"El terrorismo es una prioridad menor para Occidente"
Noam Chomsky (Filadelfia, EE UU, 1928) est¨¢ considerado como una de las figuras m¨¢s destacadas de la ling¨¹¨ªstica del siglo XX. Cre¨® la gram¨¢tica generativa y con sus investigaciones elev¨® el estudio del lenguaje a la categor¨ªa de ciencia moderna. Sin embargo, su actividad cient¨ªfica y acad¨¦mica siempre queda eclipsada en el ¨¢mbito p¨²blico por su decidido activismo pol¨ªtico contra el neoliberalismo, la prepotencia de Estados Unidos y su pol¨ªtica exterior. "El terrorismo es una prioridad menor para Occidente", dice. Preocupa m¨¢s, asegura, la inmigraci¨®n.
Chomsky, socialista libertario y simpatizante del anarcosindicalismo, abundar¨¢ previsiblemente en estas cuestiones hoy en San Sebasti¨¢n, durante su conferencia abierta al p¨²blico, titulada Crisis: Threads and opportunities ("Crisis: Flujos y oportunidades") dentro de los Cursos de Verano de la UPV (20.00). Incide en ellas cada vez que puede. El martes, durante una entrevista con varios medios informativos, entre ellos EL PA?S, empez¨® hablando de educaci¨®n y acab¨® reflexionado sobre pol¨ªtica internacional.
"Los candidatos a las ¨²ltimas elecciones de Estados Unidos se vendieron de la misma forma que la pasta de dientes"
"Se le ha lavado el cerebro a la gente para que piense que no tiene poder, pero los derechos se han ido ganando con la movilizaci¨®n popular"
"Hay dos definiciones de terrorismo. La literal no se puede usar, porque resultar¨ªa reconocer que Estados Unidos, Gran Breta?a y otros pa¨ªses occidentales lideran el terrorismo en el mundo", dijo. "Luego, existe otra definici¨®n ¨²til: terrorismo es el que cometen contra nosotros, no el que nosotros cometemos contra ellos. Eso es defensa", explic¨® con ejemplos sobre la intervenci¨®n de su pa¨ªs en Am¨¦rica Latina en las ¨²ltimas d¨¦cadas o en Irak en 1982. "Ronald Reagan quit¨® ese a?o a Irak de la lista de terroristas, con lo que Estados Unidos pudo empezar a proveerle de armas de destrucci¨®n masiva".
Inmigraci¨®n
La violencia, el terror, figuran en las primeras p¨¢ginas de los peri¨®dicos, pero para este intelectual, una de las principales figuras de la pol¨ªtica radical estadounidense, los pa¨ªses ricos lo tienen en sus agendas como un problema de segundo orden. Ni se tuvieron en cuenta en su momento las consideraciones de las agencias de inteligencia sobre la invasi¨®n de Irak en 2003 -"dijeron que iba a incrementar las amenazas terroristas y la proliferaci¨®n nuclear"- ni es el ¨¢mbito en que m¨¢s recursos se invierten.
La inmigraci¨®n est¨¢ por encima en el orden de preocupaciones. "Estados Unidos tiene dos fronteras: M¨¦xico y Canad¨¢. La comisi¨®n del 11-S recomend¨® fortalecer la vigilancia en la canadiense porque los terroristas podr¨ªan colarse f¨¢cilmente por los bosques. ?Qu¨¦ hizo el Gobierno? Redujo all¨ª los controles y los intensific¨® en M¨¦xico. Est¨¢n m¨¢s preocupados de que los pobres mexicanos entren en el pa¨ªs que de que Bin Laden cruce la frontera con Canad¨¢".
El retrato que Chomsky hace del mundo en sus intervenciones p¨²blicas resulta desolador, sobre todo, cuando se refiere a Occidente, anclado a su entender en un neoliberalismo que fabrica consumidores, controla cada vez m¨¢s a la opini¨®n p¨²blica, vende falsas im¨¢genes y lava cerebros. "Uno de cada seis d¨®lares invertidos en econom¨ªa en Estados Unidos es para marketing", apunta. Eso explica que uno de sus nietos, estadounidense, pida por su cumplea?os una costosa videoc¨¢mara y otro de igual edad, criado en Nicaragua, le diga a su abuela: "Me gustar¨ªa un cintur¨®n, pero si es muy caro no te preocupes". Y tambi¨¦n que los candidatos a las ¨²ltimas elecciones estadounidenses "fueran vendidos de la misma forma que se vende la pasta de dientes". Los ciudadanos apenas conoc¨ªan su ideario, ni su postura ante los problemas m¨¢s acuciantes del pa¨ªs, "pero no porque la opini¨®n p¨²blica sea est¨²pida, sino porque se le ha ocultado. Y hay sociedades europeas que se est¨¢n moviendo en la misma direcci¨®n".
Chomsky compara este proceso electoral con el de Bolivia, el pa¨ªs m¨¢s pobre de Am¨¦rica Latina, donde la poblaci¨®n vot¨® en masa y con conocimiento de causa sobre asuntos por los que ha peleado durante a?os. ?C¨®mo puede cambiarse la situaci¨®n? "No es una cuesti¨®n de c¨®mo, sino de si se quiere o no cambiar", responde. "A la gente de los pa¨ªses ricos se le ha lavado el cerebro para que piense que no tiene poder, pero las libertades y los derechos no vienen dados. Los que tenemos hoy se ganaron con la movilizaci¨®n popular", sentencia. ?sa es su esperanza.
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