?Por qu¨¦ han muerto 94 obreros?
EL PA?S visita 10 tajos con un t¨¦cnico sindical. Todos incumplen las normas de seguridad
Juli¨¢n Alberto P¨¦rez, colombiano de 30 a?os, muri¨® hace veinte d¨ªas aplastado en una obra en Loeches. El sindicato CC OO mantiene que su jefe, cuando fue interrogado por la polic¨ªa, no sab¨ªa ni sus apellidos. Le hab¨ªa contratado en un bar. Al brasile?o Leovalgio, un sin papeles, le cay¨® un tabl¨®n en la cabeza en la reforma de un cine. Fue hace dos a?os. A¨²n no puede moverse de la cama. No ha recibido indemnizaci¨®n, porque no ten¨ªa contrato.
A William, un ecuatoriano, su patr¨®n, seg¨²n el sindicato, le dej¨® hace un par de a?os moribundo en un camino. Le quit¨® el mono y le puso ropa de calle para disimular que se hab¨ªa precipitado en su obra. CC OO llev¨® al constructor a los tribunales. Fue condenado, pero no pis¨® la c¨¢rcel. El juez consider¨® que una multa era suficiente.
Ning¨²n empresario madrile?o ha ido a la c¨¢rcel por incumplir la ley de prevenci¨®n
Hay andamios a medio terminar, faltan barandillas, los arn¨¦s no llevan sujeci¨®n...
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En los seis primeros meses del a?o han muerto 87 personas en accidente laboral o camino al trabajo, seg¨²n CC OO y UGT, cuatro m¨¢s que en el mismo periodo de 2005. En julio han muerto siete m¨¢s.
EL PA?S acompa?¨® el viernes a Daniel Barrag¨¢n, t¨¦cnico de Salud Laboral de Fecoma-CC OO, en una visita por 10 obras elegidas al azar en Centro, Fuencarral-El Pardo y Alcobendas. Y comprob¨® como en todas se incumple la Ley de Prevenci¨®n de Riesgos Laborales: andamios sin terminar, trabajadores haciendo equilibrios a 20 metros de altura, inmigrantes cargando material al filo del andamio y sin barandilla, el arn¨¦s sin sujetar.
Calle de Las Huertas (Centro), edificio en rehabilitaci¨®n. Un trabajador con un pa?uelo en la cabeza se pasea por la cuarta planta de un andamio, sin barandilla y cargando un tabl¨®n. Al verle hacer equilibrios se tiene la sensaci¨®n de contemplar a un funambulista; pero sin red. "A partir de dos metros de altura la barandilla o el arn¨¦s es obligatorio. Como este hombre resbale, se mata", comenta Barrag¨¢n, 27 a?os y m¨¢s de tres de experiencia.
No muy lejos, en la calle de Fucar, hay una obra similar, donde hay cuatro obreros, ninguno con la ropa reglamentaria (botas, casco, guantes y piernas tapadas). Uno de ellos viste ch¨¢ndal, gorra y deportivas. Es rumano y cuando se le pregunta por la seguridad en la obra se asusta y llama al encargado. "Si no lleva la ropa es porque ni siquiera se la han dado. No creo que este hombre tenga ning¨²n inter¨¦s en mancharse su ch¨¢ndal. El perfil del trabajador de la obra es alguien sin formaci¨®n, pide poco y cobra menos. Hay tanta precariedad que los constructores les cogen con que simplemente vayan a preguntar a la obra", denuncia el t¨¦cnico de CC OO.
Tercera obra de rehabilitaci¨®n. Calle de Santa Mar¨ªa (Centro). Unos operarios sin casco suben y bajan una canastilla llena de cemento que se balancea peligrosamente sobre sus cabezas. El t¨¦cnico se indigna. "?Est¨¢n usando una cuerda medio rota! Y encima lo suben y bajan a mano. Eso est¨¢ prohibido; podr¨ªa caerles en la cabeza. Los materiales tienen que ser movilizados de manera mec¨¢nica y protegida", se?ala.
En otro tajo en la misma calle, otro edificio en rehabilitaci¨®n, el andamio est¨¢ a medio terminar y tiene huecos. Los obreros se cruzan entre ellos al filo del abismo. "Los andamios tienen que estar perfectamente cerrados. Aunque te diese un mareo, si est¨¢n bien puestos, es imposible que te caigas", alerta el t¨¦cnico. En el caso de que un inspector de trabajo llegase a esta obra, la multa tampoco ser¨ªa muy elevada: entre 1.000 y 100.000 euros. "Muchos empresarios prefieren arriesgarse a pagar el castigo porque les tiene a cuenta. Les sale m¨¢s caro invertir en seguridad", se?alan desde UGT y CC OO.
Quinta parada. La obra tiene red de protecci¨®n pero no est¨¢ bien colocada: tendr¨ªa que colgar de las estructuras dibujando una vaguada, para recoger al trabajador en su posible ca¨ªda. Esta red cae recta. Si alguien se precipitase, caer¨ªa al vac¨ªo. Un operario -una vez m¨¢s subido a un andamio sin barandilla- echa agua sobre dos cables gordos en otra obra. "Como no tenga cuidado, se va a electrocutar. Muchos llevan 40 a?os haciendo lo mismo y piensan que no les va a pasar nada", se?ala Barrag¨¢n.
