Amor de p/madre
Cuando se llamaba Stanley, curs¨® estudios universitarios extraordinariamente variados, que hicieron de ¨¦l una persona como poco cultivada. Ahora que responde por Bree y est¨¢ a punto de operarse para que le estirpen el pene y los test¨ªculos, intenta pasar lo m¨¢s inadvertida posible, tanto en su entorno (un barrio pobre e hispano de Los ?ngeles) como en su trabajo, un discreto restaurante mexicano: el coste de sentirse normal, en una palabra. S¨®lo est¨¢ a la espera de la firma de su psic¨®loga para acceder al ansiado quir¨®fano. Y en eso, recibe una llamada que le informa: a) que no est¨¢ tan sola en el mundo como querr¨ªa, como pretende; b) que es padre de un joven con problemas con la ley y que vive en la otra punta de EE UU, en Nueva York. Y su psic¨®loga, con toda prudencia y buen tino, le dice que s¨®lo le firmar¨¢ el permiso para operarse si antes resuelve el entuerto del d¨ªscolo cr¨ªo... y de su postergada paternidad.
TRANSAM?RICA
Direcci¨®n: Duncan Tucker. Int¨¦rpretes: Felicity Huffman, Kevin Zegers, Fionnula Flanagan, Elizabeth Pe?a, Graham Greene. G¨¦nero: drama. EE UU, 2005. Duraci¨®n: 103 minutos.
Con esta premisa, una actriz superlativa (Felicity Huffman: le ha salido a Reese Witherspoon una seria rival para los Oscar de dentro de unos d¨ªas) que, como Carmen Maura en La ley del deseo, encarna con extraordinaria perspicacia a un transexual, y una estructura tan querida en el cine americano como es la de la historia itinerante, la de la peripecia personal incardin¨¢ndose con el paisaje y con gentes desconocidas. Duncan Tucker debuta en la direcci¨®n con un filme peque?o y tocado por la gracia de lo honesto, una de esas maravillas del cine independiente americano que escapan por igual a la facilidad de la comedia de di¨¢logos constantes (y a menudo farragosos) y a la peripecia cansinamente generacional.
Pulso seguro
Como Bree descubrir¨¢ muy pronto, en la vida resulta siempre conflictivo pasar inadvertida, sobre todo cuando uno (o una, como ella se siente) arrastra lo que arrastra. Y har¨¢ tambi¨¦n otro descubrimiento: no se puede mentir mucho tiempo y enga?ar a muchas personas... y mucho menos a una que est¨¢ llamada a desempe?ar un papel fundamental en su vida.
Tucker cuenta esta historia de un doble aprendizaje para la convivencia, el de Bree y el de su no deseado reto?o, Toby (el joven Kevin Zegers, muy plausible en su caracterizaci¨®n de muchacho amoral pero con restos de su juvenil inocencia a¨²n intactos), con pulso seguro y sin cargar demasiado las tintas. Lo hace a partir de enfrentar a ambos con situaciones que los forzar¨¢n a ser m¨¢s tolerantes, y sin juzgar jam¨¢s sus comportamientos. Y a la postre, el filme es un cuidado retrato de seres perdidos en una existencia que entienden mal, prisioneros de sus deseos tanto como de sus debilidades, y condenados a entenderse. Es tierna y comedida, aunque no reh¨²ye las situaciones fuertes, e incluso la s¨¢tira familiar y costumbrista; es un prometedor debut.
Babelia
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