Humo entre las tiendas de campa?a
El fuego ahoga los c¨¢mpings gallegos, que pierden los turistas de este a?o y los futuros
El c¨¢mping R¨ªa de Arosa 2 es un lugar paradisiaco. Enclavado en plena naturaleza, es el primer c¨¢mping rural de Galicia. Manuel Domingo, su due?o, ha invertido en ¨¦l cerca de dos millones de euros. Actividades no le faltan: seis veh¨ªculos quads para recorrer los caminos, rutas de senderismo, piscina, un peque?o tren interno para los chavales. Mucha tranquilidad y aire puro. Es un lugar para disfrutar en plena naturaleza. O m¨¢s bien era. Desde el pasado 5 de agosto todo el monte que rodea al c¨¢mping ha ardido. Tres veces lo han desalojado por el peligro que supon¨ªa para los campistas. Los turistas acabaron acampando, pero en el polideportivo de Ribeira (A Coru?a), donde est¨¢ enclavado.
"Antes solo ten¨ªamos un enemigo, que era la lluvia. Ahora mira lo que pasa con el fuego", se lamentaba Domingo el pasado viernes, mientras ve¨ªa arder el monte a lo lejos. Toda la cordillera del Barbanza, un sitio id¨ªlico por su situaci¨®n y su paisaje, "se ha ido al garete" en cuesti¨®n de una semana.
El due?o del c¨¢mping se queja de que lleva d¨ªas sin tel¨¦fono, sin fax, sin Internet. Las reservas han bajado en m¨¢s del 50% en una semana. Mucha gente ya se ha ido. El c¨¢mping a tope puede albergar a 800 personas, y ahora hay menos de 100. "Llegaron dos caravanas el otro d¨ªa, vieron el panorama y se dieron la vuelta", dice Domingo. ?Y las p¨¦rdidas? A Manolo le cambia la cara. "Si me voy al ordenador, veo los n¨²meros del a?o pasado y los de este, echo las manos a la cabeza y arranco los pocos pelos que me quedan".
En medio de la conversaci¨®n, llega otra mala noticia. Un funcionario de Protecci¨®n Civil viene acompa?ado de varios polic¨ªas. "Necesito que tengas en alerta el c¨¢mping por si hay que desalojarlo, porque ya vamos a dejar perder el monte hasta aqu¨ª", dice. Manolo reacciona bien: "?Pues sabes qu¨¦? Mejor, que se queme todo y as¨ª los del incendio me van a joder un a?o, pero el pr¨®ximo s¨¦ que no me joden porque no va a haber nada que quemar".
Los campistas finalmente empiezan a ser desalojados. Vinieron buscando tranquilidad y se encuentran con las llamas a las puertas de sus tiendas y la polic¨ªa orden¨¢ndoles que se vayan. En ese instante llega un coche a la puerta del c¨¢mping. Una pareja joven que viene desde Alicante se encuentra con el panorama. No s¨®lo no pueden entrar, sino que tienen que dar media vuelta e irse. Manolo les tranquiliza. "Me llam¨¢is dentro de unas horas, cuando esto se haya acabado, no hay problema". "No sabemos qu¨¦ hacer, si quedarnos o no, no tenemos otros sitio d¨®nde ir", dice la chica. Otra mujer con una caravana pregunta si hay otro c¨¢mping cerca a donde puedan mudarse. "Esto es un acto criminal", asegura Domingo. "?Qui¨¦n hace esto? Desde luego, el tonto del pueblo no es". Y le sube el tono de voz cuando denuncia el estado del monte.
"El a?o pasado cortaron eucaliptos y dejaron toda la mierda ah¨ª, eso es una bomba que arde en cualquier momento". Se est¨¢ planteando denunciar a la comunidad de montes por no tener el terreno limpio.
En Cangas de Morrazo, una localidad cercana a Vigo, el fuego ha perjudicado tambi¨¦n el c¨¢mping Ald¨¢n. Los turistas que vinieron de Catalu?a y de Madrid se han ido.
"Incluso unos chicos de Navarra me pidieron la hoja de reclamaciones el otro d¨ªa porque hab¨ªa ceniza en el aire y no se lo advertimos en la recepci¨®n cuando entraron", cuenta la due?a del c¨¢mping, Teresa Moros. El fuego en esta zona empez¨® el viernes d¨ªa 4. Desde entonces, se sucedieron las cancelaciones. "Unos ingleses me explicaron que hab¨ªan ido a Santiago y que tanto a la ida como a la vuelta se hab¨ªan encontrado la carretera cortada", dice Teresa. Otra gente decidi¨® irse a Asturias, a Portugal o a Castilla y Le¨®n. El lunes pasado hab¨ªa cinco reservas. No se present¨® ni uno, ni siquiera llamaron.
Los incendios afectan por partida doble a los c¨¢mpings de Galicia. En lo m¨¢s inmediato, la temporada alta, que apenas dura un mes en esta zona, est¨¢ echada a perder en muchos casos, con las p¨¦rdidas econ¨®micas que ello acarrea. A m¨¢s largo plazo, la gente deja de venir y busca otros lugares m¨¢s tranquilos. "Esto nos va a afectar para otros a?os", se lamenta la due?a del c¨¢mping de Cangas de Morrazo. "Si la gente se va y no ha podido disfrutar, quiz¨¢ no vuelvan en el futuro. Nosotros aqu¨ª ofrecemos playas y paisaje. Si nos quedamos sin el paisaje no s¨¦ qu¨¦ podemos hacer".
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