"Las fotos intentan robarte algo que es muy personal"
Isabelle Huppert (Par¨ªs, 1955) es actriz y, como tal, est¨¢ habituada a situarse delante de las c¨¢maras. Y a la mirada del otro. Ahora, en Madrid, se presenta una exposici¨®n de 120 fotograf¨ªas en las que ella es el ¨²nico modelo. Se trata de retratos, fotos en las que ofrece, desafiante, su alma en espect¨¢culo. Esta muestra forma parte de un ciclo que, bajo el t¨ªtulo Retratos de Francia, se celebra en el Instituto Franc¨¦s de Madrid (Marqu¨¦s de la Ensenada, 10) hasta el pr¨®ximo d¨ªa 25 de mayo. Paralelamente a la exposici¨®n de fotograf¨ªas de Huppert, se ha organizado un ciclo de cine en la Filmoteca Espa?ola (Santa Isabel, 3). La actriz habl¨® en Par¨ªs sobre fotograf¨ªa y cine, d¨ªas antes de acudir a Madrid para la inauguraci¨®n de la muestra. El cat¨¢logo de la exposici¨®n re¨²ne todas las fotograf¨ªas presentadas y las acompa?an textos de Serge Toubiana, Elfriede Jelinek y Susan Sontag.
"Sorprende lo distintas que son las im¨¢genes aunque el modelo siempre es el mismo"
Pregunta. ?A partir de qu¨¦ momento fue consciente de lo que comporta ser fotografiada?
Respuesta. Cuando empiezas a hacer cine, enseguida ves que te retratan muy a menudo. Lo que me gusta de la exposici¨®n es que es una historia del retrato a trav¨¦s del retrato. El modelo es siempre el mismo y lo que sorprende es hasta qu¨¦ punto las im¨¢genes son distintas. Cada fot¨®grafo desvela su personalidad. Luego, es posible proceder tambi¨¦n a un cierto reagrupamiento de las im¨¢genes: est¨¢n las de los fot¨®grafos de tradici¨®n digamos que humanista, los Cartier-Bresson, Doisneau, Ronis o Lartigue; est¨¢n las del grupo de contempor¨¢neos, como Jurgen Teller, Nan Goldin o Philip-Lorca DiCorcia; y est¨¢n las de fot¨®grafos de moda, como es el caso de Richard Avedon, Paolo Roversi, Helmut Newton o Guy Bourdin. Impresiona ver que, con la limitaci¨®n de trabajar todos con el mismo modelo, sigue siendo imposible confundir una foto de Avedon con otra de Boubat, una de Faigenbaum con otra de Lindbergh.
P. En 1971 debut¨® en el cine, ?cu¨¢ndo empez¨® con los retratos?
R. Cuando un semanario me propuso ser redactora jefe de uno de sus n¨²meros. Se trataba de una publicaci¨®n ampliamente ilustrada y ped¨ª la colaboraci¨®n de Lartigue, Doisneau y Charbonnier.
P. Los tres figuran en la exposici¨®n.
R. S¨ª. M¨¢s tarde encontr¨¦ a Cartier-Bresson y a Willy Ronis. A Patrick Faigenbaum fue cuando el proyecto de una exposici¨®n de retratos ya empezaba a dibujarse y sabiendo que ¨¦l es precisamente un extraordinario retratista. Con Jurgen Teller, en 2001, fue el azar el que nos reuni¨®, pero en otras oportunidades, como con Peter Lindbergh, he sido yo la que he tomado la iniciativa. Llega ese instante en que comprendes que lo que va a exponerse no son 120 fotos de ti, sino 120 im¨¢genes de miradas sobre ti, y que lo importante no es tu persona, sino la calidad de la mirada.
P. Usted habla de fot¨®grafos humanistas y de fot¨®grafos contempor¨¢neos. ?Son adjetivos incompatibles?
R. Los fot¨®grafos calificados de humanistas captan a la persona en su mundo. Doisneau me presenta en un bistrot, Boubat, acariciando un gato, mientras que los contempor¨¢neos se inventan una historia, tienden a ser m¨¢s cinematogr¨¢ficos. Hay m¨¢s narratividad, m¨¢s ficci¨®n, en algunos casos muy estilizada, como sucede con Lindbergh, en otros m¨¢s sucia como es el caso de Teller, que cultiva una est¨¦tica de la fealdad. El fot¨®grafo de moda tiende a poner el ¨¦nfasis en el glamour del modelo y supone otra v¨ªa.
P. ?Hay alguna de las fotos que la haya sorprendido?
R. ?Eso es imposible! No se olvide de que soy actriz. Viendo la exposici¨®n se aprende mucho m¨¢s sobre la personalidad de los fot¨®grafos que sobre la m¨ªa.
P. Cartier-Bresson hablaba del "instante decisivo"...
R. S¨ª, y eso puede significar que una buena foto es la que te permite adivinar lo que ha ocurrido antes y lo que va a pasar despu¨¦s. Por eso me interesa ahora el trabajo de algunos videoartistas como Gary Hill, Bob Wilson o Bill Viola, que exploran la frontera entre movimiento e inmovilidad. El cine es, por definici¨®n, movimiento y la foto detiene el tiempo, mientras que esos videoartistas se sit¨²an entre unos y otros. Volviendo a Cartier-Bresson, ¨¦l tambi¨¦n dec¨ªa que "toda foto tiene algo de violaci¨®n consentida". De hecho, se trata de una intrusi¨®n en tu intimidad, de intentar robarte algo que es muy personal.
P. ?Los criterios para elegir un fot¨®grafo son los mismos que para escoger un filme o un cineasta?
R. Los fot¨®grafos llegan precedidos del conocimiento que tengo de ellos, mientras que un cineasta puede ser un perfecto desconocido y entrar en contacto a trav¨¦s de un gui¨®n. La aventura del cine no tiene nada que ver con la de la foto.
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