi como comercios importantes", reconocieron esas fuentes policiales.

Mart¨ªnez decide entrar en un gran almac¨¦n de la Puerta del Sol para comprar un disco. Le llama la atenci¨®n un aparatejo negro esf¨¦rico que hay colgado del techo. Pero no le da mayor importancia. Supone que es alg¨²n sistema de detecci¨®n del fuego. Nada m¨¢s lejos de la realidad. Se trata de una c¨¢mara llamada de tipo domo, que permite giros de 360 grados, por lo que domina todo el local.

Un reciente estudio de la Asociaci¨®n de Fabricantes y Distribuidores Aecoc determin¨® que los hurtos en establecimientos suponen p¨¦rdidas para el sector de unos 1.650 millones de euros, lo que sale una media de 37 euros por cada ciudadano. El perfil del descuidero es el de una persona menor de 30 a?os que roba entre la una y las cinco de la tarde o a partir de las siete. Suele llevarse objetos valorados en m¨¢s de 30 euros de media y opta por productos frescos, textil, m¨²sica-ocio y bazar.

Muy pocos establecimientos advierten a sus clientes de que existe un circuito cerrado de televisi¨®n. Y eso que estos carteles suelen ser disuasorios para los amantes de lo ajeno. "Desde que he puesto estas c¨¢maras, entran menos chavales para quitar chocolatinas o revistas", se?ala el due?o de una gasolinera. "Tambi¨¦n me sirven en caso de que haya discusiones sobre el billete con el que me ha pagado un cliente o el cambio que le ha dado mi empleado", a?ade. Las grabaciones, en caso de delito, sirven como prueba judicial, pese a no estar anunciada su existencia. Eso s¨ª, un cartel anuncia que todo delito ser¨¢ denunciado a la polic¨ªa.

Tras salir del establecimiento, Mart¨ªnez se marcha a la plaza Mayor, donde ha quedado a tomar el aperitivo con unos amigos. Mientras camina, pasa al lado de un cartel que le avisa que 26 c¨¢maras instaladas por el Ayuntamiento de Madrid est¨¢n grabando todos sus movimientos. En este caso, son im¨¢genes que capta la Polic¨ªa Municipal, tras haber recibido hace unos meses el visto bueno de la Comisi¨®n Regional de la Videovigilancia. Este organismo se encarga de velar por la intimidad y la propia imagen de los ciudadanos.

El ciudadano recuerda al mediod¨ªa que tiene que ir a su empresa a firmar unos documentos. En el edificio que tiene su compa?¨ªa tambi¨¦n es grabado desde que entra hasta que sale. Al cabo de un rato recuerda que tiene que ir a recoger a un amigo al aeropuerto de Barajas. De nuevo, los ojos electr¨®nicos siguen control¨¢ndole en esta enorme ciudad aeroportuaria. El director de Aeropuertos Espa?oles y Navegaci¨®n A¨¦rea (AENA), Javier Mar¨ªn, se?al¨® durante la presentaci¨®n de la terminal T-4 que 4.500 c¨¢maras vigilan Barajas.

Mart¨ªnez decide trasladar a su amigo en un conocido hotel del paseo de la Castellana. Le acompa?a hasta su habitaci¨®n, ya que el equipaje pesa mucho. Los vigilantes de seguridad siguen sus pasos a trav¨¦s de la recepci¨®n y los pasillos hasta que llega a su estancia. Juan deshace su camino y se va a casa.

Esta tarde hay partido de f¨²tbol en el estadio Santiago Bernab¨¦u. El Real Madrid se enfrenta por la noche en un partido de competici¨®n europea. Sabe que aparcar en las inmediaciones del estadio de Chamart¨ªn resulta muchas veces imposible, por lo que decide ir en metro. De nuevo, est¨¢ siendo grabado desde el techo.

Metro dispone hoy de 3.447 c¨¢maras de vigilancia que se encargan de controlar las 192 estaciones, los 278 vest¨ªbulos, las 1.223 escaleras mec¨¢nicas y los 253 ascensores de que consta la red. El n¨²mero llegar¨¢ antes de verano a las 4.500. Hasta ahora, el 45% de las im¨¢genes que captan esas videoc¨¢maras son enviadas en tiempo real al centro de seguridad que Metro posee en la estaci¨®n Alto del Arenal, en el n¨²mero 248 de la avenida de la Albufera, en Puente de Vallecas.

