El libro de Renoir

Acaba de aparecer en las librer¨ªas un libro que muchos de nosotros ya hemos le¨ªdo sin saberlo. Y se trata de un ejemplar nada delgado, pues su n¨²mero de p¨¢ginas es de 2.925, distribuidas en la edici¨®n en dos tomos que, por capricho, me he tomado el esfuerzo de pesar: 5 kilos y 200 gramos. La cantidad y el peso, sin embargo, son lo ¨²nico anecd¨®tico de una obra rica en contenido que, al precio de venta de 35 euros, me parece una ganga.

Avanzo tambi¨¦n que, siendo un libro que hace historia, no es una novela hist¨®rica de sectas y misterios medievales. La prodigiosa saga que en esas casi 3.000 p¨¢ginas se nos cuenta -bajo el modesto t¨ªtulo de Cines Renoir 1986- 2006- de ning¨²n modo pretende celebrar el itinerario y los logros de una empresa cinematogr¨¢fica que ha exhibido y, en parte, distribuido una abrumadora cantidad de excelentes, interesantes y regulares pel¨ªculas de los ¨²ltimos 20 a?os; el libro, que se lee convenientemente a saltos, espigando aqu¨ª y all¨¢ un comentario, una entrevista, una biograf¨ªa, acaba siendo el relato en forma de espejo de nuestra vida de espectadores de cine: tanto un recordatorio como una hoja de ruta sentimental y est¨¦tica.

De ni?o atesor¨¦ ¨¢vidamente los programas de mano que se daban en cada estreno

Los primeros cines Renoir de Madrid fueron los llamados Plaza de Espa?a, abiertos en junio de 1986 y a¨²n hoy felizmente instalados en esa calle f¨ªlmica por excelencia que es Mart¨ªn de los Heros, donde en un tramo de apenas 50 metros funcionan (sumando las de los Alphaville-Golem y Renoir-Princesa) 12 pantallas de calidad y la mejor librer¨ªa cinematogr¨¢fica de Espa?a, Ocho y medio, complet¨¢ndose tal oasis o mecca del cine en versi¨®n original con las 9 salas de los vecinos Princesa en la plaza de los Cubos.

Recuerdo, por lo dem¨¢s que, pese a su nomenclatura, esos primeros Renoir madrile?os debutaron con una ins¨®lita gama de pel¨ªculas del Este (a¨²n exist¨ªa ese eufemismo o entelequia al otro lado del Tel¨®n de Acero), siendo la primera pel¨ªcula francesa exhibida La diagonale du fou, pronto superada por grandes t¨ªtulos de Feyder, Louis Malle y Patrice Leconte. De hecho, la cartelera de los Renoir nunca ha sido tan marcadamente franc¨®fila como lo era en su primera fase la de los Alphaville, y s¨ª ha destacado por su apoyo y sostenida programaci¨®n de cine espa?ol.

Entre los recuerdos de espectador que conservo m¨¢s vivamente est¨¢ el disfrute de Remando al viento, esa joya del romanticismo ingl¨¦s pasada por Asturias, o El techo del mundo, turbadora obra maestra de Felipe Vega que, al contrario que la de Gonzalo Su¨¢rez, no tuvo el debido ¨¦xito de p¨²blico.

Tambi¨¦n persiste en mi cabeza la impresi¨®n de Lamerica, de Gianni Amelio, una de las pel¨ªculas clave del fin de siglo, hoy tal vez incluso m¨¢s pertinente que en su fecha de estreno (1995), as¨ª como la sucesi¨®n de kieslowskis, seis en total, y entre ellos la inolvidable trilog¨ªa de los colores, Azul, Blanco y Rojo. (El dato de los seis t¨ªtulos exhibidos del gran cineasta polaco no me lo sab¨ªa de memoria, que conste. Lo he comprobado en uno de los excelentes ¨ªndices que cierran el segundo volumen y hacen del libro, "tambi¨¦n", una obra de referencia o diccionario ilustrado de los mejores cines independientes de las pasadas d¨¦cadas y los no pocos t¨ªtulos cl¨¢sicos que los Renoir reponen de vez en cuando).

La obra tambi¨¦n atraer¨¢ al fetichista que todos llevamos dentro. De ni?o atesor¨¦ ¨¢vidamente los programas de mano que se daban en cada estreno, hoy cotizados por los coleccionistas y tasados a precios de f¨¢bula.

Aqu¨¦llos los perd¨ª por mi mala cabeza y las mudanzas, y, si he de decir la verdad, tampoco conservaba todas las hojas informativas que los distintos Renoir, los Verdi, los Alphaville-Golem, los Ideal y el Peque?o Cine Estudio entregan a la entrada.

Esas hojas forman el libro del que hoy hablamos, que respeta el formato original, las filmograf¨ªas, cr¨¦ditos y dem¨¢s fichas, y revela en el pr¨®logo el nombre de quienes en el anonimato las fueron redactando, entre los que destacan la novelista Paula Izquierdo y el veterano director de origen argentino Le¨®n Klimovski, retirado de la realizaci¨®n en 1978 pero rescatado como magn¨ªfico actor por Manuel Guti¨¦rrez Arag¨®n en Maravillas.

Dos deseos para acabar. Que los Renoir no prescindan de mi sesi¨®n favorita en sus cines, la golfa (late night show en ingl¨¦s), hoy limitada s¨®lo a las pantallas de Princesa y Mart¨ªn de los Heros.

Y que veamos en plena forma todos, programadores y espectadores, la edici¨®n de los 30 a?os en el 2016.