"?Tienen a Blokhin!"
Ucrania gira en torno a la gran personalidad de su t¨¦cnico, una obsesi¨®n para Luis Aragon¨¦s
Lo dice Luis Aragon¨¦s, el seleccionador espa?ol, cada vez que le preguntan por Ucrania: "?Tienen a Blokhin!". Como si el que no juega fuese decisivo. "?Tienen a Blokhin!".
Es verdad. Nadie baja las escaleras como Oleg Blokhin. Lo hace al mediod¨ªa, peinado como un infante de marina, la cabeza de astronauta, el pecho de gorila y las piernas bien asentadas sobre dos gemelos como bolsas de patatas. Al verle irrumpir en el sal¨®n del hotel, sus jugadores se dispersan como gacelas en una cacer¨ªa de tigres. Andry Rusol deja de sonre¨ªr, Vorobey se va r¨¢pido a otra parte y Milevsky le propone a Byelik acudir a la terraza a echar una partida de ajedrez.
Blokhin se queda solo. Enciende un pitillo y se sienta en un sof¨¢ a fumar tranquilamente. Sus ayudantes, que le ignoran, hablan animadamente.
Es el ¨²nico equipo que no tiene p¨²blico en los entrenamientos, siempre a puerta cerrada
En la concentraci¨®n de la selecci¨®n de Ucrania el movimiento de personal es constante. Todos van y vienen. Todos hacen planes. La gente parece agitada. El equipo est¨¢ a punto de debutar en un Mundial, contra Espa?a, y cunde la inexperiencia. Pero, a sus 54 a?os, Blokhin, el seleccionador, el bal¨®n de oro de 1975, est¨¢ en otro nivel.
La selecci¨®n de Ucrania es un caso extra?o. Es el ¨²nico equipo del torneo que no tiene p¨²blico en directo, siguiendo los entrenamientos. No es nada raro porque las sesiones preparatorias son todas a puerta cerrada. Las ruedas de prensa son escasas y en ucraniano traducido al alem¨¢n. Los periodistas ucranianos no dan se?ales de vida.
La delegaci¨®n se hospeda frente a uno de los lagos que forma el r¨ªo Havel a las afueras de Potsdam. Es el coraz¨®n de Prusia y los palacios de Federico el Grande est¨¢n cerca. Tambi¨¦n es la antigua Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana. El paraje mezcla la p¨¢tina de la guerra fr¨ªa y la Europa eslava. Los peri¨®dicos ucranianos agitan una leyenda: Blokhin, hijo de un militar del Ej¨¦rcito Rojo, eligi¨® Potsdam como lugar de retiro porque su padre, tanquista en la Alemania ocupada, le dijo que aquella ciudad era maravillosa. El hecho es que Ucrania es la selecci¨®n cuyo cuartel general est¨¢ m¨¢s cerca de la frontera con el r¨ªo Oder.
El hotel de Ucrania est¨¢ sellado por tres pelotones de guardias de asalto de la polic¨ªa alemana y una lancha patrullera. Trat¨¢ndose de los herederos de los panzergrenadier cumplen su trabajo en rigurosa armon¨ªa. El ingreso al hotel no est¨¢ restringido para nadie que no lleve la acreditaci¨®n de periodista. Los reporteros, en cambio, est¨¢n prohibidos. Los entrenamientos son secretos, a excepci¨®n de 15 minutos reveladores. Durante ese tiempo, en el ensayo de ayer, se pudieron ver los m¨¦todos del Dinamo de Kiev, la joya de Ucrania, el club en el que quieren mandar todos los pol¨ªticos y los empresarios del pa¨ªs. Blokhin dispuso un partidillo en el que los jugadores deb¨ªan darse los pases cortos con la mano, los largos con el pie y los goles con la cabeza.
Despu¨¦s, ya sin miradas indiscretas, Ucrania dedic¨® una parte de la sesi¨®n a ejercitarse con el bal¨®n medicinal. Se repartieron 20 balones, uno para cada jugador, y todos hicieron ejercicios con las manos y los pies, con esas pelotas grandes como calabazas, pesadas y blandas.
Los jugadores se ejercitan bajo la direcci¨®n de los colaboradores del seleccionador. Blokhin no intervino. Blokhin lo mir¨® todo de pie bajo una sombrilla, en chanclas. En cada maniobra se intuyeron los m¨¦todos de Anatoly Zelentsov, El Profesor, el exc¨¦ntrico doctor del Dinamo de Lobanovski que dijo que hab¨ªa inventado "la ciencia del f¨²tbol". Antes de decidir si un jugador era o no apto para ingresar en el club, le somet¨ªa a una especie de gimnasia ocular por medio de un programa inform¨¢tico. Los aspirantes deb¨ªan sentarse frente a una pantalla y responder a est¨ªmulos visuales que pon¨ªan a prueba la velocidad de reacci¨®n, la coordinaci¨®n y la memoria. Zelentsov atribuy¨® a esos procedimientos la conquista de dos Recopas de Europa en 1975 y 1986. El propio Blokhin, que debi¨® pasar las pruebas con ¨¦xito, alz¨® los trofeos.
Para terminar, Blokhin mand¨® jugar un partidillo. En ¨¦l se vio a Shevchenko en el equipo presuntamente titular. El nuevo delantero del Chelsea, su heredero en el santoral ucraniano, est¨¢ recuperado de su lesi¨®n. Se le ve relajado, sin temor, y, como su t¨¦cnico, va siempre a su aire. Quiere enfrentarse a Espa?a ma?ana en Leipzig.
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