Keane suena a rey
Es uno de los tres grupos de rock que optan al trono de mejor banda del mundo tras U2. Despu¨¦s de vender 5,5 millones de discos de su primer trabajo, ahora presentan la rev¨¢lida
Paul Hewson cumpli¨® 46 a?os el pasado 10 de mayo. El dato cobra significado cuando a ese nombre propio se le a?ade su apodo: Bono, el cantante de U2, la banda de rock m¨¢s importante de los ¨²ltimos 20 a?os. El tiempo pasa y, como en todos los reinados, los monarcas necesitan sucesores. Sin aspavientos, pero con determinaci¨®n, los estudiosos de eso que se llama la industria musical -revistas especializadas, cr¨ªticos y hasta los propios m¨²sicos- tratan de dar con el grupo que sea capaz, y tenga la calidad suficiente, para recoger el cetro de Bono y The Edge. Es como una carrera de caballos, y en ella, al menos, compiten tres bandas de j¨®venes con talento: Coldplay, Travis y tres amigos de Battle, un peque?o pueblo al sur de Inglaterra, que se hacen llamar Keane.
Un soleado d¨ªa de junio de 2002, el baterista de la banda escocesa Travis, Neil Primrose, vio pasar por su mente, "como en una exhibici¨®n de diapositivas, rostros de amigos del colegio y familiares que hac¨ªa tiempo no ve¨ªa". Segundos antes, su cr¨¢neo hab¨ªa impactado con terrible violencia contra el fondo de la piscina de un hotel en Francia a la que se hab¨ªa lanzado de cabeza. Probablemente, las posibilidades en la carrera de la banda de Glasgow bajaron much¨ªsimos enteros en una mesa de operaciones. Despu¨¦s de m¨¢s de siete horas de intervenci¨®n quir¨²rgica, Primrose termin¨® con un disco met¨¢lico de cinco cent¨ªmetros insertado en la parte trasera de su cr¨¢neo. ?l mismo declar¨® al rotativo The Sun: "Posiblemente ya no soy tan r¨¢pido tocando como lo era antes del accidente, pero este episodio nos har¨¢ m¨¢s fuertes como grupo". Travis public¨® en 2003 su cuarto disco de estudio, 12 memories (12 recuerdos). El accidente, que casi le cuesta la vida a Primrose, a punto estuvo de hacer reventar a una banda que lleva tres a?os sin presentar una nueva entrega que permita su regreso a la persecuci¨®n de la corona del rock mundial.
El cantante y l¨ªder de Coldplay, Chris Martin, se dej¨® caer un d¨ªa de octubre de 2005 por los estudios The Magic Shop, en el Soho de Nueva York. No iba a grabar con sus compa?eros de grupo, s¨®lo a ver a unos amigos y, en cierta medida, a perpetrar una sesi¨®n de espionaje industrial. La visita de Martin no era gratuita. Precisamente en los micr¨®fonos de esas salas, Keane se encontraba grabando su segundo disco. As¨ª lo cuenta, entre risas y con tintes de sorna, Tim Rice-Oxley, compositor, pianista y alma indiscutible del grupo. "Es cierto que se pas¨® por all¨ª, pero es colega nuestro. F¨ªjate que hasta en uno de nuestros primeros conciertos, en un pub cutre de Londres, ellos tocaron antes que nosotros. Mi madre grab¨® todo con una c¨¢mara de v¨ªdeo. Les film¨® primero a ellos y despu¨¦s registr¨® nuestra actuaci¨®n, pero no ten¨ªa cinta y lo grab¨® encima de la de ellos. Esto, visto con perspectiva, no me hubiera gustado que pasara".
Los presuntos nervios de Martin est¨¢n justificados. Coldplay, con tres discos en su haber, infinidad de premios, millones de seguidores en el mundo y creadores de himnos tan mesi¨¢nicos o m¨¢s que los de U2, se han convertido en los m¨¢s firmes candidatos para arrimarse el ascua a su sardina. Pero Martin tambi¨¦n sabe que Keane ha surgido con fuerza, como una opci¨®n m¨¢s que clara y como creadores de canciones que se desarrollan, crecen y crecen en volutas conc¨¦ntricas que despegan y viajan hasta lugares muy lejanos.
