Un profesional del mando
Este libro resultar¨¢ muy ¨²til a los pol¨ªticos, periodistas y otras personas interesadas en entender c¨®mo y por qu¨¦ se ha llegado a la situaci¨®n actual del terrorismo, con ETA en fase de alto el fuego y en la duda de si convertirlo en abandono definitivo de las armas. Jos¨¦ Antonio Urrutikoetxea, conocido como Josu Ternera, es (quiz¨¢ con Julen Madariaga, uno de los fundadores) el miembro de ETA que ha mantenido la militancia durante m¨¢s a?os, pasando por todas las formas posibles de ejercerla: en la legalidad -incluso como diputado de Batasuna- y en la clandestinidad, en la c¨¢rcel -en Francia y en Espa?a- o en libertad, como activista de base o como dirigente. Esto ¨²ltimo sobre todo. Durante la mayor parte de sus 38 a?os de militancia, Ternera ha sido antes que nada un jefe y ha ejercido esa funci¨®n con gran dedicaci¨®n. Como se dijo de un famoso general, Ternera ha sido un profesional del poder; mejor dicho: del mando.
JOSU TERNERA. UNA VIDA EN ETA
Florencio Dom¨ªnguez
La Esfera de los Libros
Madrid, 2006
334 p¨¢ginas. 22 euros
Eso explica la pregunta con que se abre el libro: "Otegi y Ternera ?c¨®mo son?", formulada por Zapatero a Ibarretxe en 2005, tras entrevistarse en La Moncloa. Seg¨²n informaciones procedentes de ese lugar, las iniciativas cruzadas que llevaron al alto el fuego dif¨ªcilmente se habr¨ªan iniciado sin la credibilidad que se dio a un mensaje de ETA que ven¨ªa firmado o avalado por Ternera. Es decir, por la persona considerada por los servicios secretos como principal jefe pol¨ªtico de ETA y en realidad de todo el tinglado organizado en torno a esas siglas. El libro ayuda a comprender por qu¨¦ el nombre del remitente se consider¨® tan importante o m¨¢s que el contenido.
No porque Ternera se haya
distinguido por impulsar salidas realistas; todo lo contrario. Cada vez que hubo o pareci¨® haber una posibilidad, se aline¨® con los m¨¢s intransigentes, y siempre hizo gala de su desconfianza respecto a la pol¨ªtica. No se le conoce teorizaci¨®n pol¨ªtica alguna en forma de ponencia o propuesta escrita; siempre deleg¨® esa funci¨®n en colaboradores de su confianza. Pero tuvo la ¨²ltima palabra o una influencia decisiva en ella. Y la primera condici¨®n para tomar en serio una oferta de un grupo terrorista es que quien la formule tenga una autoridad reconocida. La hip¨®tesis (arriesgada) parece haber sido la de que si Ternera suger¨ªa un acuerdo era porque hab¨ªa llegado a la conclusi¨®n de que la estrategia terrorista no daba m¨¢s de s¨ª.
El libro no es una biograf¨ªa de Urrutikoetxea, sino de ETA a trav¨¦s de los acontecimientos en los que influy¨®. Se actualizan, y en alg¨²n caso corrigen, los conocimientos hasta ahora existentes sobre la intrahistoria de episodios como el atentado contra Carrero, la escisi¨®n entre milis y poli-milis, el nacimiento de la guerra sucia (Ternera fue v¨ªctima de un intento de asesinato del Batall¨®n Vasco Espa?ol en 1975), el env¨ªo de activistas a campos de entrenamiento en pa¨ªses ¨¢rabes o la intervenci¨®n de ETA en la crisis de Hasi, principal partido de la entonces coalici¨®n Herri Batasuna, en 1987. Uno de los cap¨ªtulos m¨¢s novedosos es el de la presencia de ETA en Am¨¦rica Latina. Tambi¨¦n hay informaci¨®n interesante sobre los contactos de la banda con el PNV en diversas ¨¦pocas y sobre la visi¨®n interna de la negociaci¨®n (incluyendo las actitudes de Ternera al respecto y las de sectores de la izquierda abertzale que le consideraban el principal obst¨¢culo para que prosperara). Se incluyen igualmente revelaciones tan ins¨®litas como la del env¨ªo a Txomin Iturbe, a la saz¨®n jefe de ETA, de un regalo de Navidad por parte de una importante entidad bancaria. Es interesant¨ªsimo el relato de las circunstancias de la detenci¨®n de Ternera en 1989.
La imagen del personaje que se desprende es la de un jefe muy r¨ªgido en lo ideol¨®gico (en 1984 rechaza una propuesta de di¨¢logo transmitida por el Gobierno franc¨¦s alegando que la negociaci¨®n deber¨ªa ser con los "poderes f¨¢cticos") y celoso de su poder, aunque con un fondo pragm¨¢tico que le lleva a rectificar en el terreno pol¨ªtico. Una conclusi¨®n provisional ser¨ªa que si bien nunca los jefes de ETA han considerado seriamente la hip¨®tesis de su retirada, si un d¨ªa se la plantearan, ser¨ªan jefes con mando, como Ternera (o M¨²jica Garmendia, Pakito, con quien comparte rasgos biogr¨¢ficos), quienes lo plantear¨ªan.
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