'Dies irae'
Pinta mal este oto?o. El mismo idiota lleno de ruido y furia descrito por William Shakespeare hace unos cuantos siglos se empe?a en relatarnos el mismo cuento. Resulta inagotable. Por si no fueran suficientes las jornadas de la ira convocadas por el radicalismo musulm¨¢n tras el discurso papal de la discordia y las disculpas siempre insatisfactorias, nunca bastantes, de Benedicto XVI; por si no fueran pocos cuatro fines de semana seguidos de kale borroka, con ataques con bombas incendiarias, sabotajes contra sedes de partidos, medios de comunicaci¨®n, Correos, cajeros, autobuses, autom¨®viles y contenedores; por si todo este ruido y esta furia no bastasen, de pronto nos anuncian con trompetas y descargas de fuego el Dies irae, el futuro de miedo y terror que nos aguarda. Nos lo anuncian tres ¨¢ngeles encapuchados, tres ¨¢ngeles armados surgidos de la fronda de un bosque originario en el que, tras lanzarnos su mensaje y su fuego, desaparecer¨¢n como tres sombras o como tres actores, porque el bosque es tambi¨¦n un escenario.
La religi¨®n requiere una liturgia, una norma, un teatro. El auto sacramental del s¨¢bado pasado en el paraje guipuzcoano de Aritxulegi fue, seg¨²n narran las cr¨®nicas, una perfecta representaci¨®n. ?De qu¨¦? Me temo que de algo mucho m¨¢s cerca de la religi¨®n que de cualquier teor¨ªa pol¨ªtica. Porque la religi¨®n nacionalista (el independentismo como religi¨®n) es lo que est¨¢ detr¨¢s de las capuchas de ETA. Es lo que hay, un mantra, una salmodia, un rezo de metralla, una jaculatoria de parabellum.
Auto sacramental o misa de difuntos. Dies irae, en todo caso. Algo muy nuestro. D¨ªas de la ira, d¨ªas para la ira. Con este himno latino atribuido a Tom¨¢s de Celano, fraile menor de la primera mitad del siglo XII, la Iglesia ameniz¨® y agreg¨® variedad a los terrores (ya de por si diversos) del hombre medieval. Un martillo pil¨®n insufrible, pesado, monorr¨ªtmico, el dichoso Dies irae con la ¨²ltima trompeta llamando a los muertos ante el trono divino, donde los elegidos se salvar¨¢n y los condenados ser¨¢n arrojados a las llamas eternas. Ni el canto gregoriano ni el mism¨ªsimo Mozart redimen este himno de terror terrorista. S¨®lo Dreyer consigue acercarnos al cuento del Dies irae en una extraordinaria y po¨¦tica pel¨ªcula. Pero lo de este s¨¢bado en Aritxulegi no ha sido una pel¨ªcula, sino puro teatro de m¨¢scaras. Carnaval, mascarada, misa siniestra.
Tres personas, actores, ¨¢ngeles o demonios encapuchados y con armas de fuego en la mano suben a un escenario montado para la ocasi¨®n. Se trata de celebrar el d¨ªa del gudari. Uno de los tres ¨¢ngeles anuncia: "Confirmamos el compromiso de seguir luchando firmemente, con las armas en la mano, hasta conseguir la independencia de Euskal Herria. ?Tenemos la sangre preparada para darla por ella!". Antes hab¨ªan dicho: "La lucha no es el pasado, sino el presente y el futuro". Finalmente, pegaron siete tiros y se perdieron en el fondo del bosque. Siete tiros. Precisamente siete. Quiz¨¢s los mismos que este verano le prometi¨® otro etarra al juez que lo juzgaba, Dies irae. N¨²mero cabal¨ªstico, clave territorial. Teatro y m¨¢s teatro, puesta en escena y m¨¢s puesta en escena. ?Se merece un an¨¢lisis pol¨ªtico la representaci¨®n de Aritxulegi? ?Se merece quiz¨¢s, m¨¢s ajustadamente, un comentario de texto, un an¨¢lisis po¨¦tico (el terrorismo, aunque algunos no quieran admitirlo, tiene tambi¨¦n su po¨¦tica) o una deconstrucci¨®n de su ret¨®rica? La mayor¨ªa de la clase pol¨ªtica, desde Carod-Rovira a Gaspar Llamazares, aseguran que no hay que hacerles caso a estos arc¨¢ngeles, que hay que seguir en calma. El escollo son esos siete tiros. El problema es que aqu¨ª, en este cuento lleno de ruido y furia, los tiros siempre los pega el mismo porque, probablemente, ni sabe ni ha aprendido a hacer otra cosa. S¨®lo saben rezar de corrido la plom¨ªfera oraci¨®n de las balas.
Cosa buena es la calma ante tanto Dies irae, ante tanto terror anunciado. Otro asunto es que algunos le demos la raz¨®n a Umberto Eco cuando afirma que este tercer milenio avanza con "pasos de cangrejo", lo mismo que el proceso en el que los pol¨ªticos (no sabr¨ªa decir si la ciudadan¨ªa) est¨¢n inmersos. ?Es posible, prudente o imprudente hablar de ruptura del alto el fuego? Lo que parece cierto es que el fuego est¨¢ en alto. Siete tiros. Teatro. Auto sacramental. Dies irae. ?Fuegos artificiales? Cuando los tres arc¨¢ngeles entraron en el bosque, ?se quitaron las m¨¢scaras?
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