En 2004, casualmente el mismo d¨ªa del cumplea?os de Bono, Keane present¨® su primer trabajo, Hopes and fears (Esperanzas y miedos) en una enorme tienda de discos en la calle Oxford de Londres. A partir de ah¨ª, los n¨²meros les auparon hasta los primeros puestos en la lucha por la sucesi¨®n. Se embarcaron en una gira continua alrededor del mundo durante m¨¢s de 18 meses. En 2004 hicieron cuatro giras por Inglaterra, y en octubre de 2005 ya se hab¨ªan pateado cinco veces EE UU, incluyendo conciertos en los que telonearon a los mism¨ªsimos U2, como el del Madison Square Garden de Nueva York. "Festivales de todo el mundo; mucha, mucha carretera", afirma Rice-Oxley. El resultado, m¨¢s de 5,5 millones de copias vendidas de ese primer disco. Hopes and fears se convirti¨® en el mejor ¨¢lbum brit¨¢nico de 2005 al conseguir ese galard¨®n en los Brit Awards -los Oscar de la m¨²sica en el Reino Unido-, premio que en 2006 ha sido para X & Y, ¨²ltima entrega de Coldplay.
Martin buscaba alguna pista sobre uno de los trabajos m¨¢s complicados a los que se puede enfrentar en estos tiempos una banda de rock. El de la rev¨¢lida. El segundo disco, ¨¦se en el que Keane ha de demostrar que el primero no fue una mera cuesti¨®n de suerte, que no fue una mera alineaci¨®n de los planetas por una vez. Un trabajo en el que hay que demostrar capacidad creativa y lograr construir un conjunto de buenas canciones que tengan al tiempo el marchamo del grupo, pero escalen un pelda?o m¨¢s all¨¢ de lo ya sabido. Martin ya hab¨ªa pasado por ah¨ª y lo conoc¨ªa. El primer trabajo de su banda, Parachutes (Paraca¨ªdas), fue un bombazo de tintes ¨¦picos; el segundo, A rush of blood to the head (Un torrente de sangre hacia la cabeza), result¨® un parto tan complicado como al que ahora se enfrenta Keane. Todo sali¨® bien.
Tim Rice-Oxley (compositor y pianista, de 30 a?os), Tom Chaplin (voz, de 27) y Richard Hughes (baterista, de 31), los tres componentes de Keane, llegaron agotados al final del camino andado hasta que volvieron a meterse en el estudio a grabar ese segundo trabajo tan complicado. "Despu¨¦s de una gira tan larga, de tanto trabajo, de convertirnos en una banda escuchada en todo el mundo, el sentimiento, el mayor miedo que ten¨ªamos, era acabar siendo infelices. Somos gente muy sensible, con mundo interior, y somos mal¨ªsimos a la hora de comunicar estos pensamientos entre nosotros. Despu¨¦s de esa gira lleg¨® un momento en el que est¨¢bamos enfermos de nosotros mismos y del mundo en el que est¨¢bamos metidos. Llegamos a tener la sensaci¨®n de querer estar dormidos", explica Rice-Oxley. "Ha sido un proceso bastante tenso, hasta que Tim escribi¨® las canciones. El hecho de que lo compusi¨¦ramos durante la gira lo complic¨®. Y despu¨¦s nos encerramos a probar las canciones. Por eso me da la impresi¨®n de que el disco nuevo es mucho m¨¢s de los tres. Mucho m¨¢s que Hopes and fears", explica Chaplin.
Entre Nueva York y otro estudio cercano al pueblito del que son originarios estos tres m¨²sicos se ha cocinado un disco con un t¨ªtulo m¨¢s que sugerente: Under the iron sea (Bajo el mar de hierro). Se trata de 12 canciones en las que sigue presente el inconfundible sonido de Keane, pero con m¨¢s oscuridad, con un cierto sabor agridulce, con potencia y, todav¨ªa, con temas que logran pegarse como una lapa en el cerebro del oyente antes de la tercera vez que se escuchan. "Todas las letras del disco est¨¢n construidas por gente que se hace preguntas. Personas que largan preguntas y que casi nunca son capaces de dar una respuesta alegre, ning¨²n final feliz", afirma Rice-Oxley. "Creo que es una cosa instintiva, que este disco sea as¨ª. No creo que tenga que ver con el hecho de que la cr¨ªtica nos haya tachado de suavecitos. El primer disco es melanc¨®lico, pero finalmente se convierte en un d¨ªa soleado despu¨¦s de una tormenta. Este segundo sangra, definitivamente. Construir una buena canci¨®n es algo muy doloroso y complicado. Yo necesito, en cierta forma, estar bajo an¨ªmicamente para componer. Pero aunque deprimido, sabes que despu¨¦s, cuando est¨¦ terminada, ser¨¢ una experiencia muy intensa. As¨ª comprendes que, si quieres tejer una pieza de m¨²sica electrizante, si quieres encontrar buenas canciones, has de sacrificarte".
