Cita para marcar una ¨¦poca
La selecci¨®n espa?ola se remite a la vitalidad de su estilo de juego en su confrontaci¨®n con la experimentada Francia
Atada exclusivamente a la pelota, la selecci¨®n espa?ola afronta desde hoy el desaf¨ªo de la Copa del Mundo con una ambici¨®n aparentemente desmesurada si se atiende a su curr¨ªculo. Ya no se habla exclusivamente del partido contra Francia, sino del trayecto excitante que le aguardar¨ªa hasta Berl¨ªn. "Francia, Brasil, Inglaterra y la final", enumera Ra¨²l con el posible calendario en la mano; "tenemos ganas de medirnos a campeones del mundo para demostrar que podemos aspirar al t¨ªtulo". El discurso del capit¨¢n es el m¨¢s optimista del equipo, dispuesto a encarar la apuesta de su vida: ahora o nunca.
A los franceses les parecer¨¢ un pecado de juventud. El caso es que la roja no se siente deudora de nada ni tampoco favorita. Juega liberada de cualquier otra carga, coyuntural o hist¨®rica, que no sea la de competir con un bal¨®n y s¨®lo firmar¨¢ la rendici¨®n cuando se lo revienten, convencida como est¨¢ de que ha descubierto la esencia del f¨²tbol. Un juego de cr¨ªos, inocente si se quiere, pero seductor. Nada mejor para empezar la afrenta que un rival que se mueve por el escenario como un peso pesado.
Espa?a le tiene ganas a Francia. Le encantar¨ªa ajustar las muchas cuentas pendientes en un solo partido por lo menospreciada que se ha sentido. "Queremos ser como los franceses, campeones", sintetiza Ra¨²l. "Cuanto m¨¢s grande es el partido, menos v¨¦rtigo me da", a?ade Luis Aragon¨¦s. La selecci¨®n le ha dado al encuentro la solemnidad de los que marcan ¨¦poca, la vitalidad propia de un grupo joven que reta al m¨¢s veterano.
Ah¨ª est¨¢ el truco al que se engancha Francia: m¨¢s sabe el diablo por viejo que por diablo. "Los peque?os detalles son los que m¨¢s te hacen pensar y conviene cuidar", afirma Luis; "habr¨¢ que estar m¨¢s concentrados que el contrario". Francia cuida cualquier cosa que pueda delatarla, confiada en que su experiencia, una jugada cualquiera de sus futbolistas geniales o un bal¨®n afortunado le sacar¨¢ del apuro. No se sabe siquiera si Zidane ser¨¢ el capit¨¢n y si jugar¨¢ con uno o dos delanteros. "Pondr¨¢, seguro, a dos puntas", vaticina Luis.
Espa?a acude a pecho descubierto. Luis ha cantado hasta la alineaci¨®n. Cesc y Ra¨²l entrar¨¢n por Senna y Luis Garc¨ªa en una propuesta similar a la protagonizada en el remonte ante T¨²nez. ?No asume un riesgo innecesario al cambiar?, se le requiere a Luis. "Si tocas algo es porque sabes que vas a mejorar el aspecto que te interesa", responde; "creo que no me equivoco. Queremos tener la pelota y manejar el partido. Ra¨²l juega bien entre l¨ªneas y Cesc por la banda. Somos un equipo que toca muy bien y que lo hace f¨¢cil".
"Los jugadores est¨¢n convencidos de lo que estamos haciendo", proclama el seleccionador antes de repasar los aspectos que mejorar: "A veces achicamos o estrechamos los espacios, sin presionar el bal¨®n", sigue; "no jugamos al fuera de juego ni nos arriesgamos demasiado defensivamente. Nos juntamos en medio del campo para presionar mejor. Un equipo largo dif¨ªcilmente puede presionar". La sincronizaci¨®n defensiva, los movimientos en ataque -"para buscar las espaldas a los laterales no hacen falta extremos, sino delanteros"- y la estrategia son los conceptos que m¨¢s ha trabajado Luis.
"Tambi¨¦n Francia es un equipo trabajado", advierte el t¨¦cnico espa?ol; "a partir de ahora no se va a jugar tanto al ataque como al inicio". "No hay que volverse locos", dice Xabi Alonso; "necesitamos llevar la iniciativa, jugar concentrados y no cometer errores".
Ning¨²n rival mejor para calibrar al equipo espa?ol que Francia: 33 a?os de media frente a 23. Tiene Dom¨¦nech futbolistas expertos que marcan la diferencia, como Zidane y Henry. Luis cuenta con el juego colectivo de un plantel que, pese a su juventud, dispone de medios campeones de Europa. La diferencia est¨¢ precisamente en los centrocampistas: Francia los tiene para defenderse y Espa?a para atacar. Dom¨¦nech piensa en sobrevivir; Luis, que espera Brasil. Hoy, cuando se cumplen 22 a?os del error de Arconada en la final de la Eurocopa del 84, podr¨ªa ser el ¨²ltimo partido de Zidane. Ha llegado la hora de la verdad.
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