Mucha gente y poca fiesta
La plantilla del Bar?a pact¨® una celebraci¨®n breve del t¨ªtulo de Liga en el Camp Nou
El ¨¢rbitro silb¨® el final, Jorquera dio un pelotazo al bal¨®n, satisfecho por su partidazo, y los blanquiazules desfilaron cabizbajos mientras volv¨ªa a sonar el himno del Bar?a. Cientos de banderas ondearon en la grada, se escuch¨® el gritos de "?campeones, campeones!" y corri¨® el cava en el c¨¦sped. El derby no fue tal: result¨® una fiesta en azul y grana culminada en el momento en que Puyol, ante la presencia de ?ngel Maria Villar, presidente de la Federaci¨®n, levant¨® la Copa de la Liga mientras se disparaban miles de flashes. Toda la plantilla se hizo la fotograf¨ªa oficial de campe¨®n, pensando que quiz¨¢ puede haber otra el d¨ªa 17 en Par¨ªs, y brinc¨® mientras se escuchaba una atronadora ovaci¨®n. La fiesta de la segunda Liga iba a empezar pero fue tan corta, supo tan a poco que, cuando se acab¨® y los focos se encendieron, s¨®lo se vio un estadio semivac¨ªo y a los castellers de Terrassa, que hab¨ªan levantado tres pilares, felices revolc¨¢ndose en el c¨¦sped o saltando dentro de una de las porter¨ªas.
La celebraci¨®n tuvo algo de decepcionante porque fue breve -apenas dur¨® media hora- y pareci¨® interrumpida inesperadamente. "Gracias a los t¨¦cnicos y a los jugadores. Par¨ªs nos espera", se escuch¨® al speaker, Manel Vic, desde la megafon¨ªa. Seguramente, los miles de ni?os que hab¨ªan ido ayer al estadio para celebrar el t¨ªtulo, aprovechando que el partido empez¨® a las 20.00 horas, se quedaron algo frustrados porque el ambiente previo al partido ten¨ªa aire de fiesta mayor entre los capgrosos, los timbales, las sardanas y la m¨²sica discotequera. Muchos peque?os llevaban la camiseta de Ronaldinho pero no le oyeron la voz. S¨®lo hablaron Rijkaard, Puyol y Larsson y Gabri, que dejar¨¢n el club a final de temporada. "Estaba pactado que hablar¨ªan s¨®lo ellos cuatro", explic¨® Belletti. "Ma?ana -en alusi¨®n a la caravana que se realizar¨¢ hoy- habr¨¢ m¨¢s fiesta".
"?La afici¨®n decepcionada? No ha sido esa mi impresi¨®n", se sorprendi¨® Rijkaard, despu¨¦s en la sala de prensa. "He observado a la gente y he visto que estaba contenta. La temporada todav¨ªa no se ha acabado".
Pero nada hac¨ªa prever una celebraci¨®n tan corta. Primero el grupo Gossos enton¨® una versi¨®n del himno y luego todo el equipo dio una vuelta al campo mientras se disparaban a su paso botes de humo y miles de papelitos azulgrana que quedaron esparcidos en la hierba como si fuera purpurina. La Companyia El¨¨ctrica Dharma interpret¨®, mientras, su celeb¨¦rrima pieza. Los jugadores se situaron entonces en el c¨ªrculo central y Rijkaard tom¨® el micr¨®fono y en catal¨¢n afirm¨®: "Otra vez estamos aqu¨ª para celebrar un t¨ªtulo. Es un sue?o hecho realidad. Y a¨²n nos queda Par¨ªs. S¨ª, s¨ª, nos vamos a Par¨ªs", enfatiz¨® encendiendo al p¨²blico. "Sin vuestro apoyo esto no hubiera sido posible y quiero felicitar a los t¨¦cnicos y jugadores". No incluy¨® en su mensaje, como hace un a?o, al presidente Joan Laporta. Pero s¨ª repiti¨® algo: la reverencia a sus futbolistas.
Fue entonces el turno de Puyol, que dijo que el equipo seguir¨¢ trabajando para hacer historia. "Esperamos celebrar con vosotros la Champions", afirm¨® para despedirse y dar paso a Gabri y Larsson. El cielo se pint¨® entonces con los colores de un castillo de fuegos artificales, son¨® una intensa traca y decenas de castellers de azul celeste invadieron el c¨¦sped. Oleguer, Xavi y Puyol les saludaron. Pero cuando la colla levant¨® los tres pilares, casi solo quedaba en el c¨¦sped el capit¨¢n, aparentemente desconcertado. Mucha gente para una fiesta de campeones que comenz¨® con mucha fuerza y acab¨® de forma abrupta.
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