Una de las se?as de identidad de Keane es ser un grupo de tres. Ni en sus discos, ni en sus directos suena una sola guitarra. Al principio, cuando empezaban a balbucear m¨²sica a finales de los a?os noventa, eran cuatro: una banda al estilo cl¨¢sico del pop de los Beatles, de los que, por cierto, tocaban versiones en garitos como Hope and Anchord, en Islington. En aquellos tiempos, un buen amigo de Tim, Dominic Scott, se ocupaba de tocar la guitarra. Pero se aburri¨® de maquetas que no iban a ninguna parte y de tener que compaginar el sue?o de llegar a ser una banda de rock con trabajos espor¨¢dicos como tramitar multas de tr¨¢fico. "Yo, en los momentos peores, hasta me present¨¦ en un ensayo cl¨ªnico para ganar 80 libras", confiesa Rice-Oxley. Sin embargo, la deserci¨®n de Scott fue lo mejor que le pudo pasar a Keane. Con su marcha encontraron la piedra filosofal. "Decidimos que el piano, un piano el¨¦ctrico convencional, se convirtiera en el instrumento principal sobre el que se apoyara toda nuestra m¨²sica. Lo curioso es que a un piano el¨¦ctrico le puedes enchufar lo mismo que a una guitarra el¨¦ctrica, pero parece que hasta ahora no se le hab¨ªa ocurrido a nadie", asegura Rice-Oxley. Durante sus viajes, durante las largas giras, el pianista compr¨® innumerables pedales de efectos para guitarra que ha utilizado para la puesta en escena de Under the iron sea.
Los chicos de Keane tuvieron la oportunidad de telonear a U2 en varios concierto de la gira V¨¦rtigo. Son los privilegios que proporciona pertenecer a la misma compa?¨ªa multinacional que los reyes, Universal. Cuando salt¨® la noticia, Rice-Oxley declar¨® a la revista New Musical Express que tendr¨ªa la posibilidad de preguntarle a Bono la forma de "no cagarla con el segundo disco". "S¨ª, claro que se lo preguntamos; nos fuimos de copas con ellos unas cuantas veces durante la gira, y Bono nos dio unos cuantos consejos e incluso tambi¨¦n sobre m¨¦todos de composici¨®n", recuerda Rice-Oxley. "Lo m¨¢s importante que nos dijo fue que tuvi¨¦ramos el sentimiento de que hacer un ¨¢lbum es como un viaje que hay que realizar hasta el final. Que llegues a tener la sensaci¨®n de que te has volcado en esa pieza de arte de 50 minutos o los que sean. Y fue un consejo que hemos seguido, por supuesto. No es tan importante que toques maravillosamente bien y que la producci¨®n sea incre¨ªble, sino que el ¨¢lbum se transforme en algo m¨¢gico y atmosf¨¦rico, que se note que se han capturado momentos irrepetibles en el estudio".
Under the iron sea es, un poco, como un viaje. "En las canciones creamos una especie de siniestro cuento de hadas sin final feliz, un sentimiento de confusi¨®n y aletargamiento que est¨¢ representado por un oscuro lugar que se halla bajo un impenetrable mar de hierro". De esta forma define Keane esta excursi¨®n hacia el lado oscuro. "Hemos intentado enfrentarnos a todos nuestros peores miedos, analizarnos a nosotros mismos de forma implacable". La colecci¨®n de canciones es arriesgada, nada complaciente, y pide a gritos al oyente que se implique, que corra a por el diccionario a descifrar poemas y mensajes escondidos. El comienzo de Under the iron sea no es f¨¢cil. El primer tema se titula Atlantic y es una canci¨®n de m¨¢s de seis minutos. Un tema melanc¨®lico, de tiempo medio, en el que se dicen cosas como: "No quiero ser viejo y dormir solo. / Una casa vac¨ªa no es un hogar. / No quiero ser viejo y sentirme asustado". Son las palabras de un poeta reci¨¦n casado, el mensaje de Rice-Oxley -el ¨²nico de la banda que ha optado por el matrimonio- a su esposa.
