Una cabezadita con los suplentes
Un gol de Juanito da el tercer triunfo a Espa?a, que se enfrentar¨¢ a Francia en los octavos de final
Acostumbrada al v¨¦rtigo, la selecci¨®n espa?ola subi¨® a pie al campo de f¨²tbol, con la pachorra del que va de picnic, sin mayor inter¨¦s. Ni el partido ni el rival le obligaban a otra cosa que a firmar una victoria y los suplentes cumplieron justamente como reservas que son, sin ning¨²n protagonismo, alejados de cualquier grandeza; al fin y al cabo, administrativamente cumplidores: tres partidos y nueve puntos. Nadie emborron¨® la obra de los titulares, que en los dos encuentros precedentes compitieron a la velocidad de la luz, con un f¨²tbol el¨¦ctrico y pegadizo, imposible ayer para sus compa?eros de banquillo, netamente superados incluso en el ¨²ltimo tramo del partido por un rival cegado ante Ca?izares. A buen seguro que hay futbolistas v¨¢lidos para ambos, pero en Espa?a conviven dos equipos distintos por no decir opuestos.
RESULTADO
ARABIA SAUD? 0 - ESPA?A 1
Aunque no merece un juicio sumar¨ªsimo por un partido de entretiempo, la selecci¨®n perdi¨® vuelo, rapidez y estilo. No es casualidad que al equipo le cambie la cara cuando se despliega con dos extremos, un medio defensivo y un delantero. Ni siquiera la salida de Xavi y Torres le animaron y le dieron color, v¨ªctima como era de su propia mec¨¢nica y del tedio del d¨ªa. Los suplentes compiten mucho mejor en el campo de entrenamiento con los titulares que contra los hijos del desierto, como se les llama a los jugadores de Arabia Saud¨ª, abatidos como es costumbre en un golpe franco.
El partido estuvo largo rato parado. No hab¨ªa tensi¨®n competitiva en la cancha y la hinchada andaba muy distra¨ªda en la grada, pintada de rojo de punta a punta del estadio Fritz Walter, un recinto precioso que descansa en una colina. Mala se?al cuando a la gente le da por hacer la ola a la que se sienta y mira a la c¨¢mara en vez de observar la pelota. M¨¢s que un encuentro del Mundial, parec¨ªa que se ventilaba una excursi¨®n campestre. V¨ªctima de la torrija de las cuatro de la tarde, quien m¨¢s quien menos se ech¨® una cabezadita.
Jugaba Espa?a al paso, siempre a dos y tres toques, nunca de primera, demasiado pesada, como si no hubiera hecho la digesti¨®n. Al partido le faltaba densidad y sobre todo verticalidad. Hab¨ªa demasiada conducci¨®n en el equipo de Luis Aragon¨¦s cuando se le supon¨ªa muy agresivo con el cuero. Las causas particulares desvirtuaron moment¨¢neamente el partido global y la roja qued¨® parada como si fuera un futbol¨ªn. Incluso pareci¨® por un momento que Arabia tomar¨ªa el mando del choque.
Hab¨ªa un serio problema con la circulaci¨®n de la pelota y la selecci¨®n espa?ola no encontraba la manera de activarse por el centro ni por las bandas. Nadie tiraba un desmarque ni laboraba por ganarse un palmo de terreno. Los extremos se pegaron demasiado a los costados. Pendientes de su jugada, no se intercambiaban las posiciones y no combinaban con los volantes ni con Ra¨²l, desconectado, falto de ayudas. Retrasados Joaqu¨ªn y Reyes, les faltaba campo a Cesc y Xavi para profundizar y descargar su repertorio de pases interiores.
Los remates eran de larga distancia para suerte de los ¨¢rabes, que se defend¨ªan con cierta comodidad y sorpresa, preparados como estaban para una tunda de disparos. La roja no se arranc¨® hasta muy tarde. Le bast¨®, en cualquier caso, que se agitaran un poco los jugadores de banda para marcar diferencias sin demasiado esfuerzo. Joaqu¨ªn, sobre todo, y Reyes, que siempre funciona mejor como segundo delantero, se recogieron y con un par de golpes de cadera desvertebraron la zaga rival, superada entonces tanto por el juego por fuera como por dentro.
El gol iba a llegar seguro, de cualquier manera, aunque no hay ninguna acci¨®n mejor para expresar la diferencia entre una y otra selecci¨®n que una jugada de estrategia. Espa?a las trabaja de muchas maneras y Arabia se las come todas, sobre todo las que van por arriba, como qued¨® constancia en el cabezazo de Juanito a la salida de una falta botada por Reyes y que supuso el quinto tanto a bal¨®n parado del equipo en el torneo. Abierta la caja fuerte, el partido fue un ataque espa?ol, ya con Villa de ariete en el puesto de Ra¨²l, hasta que con la rueda de cambios Arabia recuper¨® el sitio.
No mejor¨® Espa?a con Xavi, sustituto de Cesc, al que pes¨® la tarjeta que tiene acumulada, ni tampoco pudo aumentar Torres su cuenta goleadora. Ca?izares fue enfocado por el estropicio que provoc¨® la entrada a la cancha de Al Hawsawi. Hasta tres remates de gol contaron los ¨¢rabes antes de reclamar dos penaltis en un par de jugadas mal defendidas por los espa?oles. El meta del Valencia estuvo atento y sali¨® airoso de una situaci¨®n comprometida. Aunque jugaban los suplentes, un empate contra Arabia habr¨ªa escocido incluso a los titulares, que el martes afrontar¨¢n los octavos en Hannover. Hay cosas que no tienen perd¨®n de ninguna de las maneras.
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