Otra vez C¨¢diz
Te¨®fila Mart¨ªnez clamaba en este peri¨®dico el domingo 19 de Marzo contra "la invasi¨®n de la desmemoria" en relaci¨®n a la conmemoraci¨®n del Bicentenario de la Constituci¨®n de C¨¢diz a celebrar en 2012. Para realzar la celebraci¨®n se a?adi¨® al monumento de las Cortes un elemento nunca previsto en su dise?o original, un pebetero, y vinieron a C¨¢diz Zaplana y Aguirre. Rajoy tambi¨¦n comenz¨® en C¨¢diz hace poco, aunque parece que fue hace dos siglos, su campa?a contra el Estatuto catal¨¢n. Perm¨ªtaseme afirmar que con la historia sacada de su contexto y de su tiempo se hacen estragos que podemos calificar de hist¨®ricos. Esos gestos de postrarse ante un presunto Altar de la Patria -porque piensan, o mejor dicen, que se est¨¢ rompiendo- son tan antihist¨®ricos como pretender acudir hoy a Covadonga pensando en la emigraci¨®n magreb¨ª.
La desmemoria es no pensar en la azarosa y desgraciada trayectoria de esa Constituci¨®n y de la democracia espa?ola. La Constituci¨®n ensalz¨® la naci¨®n espa?ola como la reuni¨®n de los espa?oles de los dos hemisferios y al poco tiempo nacieron 20 rep¨²blicas en el hemisferio americano. La Constituci¨®n proclam¨® la soberan¨ªa nacional y las fuerzas antiliberales y serviles la abolieron para tratar de impedir que los espa?oles pasaran de s¨²bditos a ciudadanos.
No podemos -desgraciadamente- estar orgullosos de nuestra convulsa senda constitucional. S¨ª de la ejemplar, aunque ingenua, labor de los diputados docea?istas. Quisieron asentar los basamentos de un nuevo Estado pero lo hicieron sobre el barro resbaladizo de los deseos de secesi¨®n de los criollos americanos -la mayor¨ªa, por cierto, de los libertadores pasaron por C¨¢- diz- y sobre la quimera de unas ¨¦lites y un Rey que a?oraban las certezas y las ventajas del Antiguo R¨¦gimen. En C¨¢diz comienza nuestra zigzagueante historia de avances a trompicones con destellos tan epis¨®dicos como deslumbrantes y de retrocesos imponentes cargados de exilio y sangre.
El texto gaditano, adem¨¢s de ser el documento pol¨ªtico m¨¢s internacional de nuestra historia, se ha convertido en s¨ªmbolo inequ¨ªvoco de las libertades espa?olas, en peligro siempre. Durante su elaboraci¨®n por el asedio del m¨¢s formidable ej¨¦rcito del momento y despu¨¦s por los a¨²n m¨¢s feroces enemigos internos. Tanto la tiran¨ªa bonapartista como el absolutismo fernandino y las otras formas de opresi¨®n que vinieron m¨¢s tarde alzaron a la condici¨®n de mito a?orado el c¨®digo gaditano. En esos largos periodos de nuestra historia los conservadores no miraron a C¨¢diz.
La Pepa, con los allegados de este momento a todas las Constituciones -que, adem¨¢s, se las quieren apropiar para que sean Constituciones arrojadizas sobre cabezas ajenas- no es, como los populares quieren hacer ver, el texto que debe regir a los espa?oles de hoy. Es, sobre todo, la mejor ocasi¨®n para reforzar los valores ciudadanos y la buena pol¨ªtica que es la de la tolerancia y la convivencia civil, nuevamente actual estos d¨ªas de esperanza que nos ha tocado vivir. Tambi¨¦n debe ser motivo para robustecer la recuperaci¨®n sem¨¢ntica del aliento liberal, "la entonaci¨®n gaditana", como dice Juan Marichal, del t¨¦rmino pol¨ªtico liberal tal como nace en C¨¢diz y que tiene que ver con las ansias de reformas, la generosidad y el apego a las libertades.
Estas reflexiones me llevaron a presentar en el Congreso de los Diputados una proposici¨®n no de ley para instar al Gobierno a la creaci¨®n de una Comisi¨®n Nacional que coordinara e impulsara con todas las administraciones un programa de inversiones y de actividades que se visualizaran entre el 24 de Septiembre de 2010 -segundo centenario del inicio de los trabajos de los diputados en la Isla de Le¨®n- y el 19 de Marzo de 2012 -Bicentenario de la promulgaci¨®n de la Constituci¨®n en C¨¢diz-. La Comisi¨®n Constitucional del Congreso me dio su aprobaci¨®n, pero los diputados nacionalistas hicieron gala de la referida antihistoria -los dislates, por lo visto, est¨¢n muy reparti-dos- y no la apoyaron y Alfonso Guerra, como presidente, les record¨® amistosamente que no vot¨¢bamos la Constituci¨®n de 1812 sino la constituci¨®n de una comisi¨®n conmemorativa. ?sta se aprob¨® ya por el Gobierno y asumir¨¢ un ambicioso programa de actuaciones y actividades para darle un nivel internacional a una cita con nuestra historia plagada de ideales que costaron mucho esfuerzo y sacrificio asentar en nuestro pa¨ªs. La modernizaci¨®n adecuada del territorio y sus accesos de todo tipo y la recuperaci¨®n de sus s¨®lidas defensas y baluartes as¨ª como la habilitaci¨®n de un centro de referencia de valores c¨ªvicos y de proyecci¨®n internacional de nuestra Constituci¨®n en el Oratorio de San Felipe se van a afrontar con decisi¨®n y es m¨¢s que probable que la Cumbre Iberoamericana en C¨¢diz cierre este conjunto de apuestas con las que los Gobiernos andaluz y espa?ol van a apoyar al territorio que vio nacer la Constituci¨®n.
Todo el mundo sabe que la Constituci¨®n gaditana estuvo muy influida por el ambiente de la ciudad "ya que esta ciudad era conocida entonces como la m¨¢s radical del Reino y parec¨ªa m¨¢s americana que espa?ola. Sus habitantes llenaban las galer¨ªas de la sala de las Cortes y dominaban a los reaccionarios"... La cita es de Carlos Marx. Al final, convengamos en que la conmemoraci¨®n y el homenaje quien se lo merece es el pueblo de C¨¢diz.
Rafael Rom¨¢n es portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Cadiz y diputado socialista en el Congreso.
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