'Atlantic' fue la carta de presentaci¨®n de este trabajo que la cr¨ªtica y los fans consumir¨¢n con la lupa en una mano y, m¨¢s de uno, con el machete en la otra. Para ponerle imagen a esa banda sonora contrataron al autor del libro Trainspotting, Irvine Welsh, que compuso una videocreaci¨®n en la que un ser mitad indigente, mitad mes¨ªas sale del mar y pasea por una playa encontr¨¢ndose personajes a los que llevar¨¢ hasta la guada?a de la muerte. El v¨ªdeo se pudo descargar en Internet hace apenas dos meses.
Pero Atlantic no es el primer sencillo de Under the iron sea. La canci¨®n elegida para tomar las emisoras de radio de medio mundo antes del lanzamiento del disco es Is it any wonder? (?Hay alguna duda?), un adictivo tema del que medio mundo jurar¨¢ que comienza con unas furiosas guitarras. "No hemos usado ni una sola guitarra en el disco, esto es lo que se puede hacer combinando los pedales de efectos vintage y un piano el¨¦ctrico", afirma Rice-Oxley.
Pero Is it any wonder? tiene un peque?o problema: suena demasiado a los reyes. Se parece demasiado a un tema de U2. Obviamente, a Keane no le gusta nada la comparaci¨®n ni la pregunta, pero es obligatoria. "Es raro tener la oportunidad de contestar a una cr¨ªtica antes de que ¨¦sta sea hecha por los especialistas; es una oportunidad, desde luego. Tomamos influencias de muchos sitios, y es cierto que Achtung baby [uno de los discos m¨¢s creativos de U2] es un trabajo que nos influy¨® mucho. Pero por supuesto que no fue intencionado, bajo ning¨²n concepto, que Is it any wonder? sonara como U2. Es ir¨®nico que se pueda pensar que hemos tratado de copiar a nadie con ese sonido particular de piano. Es ir¨®nico que sin tocar una sola guitarra se pueda decir que intentamos parecernos a Jimi Hendrix", afirma con cierto enfado Rice-Oxley. Tom Chaplin, m¨¢s lac¨®nico y pragm¨¢tico, remata la cuesti¨®n con una frase: "Desde que el arte es arte, todo el mundo est¨¢ copiando a todo el mundo todo el tiempo. No hay que asustarse".
Durante la composici¨®n del disco, Keane s¨®lo pudo fijarse en s¨ª mismo. Rice-Oxley s¨®lo pudo analizar a sus dos amigos de la infancia, el sentimiento de cansancio que le supone ser una estrella del rock, las idas y venidas; s¨®lo pudo inspirarse en Keane. El compositor lo explica: "Creo que debe de ser muy f¨¢cil escribir un disco sobre lo guay que es ser una rock star. Hay muchas cosas dentro de este ¨¢lbum, pero fundamentalmente se trata de la relaci¨®n que existe entre nosotros tres, algo que es muy importante porque tenemos y tendremos un largo camino juntos, y sabemos que en cualquier momento esta relaci¨®n puede ponerse en peligro. Por otro lado, est¨¢n otras cosas que le ha tocado ver y vivir a nuestra generaci¨®n, a la gente joven. Por ejemplo, c¨®mo se comporta internacionalmente nuestro pa¨ªs y c¨®mo nos representa".
"Trata sobre la gente joven, sobre una generaci¨®n que siente miedo y ansiedad. Pero es cierto que canciones como Hamburg song son un mensaje personal de Tim hacia m¨ª sobre nuestra amistad de m¨¢s de 20 a?os, en la que no nos podemos dormir", concluye Tom Chaplin.
Se hablan entre ellos, pero esas frases terminan haci¨¦ndose universales: "?Me ver¨¢s como soy finalmente? / ?O todo ser¨¢ una p¨¦rdida de tiempo / intentando ser tu amigo?". "No quiero ser adorado. / No quiero ser el primero de la lista. / Me gustar¨ªa encender una peque?a luz, / encender una luz en tu vida, / lograr que te sientas amado". Versos de los chicos tristes. Pero hay algo curioso en este disco: las letras son pesimistas, melanc¨®licas, pero la m¨²sica es luminosa y brillante. "No fue algo premeditado, pero me gustar¨ªa mucho que la gente se diera cuenta del contraste. Me ha costado mucho componer estas canciones, ha sido un viaje duro", confiesa Rice-Oxley.