Despu¨¦s de visitar seis obras, la impresi¨®n es que las 61 muertes ocurridas en el tajo en los primeros seis meses del a?o, excluyendo las ocurridas al ir a trabajar, parecen milagrosamente pocas: hubo 13 en la construcci¨®n, 33 en servicios -en estos casos se integran desde un operario de limpieza aplastado por una m¨¢quina hasta el quemado por un aparato de aire acondicionado que reparaba-, 14 en industria y uno en agricultura. Pero la tasa de siniestralidad en Madrid est¨¢ por debajo de la media espa?ola y de regiones como Castilla-La Mancha. "Estamos hablando de muertos y no podemos bajar la guardia", advierten los sindicatos. Como muestra, un dato: en 2005 hubo en Madrid 115 accidentes laborales por cada 1.000 trabajadores.
Los sindicatos exigen que los empresarios vayan a la c¨¢rcel o sean inhabilitados. En Madrid ning¨²n constructor ha puesto el pie en una celda porque las condenas siempre han sido inferiores a dos a?os. "Exigimos la publicaci¨®n de la lista de empresas que hayan sido sancionadas y que sean excluidas de la contrataci¨®n p¨²blica y de las subvenciones", se?alan Marisa Rufino, secretaria de Salud Laboral de UGT-Madrid y Carmelo Plaza, su hom¨®logo en CC OO.
Un portavoz de la Confederaci¨®n Empresarial de Madrid (Ceim) afirm¨® que "es la consejer¨ªa de Econom¨ªa la que tiene que opinar". En cambio, en Asprima, que engloba a las inmobiliarias, s¨ª que abogan por "la transparencia".
El director de Trabajo de la Comunidad, Javier Vallejo, explica que el Gobierno regional ha pedido al Consejo de Estado un informe para ver si es legal la publicaci¨®n de dichas listas. Los sindicatos consideran que el n¨²mero de inspectores de trabajo, un centenar, son muy pocos. "Para llegar a los niveles europeos habr¨ªa que multiplicar esa cifra por tres", exigen UGT y CC OO.
Los datos de la Inspecci¨®n de Trabajo reflejan el incumplimiento de las normas. En el primer trimestre de 2006, realiz¨® 3.609 visitas, que dieron lugar a 1.283 requerimientos
[el inspector le dice a la empresa lo que est¨¢ mal y le insta a que lo subsane], 48 paralizaciones por riesgo grave e inminente y 792 infracciones con propuestas de sanci¨®n.
S¨¦ptima parada. En el pol¨ªgono industrial de Alcobendas, muy cerca de donde el 13 de julio se mataron dos obreros al desplomarse un edificio, hay varios bloques de obra nueva. En una esquina, en lo alto de un inmueble a medio construir, unos obreros llevan el arn¨¦s puesto, pero les sirve de poco. Est¨¢n a unos veinte metros de altura, al l¨ªmite del edificio en construcci¨®n. "Si te fijas bien se ve que no llevan el arn¨¦s sujeto a la l¨ªnea de vida
[la cuerda que fija la sujeci¨®n para que el obrero no se caiga]", explica.
En otra obra cercana el andamio no est¨¢ sujeto a la pared, se balancea casi en el aire. "Otra irregularidad m¨¢s que a primera vista no se detecta", denuncia el t¨¦cnico. "Da igual que sea obra nueva o de rehabilitaci¨®n, las chapuzas se hacen en todos lados. Desde el pistolo
[el peque?o empresario que trabaja con su furgoneta] hasta las grandes compa?¨ªas", agrega.
El incumplimiento de la normativa tambi¨¦n se nota en los horarios abusivos y en la falta de contratos. En el Barrio del Pilar (Fuencarral-El Pardo) trabaja Adamo Yarag, de 26 a?os. Es de Mali y lleva tres meses en el tajo. No habla apenas espa?ol, pero sonr¨ªe mucho. A preguntas del tipo "?te pones arn¨¦s?", o "?te han explicado cu¨¢les son las medidas de seguridad?", s¨®lo contesta: "No lo s¨¦". Trabaja m¨¢s de 12 horas al d¨ªa y cobra menos de 1.000 euros. Antes de subirse a un andamio no ten¨ªa experiencia. "La jornada laboral no tiene que superar las nueve horas", denuncia el t¨¦cnico de CC OO.
En sus tres meses en Madrid, Adamo ya ha tenido que escuchar frases de los capataces, tras alg¨²n accidente leve, del tipo "Es que era un borrico" o "Si es que el carajillo...". El viernes pasado uno de los trabajadores se cay¨® desde un par de metros de altura. "A muchos, que no hablan espa?ol, les dan un manual de seguridad y firman el recib¨ª y con eso vale", critican en CC OO y UGT.
D¨¦cima parada. En la calle del Doctor Ram¨®n Castroviejo, los obreros trabajan a destajo; cobran por metro trabajado, algo prohibido. Hay muchos subcontratados. El Congreso aprob¨® en mayo una proposici¨®n de ley que regular¨¢ la subcontrataci¨®n. Seg¨²n Barrag¨¢n, el t¨¦cnico de CC OO, controlarla mejorar¨¢ la seguridad en el tajo. En enero de 2007 entrar¨¢ en vigor esa ley. Para muchos, demasiado tarde.
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