De las 192 estaciones del metro, s¨®lo se graban las im¨¢genes en 87. Este n¨²mero tambi¨¦n ir¨¢ creciendo en el futuro, ya que se trata de un sistema caro y complejo, seg¨²n fuentes de la empresa. Un detalle importante: la compa?¨ªa informa al viajero en las entradas de que est¨¢ siendo grabado. "Cada d¨ªa laboral cogen el metro una media de dos millones y medio de viajeros. Llevamos con el sistema de vigilancia ocho a?os y no hemos recibido ninguna reclamaci¨®n. Es m¨¢s, la gente lo agradece", explica el director de operaciones de la empresa, Aurelio Rojo.

El proyecto de Metro pasa por crear puntos de seguridad en las cabeceras de todas las l¨ªneas. All¨ª ir¨ªan las im¨¢genes captadas por las c¨¢maras de las estaciones de ese ramal. Ser¨¢n acristalados para que se pueda ver su interior. Adem¨¢s, se instalar¨¢n pantallas gigantes que reproducir¨¢n las im¨¢genes captadas. "El viajero se sentir¨¢ seguro y protegido. Siempre hay un respeto absoluto a su intimidad", concluye Rojo.

Igual ocurre en la estaci¨®n de ferrocarril de Chamart¨ªn, que controla Renfe. Un total de 100 c¨¢maras de alta definici¨®n env¨ªan todas las incidencias que se producen en los andenes, en el vest¨ªbulo y en el aparcamiento. Su capacidad es tal que permite ver el precio de algunos productos que se venden en los establecimientos de la estaci¨®n. Vigilantes especializados se encargan de visionarlas durante las 24 horas del d¨ªa. "Nos permite evitar que haya mendigos en la estaci¨®n o detectar a descuideros y ladrones dentro de la estaci¨®n. Tambi¨¦n sirven para tomar medidas en caso de que haya alg¨²n tumulto o no funcione alguna escalera mec¨¢nica", explica un responsable de seguridad de Renfe. "Los carteristas, por ejemplo, madrugan mucho. Muchas veces hemos avisado a la v¨ªctima de que le hab¨ªan robado antes de que se diera cuenta de la sustracci¨®n", a?ade este mando.

Renfe, igual que Metro, cuenta con c¨¢maras que graban dentro de los vagones. Esto es especialmente interesante para acabar con los grafiteros que suelen parar los trenes y golpear a los vigilantes para pintarrajear los convoyes.

Cuando Juan Mart¨ªnez entra en el Santiago Bernab¨¦u, tambi¨¦n es grabado. Los equipos de f¨²tbol que est¨¦n en Primera o Segunda Divisi¨®n tienen que disponer en sus estadios de potentes c¨¢maras de videovigilancia, controladas desde un puesto de seguridad. Estos visores deben permitir fotografiar a un espectador o a un grupo de ¨¦stos. Da lo mismo cu¨¢l sea su ubicaci¨®n en el estadio. Este sistema ha permitido la detenci¨®n de aficionados que han lanzado objetos a los jugadores o que han encendido bengalas o fuegos pirot¨¦cnicos.

Mart¨ªnez, satisfecho tras la victoria de su equipo, vuelve a casa. Ignorando que toda su jornada ha sido grabada sin que nadie le avisase. Sin saberlo, ha sido una especie de Truman Burbank, el protagonista de la pel¨ªcula El show de Truman, que a su vez es la estrella de un popular programa de televisi¨®n en el que aparece involuntariamente durante las 24 horas del d¨ªa desde el d¨ªa de su nacimiento. El pueblo donde vive Truman (Jim Carrey) es un enorme decorado y las personas con las que se relaciona son simples actores, a los que graba un descomunal entramado de c¨¢maras ocultas. En Madrid hay miles. Un Gran Hermano urbano.