Israel afirma que tiene el apoyo del mundo
El Gobierno israel¨ª intensifica la campa?a a¨¦rea contra Hezbol¨¢ y moviliza a miles de reservistas
El fracaso del c¨®nclave diplom¨¢tico de Roma a la hora de fijar un alto el fuego entre Israel y L¨ªbano ha dado alas al Gobierno de Ehud Olmert. "Hemos recibido la autorizaci¨®n del mundo para continuar las operaciones, es decir, la guerra hasta erradicar a Hezbol¨¢", afirm¨® ayer el ministro de Justicia, Haim Ramon. Durante la reuni¨®n del Gabinete surgi¨® el debate sobre un despliegue masivo en el sur del pa¨ªs ¨¢rabe, feudo de Hezbol¨¢. No prosper¨® por temor a implicar abiertamente a Siria en el conflicto, una eventualidad que Israel prefiere evitar en esta fase de la crisis. Pero los ministros abogaron por bombardear desde el aire una amplia zona al norte de la regi¨®n fronteriza hasta "convertirla en sacos de arena" y por llamar a filas a 15.000 soldados de la reserva.
Los ministros hebreos abogan por convertir la frontera de L¨ªbano en "sacos de arena"
La muerte de nueve soldados jud¨ªos el mi¨¦rcoles en Bint Yebel, un basti¨®n de la milicia chi¨ª a cuatro kil¨®metros de la frontera, ha desatado la furia del Gobierno hebreo. El ministro de Defensa, Amir Peretz, y el jefe del Estado Mayor, Dan Halutz, comparecieron por la tarde juntos ante las c¨¢maras de televisi¨®n. "Nos preparamos para el uso de una fuerza total", asegur¨® el responsable de Defensa.
El titular de Justicia, ignorando la firme oposici¨®n de gran parte de la comunidad internacional, cree que Israel tiene v¨ªa libre. Tras la reuni¨®n del Gobierno se hab¨ªa expresado con una dureza que presagia un ataque demoledor: "Cualquiera que se encuentre ahora en el sur de L¨ªbano es un terrorista que est¨¢ vinculado de alguna manera a Hezbol¨¢".
Nada importa que miembros del Comit¨¦ Internacional de la Cruz Roja constataran ayer que 700 personas, entre ellos 300 ni?os, se escondan en una mezquita en el pueblo de Blida sin apenas alimentos ni agua, entre cad¨¢veres que no han sido retirados de sus calles. En varias aldeas de la zona miles de personas padecen una situaci¨®n id¨¦ntica, pero Cruz Roja no pudo acercarse debido al permanente bombardeo de la artiller¨ªa israel¨ª, que comenz¨® a las tres de la ma?ana. El ministro de Justicia reclam¨® tambi¨¦n que se eliminen las infraestructuras civiles y las centrales el¨¦ctricas.
Entre los miembros del Gabinete brotaron diferencias de calado sobre el despliegue masivo de soldados sobre el terreno al sur del r¨ªo Litani, a 25 kil¨®metros de la frontera. Las consideraciones pol¨ªticas no son desde?ables. Algunos ministros opinaban que las aldeas y ciudades deber¨ªan ser arrasadas antes de que los militares invadieran la zona de seguridad que Israel quiere imponer. Otros prefer¨ªan que la aviaci¨®n se encargara de las operaciones para evitar v¨ªctimas en las filas del Ej¨¦rcito -siempre suponen un coste para los dirigentes civiles- y para sortear cr¨ªticas de la comunidad internacional.
Los bombardeos de ayer causaron al menos una decena de muertos en el sur de L¨ªbano. En los 16 d¨ªas de guerra han muerto 445 libaneses y 51 israel¨ªes. En territorio liban¨¦s se han destruido aeropuertos, puentes, puertos, edificios, instalaciones militares y decenas de carreteras.
Mientras los estamentos militar y pol¨ªtico deciden hasta qu¨¦ punto llegar¨¢ la ofensiva, nada se ha dejado al azar. La opci¨®n de una invasi¨®n masiva necesitar¨¢ la aprobaci¨®n del Gobierno. Pero el Ej¨¦rcito llam¨® anoche a 15.000 soldados aproximadamente -tres divisiones de la reserva- a incorporarse inmediatamente a sus unidades. Todo estar¨¢ preparado en breve para cualquier alternativa. El respaldo de la poblaci¨®n es casi un¨¢nime. Mucha gente opina que el Gobierno incluso peca de blando. Y los medios de comunicaci¨®n m¨¢s relevantes claman por la contundencia extrema. Amnon Dankner, director del diario Maariv, demand¨® "mano dura" y advirti¨® que "no es tiempo para la delicadeza". Dankner se decant¨® por utilizar la aviaci¨®n y la artiller¨ªa hasta "enterrar en escombros las casas, calles y b¨²nkeres de los pueblos cercanos a la frontera". El analista militar de Yediot Ajoronot, Alex Fishman coincid¨ªa: "Un pueblo desde el que se lanzan cohetes Katiusha simplemente debe ser destruido... Esta decisi¨®n deber¨ªa haberse tomado desde el disparo del primer cohete. Pero m¨¢s vale tarde que nunca".
Los cohetes continuaron cayendo ayer sobre el norte de Israel. M¨¢s de 80 en toda la regi¨®n, 13 de ellos en Kiryat Shmona. Desde esta localidad y desde Metula, en la misma linde con L¨ªbano, las bater¨ªas lanzaron cientos de proyectiles. "Llegamos hasta a 30 kil¨®metros de distancia", comentaba un oficial de una de las bases junto al cementerio de Kiryat Simona, una ciudad desierta desde hace dos semanas.
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