"La clave del poder en el mundo globalizado radica en la autolimitaci¨®n"
El poder tambi¨¦n sufre los efectos de la globalizaci¨®n y necesita replantearse unos esquemas cada vez m¨¢s desfasados y menos efectivos. ?ste es el diagn¨®stico que el fil¨®sofo y ensayista Daniel Innerarity (Bilbao, 1954) expuso ayer en el campus de Leioa, en una conferencia organizada por la c¨¢tedra de Relaciones Internacionales de la Universidad del Pa¨ªs Vasco. La estanqueidad de los pa¨ªses y las sociedades que hubo en el pasado se ha diluido. El nuevo escenario internacional est¨¢ marcado por una situaci¨®n de interdependencia, en la que el rechazo a la colaboraci¨®n y la participaci¨®n del pa¨ªs vecino condena cualquier iniciativa al fracaso, incluso cuando es abordad por la mayor potencia mundial. De hecho, ni el poder¨ªo militar ni el econ¨®mico garantizan la supremac¨ªa de ning¨²n Estado.
"A medida que se ejerce el poder de forma m¨¢s hegem¨®nica, m¨¢s costes y m¨¢s riesgos genera para el poderoso, lo que le desconcierta"
Seg¨²n Innerarity, los grandes problemas de Estados Unidos, la hiperpotencia mundial, en su lucha contra el terrorismo internacional y el fracaso de los objetivos de su invasi¨®n a Irak lo demuestran. "Estamos viviendo la paradoja de que, a mayor supremac¨ªa militar, mayor es la vulnerabilidad", asegura el autor de La transformaci¨®n de la pol¨ªtica.
A su juicio, nunca el poder ha vivido una etapa en la que se ha reflejado "de forma tan desestabilizada, misteriosa y contradictoria". "Antes, era m¨¢s sencillo de medir y de gestionar, pero todo esto ha cambiado. De hecho, uno lee ahora los discursos de Maquiavelo y tiene la sensaci¨®n de entrar en [el almac¨¦n de] un anticuario, con objetos que ya no tienen utilidad", apunta.
La clave de la inestabilidad de este poder imperial, sin un contrincante equiparable, como exist¨ªa en tiempos de la guerra fr¨ªa, se encuentra, a su juicio, en su vocaci¨®n de hegemon¨ªa. "El poder no se enfrenta a alguien similar, no provoca a otro poder sino que produce contestaci¨®n. En otra ¨¦poca, al afirmarse, el poder forzaba el respeto; ahora atrae la indignaci¨®n, el rencor y el odio. Ya no suscita la aparici¨®n de su doble, sino la de su contrario, que no es lo mismo".
En el contexto de interdependencia actual, en el que desaparece la compartimentalizaci¨®n y las soberan¨ªas se diluyen, Innerarity advierte que "el m¨¢s poderoso tiende a equipararse con sus rivales m¨¢s insignificantes". "Nada hay m¨¢s seguro que un poder que tiene enfrente a su doble. Esta simetr¨ªa perfecta es precisamente la que se ha abolido a favor de una profunda asimetr¨ªa, lo que provoca que a medida que se ejerce el poder de forma m¨¢s hegem¨®nica, m¨¢s costes y m¨¢s riesgos genera para el poderoso, lo que le desconcierta", constata.
Por eso, el fil¨®sofo bilba¨ªno cree que, en esta realidad globalizada, el poderoso de verdad "es el capaz de autolimitar su poder en beneficio de sus propios intereses". Los instrumentos para este fin se pueden hallar en la asunci¨®n de la cooperaci¨®n y la multilateralidad como ejes de actuaci¨®n de los gobiernos, lo que Innerarity bautiza como "cosmopol¨ªtica". "Humanizar la globalizaci¨®n significa que los pol¨ªticos caigan en la cuenta de que el nosotros y el ellos, que el dentro y el fuera est¨¢n entrelazados. Los gobernantes deben entender que la multilateralidad tiene muchas m¨¢s ventajas que la hegemon¨ªa. La l¨®gica de imposici¨®n y poder no tiene futuro", sentencia.
Las repercusiones de estos grandes cambios tambi¨¦n tienen un reflejo, aunque indirecto, en la evoluci¨®n del terrorismo etarra. "A partir del 11-S, y sobre todo del 11-M, ETA no puede actuar porque resulta evidente su anacronismo, mientras que el mundo de Batasuna tiene una l¨®gica de funcionamiento bastante postmoderna. Hablan de un nuevo escenario, se mueven en el ¨¢mbito de los medios de comunicaci¨®n... Esta distinci¨®n choca y llega el momento de elegir una de las dos v¨ªas. Yo espero que, con el alto el fuego, la seleccionada haya sido la segunda", analiza.
No obstante, no augura un camino sencillo. "El terrorismo, con sus l¨®gicas de tipo tradicional, no tiene ahora mismo ninguna viabilidad. El problema que la sociedad vasca tiene delante no es tanto la acci¨®n antiterrorista como la gesti¨®n de grandes bolsas de poblaci¨®n que van a transformar su apoyo a la violencia en una forma difusa de odio, de resentimiento y de frustraci¨®n". "El gran reto", se?ala Innerarity, "ser¨¢ la reconstrucci¨®n de la convivencia, para lo que se requiere otro tipo de liderazgo pol¨ªtico, que tiene m¨¢s que ver con la capacidad de dar juego a muchos y diversos sectores, de hacer estrategias m¨¢s inclusivas. El nuevo liderazgo en Euskadi se vincula con la transmisi¨®n de confianza, algo que va m¨¢s all¨¢ del propio bando, algo m¨¢s suave, menos impositivo, pero, a la larga m¨¢s eficaz".
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