Richard Hughes resume con una an¨¦cdota el sentido de Under de iron sea: "Ayer, en Madrid, paseando por la calle de Serrano me encontr¨¦ en el suelo conmigo mismo. Era la primera p¨¢gina de un peri¨®dico en el que hab¨ªa una foto enorme de nosotros. Y all¨ª estaba yo, en el suelo, lleno de suciedad y pisoteado". Eso es Under the iron sea. Cuando Hughes dice "ayer" se refiere al 8 de mayo, el d¨ªa anterior al primer concierto de la nueva gira en la que se han embarcado. El representante de la banda cuando salen de viaje explica que para este disco han escogido salas de mediano formato, en las que no caben m¨¢s de mil personas. "Quieren ver c¨®mo funciona el disco en directo, claro. Y en un estadio no es lo mismo. Mucha gente se quedar¨¢ sin entrada, pero el grupo vendr¨¢ a Espa?a m¨¢s veces durante el verano", asegura.
El lugar elegido fue un local de Madrid en la calle de la Princesa que habitualmente se utiliza como discoteca. La puntualidad brit¨¢nica se retras¨® media hora, y un p¨²blico treinta?ero sabore¨® los nuevos temas trufados con los ¨¦xitos ya consagrados. El bolo result¨® un ¨¦xito. La voz de Chaplin inund¨® la sala con seguridad y en pr¨¢cticamente todos los registros. Despu¨¦s de atacar uno de los nuevos temas, el cantante le dijo al p¨²blico: "Es incre¨ªble que salgan todos esos sonidos de ah¨ª, ?verdad?", refiri¨¦ndose al omnipresente piano. Y realmente parec¨ªa incre¨ªble. ?De d¨®nde sale ese sonido de bajo, por ejemplo, y todos esos efectos? "Probablemente, en nuestros directos hay ahora menos cosas pregrabadas de las que utiliz¨¢bamos enlatadas en el pasado", comenta Chaplin. "Es cierto que en diversas partes de Under the iron sea aparecen hasta 84 pistas sonando al mismo tiempo. Pero en directo contamos con la flexibilidad del piano, un piano real, aunque obviamente est¨¢ preparado y ofrece unas posibilidades enormes. Te permite tener cientos de colores al mismo tiempo. Adem¨¢s, Tim toca varios teclados a la vez y yo tambi¨¦n le ayudo en el escenario".
El autor de toda esa parafernalia confiesa: "La verdad es que casi la ¨²nica parte que llevamos pregrabada es el bajo. Es l¨®gico que yo no pueda tocar tambi¨¦n el bajo, porque no tendr¨ªa suficientes manos. Necesitar¨ªa tres pares extra de brazos; parecer¨ªa un monstruo y dejar¨ªamos de dar conciertos para dedicarnos al circo". "Una de las cosas m¨¢gicas de la m¨²sica es esa capacidad que algunas canciones tienen para emocionar", a?ade Chaplin. "Nosotros lo hemos visto en nuestros shows; hasta los tipos con la pinta m¨¢s bestia o de malotes pueden terminar con una experiencia emocional".
Falta saber por qu¨¦ Keane se llaman Keane, esa palabra que en ingl¨¦s se pronuncia muy parecido al vocablo rey. La respuesta es simple: se apropiaron del nombre de una se?ora que cuidaba a Tim y Tom de peque?os. "Se llamaba Cherry Keane", explica Chaplin. "Ella lo que realmente significa es que nos conocemos de toda la vida, que somos amigos, pr¨¢cticamente hermanos. Era una amiga de mi madre, una anciana que nos cuidaba cuando ¨¦ramos peque?os. De hecho, muri¨® ya hace a?os. No sabemos mucho de ella, si estaba casada o no; el tema es que se dedicaba a cuidar ni?os".
"Como Michael Jackson", apostilla, con guasa brit¨¢nica, el baterista.
"Bueno, s¨ª, como Michael Jackson, pero menos freak", concluye el cantante.
"Una noche est¨¢bamos en un pub en Dubl¨ªn d¨¢ndole vueltas a que necesit¨¢bamos un nombre; alguien dijo Cherry Keane, y fue como un disparo en la cabeza", a?ade Rice-Oxley. "Pero, bueno, aparte de esto, ese nombre significa y nos recuerda que somos tres chicos que crecimos en el mismo sitio? Y por cierto, nunca habr¨¢ una banda como U2". Sentencia del l¨ªder de los chicos tristes.
'Under the iron sea' sale a la venta el pr¨®ximo d¨ªa 12. Este verano, Keane actuar¨¢n en el MTV Day (15 de junio en Madrid) y en el festival Summercase (14 de julio en Madrid y 15 de julio en Barcelona).
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