Misterio en el jard¨ªn de los monstruos
Bomarzo y sus animales imaginarios en la ruta italiana de Viterbo
Dicen que cuando Andr¨¦ Breton le ense?¨® a Salvador Dal¨ª un libro con fotograf¨ªas sobre Bomarzo, apostill¨® lo siguiente: "Aqu¨ª est¨¢ todo tu universo cuatrocientos a?os antes de que se te ocurriera". Era l¨®gico: el bosque sagrado de Bomarzo, o parco dei mostri, como es conocido en la regi¨®n, es un lugar inquietante. Su autor fue el pr¨ªncipe Pier Francesco Orsini, quien hizo llamar a algunos de los m¨¢s importantes artistas del Renacimiento, como el arquitecto Pirro Ligorio, que sustituy¨® a Miguel ?ngel en la construcci¨®n de la bas¨ªlica de San Pedro del Vaticano. La idea era aprovechar la roca volc¨¢nica originaria del lugar, el peperino, f¨¢cilmente moldeable, para erigir un peque?o microcosmos de edificios y esculturas fant¨¢sticas que compitieran en dimensiones con el paisaje. Durante casi treinta a?os, entre 1552 y 1580, a las ¨®rdenes del pr¨ªncipe, los escultores y los arquitectos fueron disponiendo enormes rocas sobre el terreno para revelar de su interior un zool¨®gico imaginario que inclu¨ªa los animales reales, los m¨ªticos y los imposibles. Como resultado, las arp¨ªas y los ogros se hicieron sitio junto a los ¨¢rboles y los arroyos, mientras los dragones o los elefantes se alineaban frente a figuras humanas de cuatro metros de altura. Y todo ello al lado de un templo renacentista de proporciones exquisitas, un teatro min¨²sculo o a una torre tan inclinada que apenas se puede recorrer una habitaci¨®n de extremo a extremo.
Entras por la boca del monstruo hasta una sala circular y comprendes que est¨¢s ingresando en las entra?as de Bomarzo, es decir, en el vientre de la tierra, el lugar donde el polvo y el agua se condensan, y donde la muerte se convierte en morada definitiva
Sobre el dintel de la puerta est¨¢ escrito: "Para que el alma gane en prudencia, hay que buscar la tranquilidad"
Quienes han estudiado la disposici¨®n del parque se?alan que escenifica un itinerario simb¨®lico inspirado en la obra de Francesco Colonna El sue?o de Porfilio, donde se narra la peregrinaci¨®n imaginaria del protagonista para revivir su amor con Polia, prematuramente muerta. Alegan en favor de sus argumentos el templete, el ninfeo y el teatro. Hay tambi¨¦n quien afirma que fue Torcuato Tasso el que inspir¨® a Orsini, porque su Jerusal¨¦n liberada muestra el sector infernal de Bomarzo, dominado por Plut¨®n, dios de los infiernos; y para demostrarlo invocan a las esculturas m¨¢s siniestras, como el cancerbero, el perro de tres cabezas, o las furias y las arp¨ªas. No se sabe. Lo cierto es que el conjunto no se inaugur¨® nunca: primero, por la muerte de Giulia Farnese, la esposa del pr¨ªncipe, en cuyo honor fue construido, y luego, por la de su primog¨¦nito.
Algo es seguro: el jard¨ªn de los monstruos muestra la soledad de quien lo hizo, Pier Francesco Orsini, un hombre delicado, escondido en un cuerpo maltrecho, jorobado, que dedic¨® su vida a rodearse de la belleza que el destino no le hab¨ªa querido otorgar y, despechado con su familia, se escondi¨® en su palacio de Bomarzo. Coleccionista de todo, recuper¨® de su viejo linaje familiar -los Orsini, los osos- la leyenda de su antepasado alimentado por una osa e intent¨® transmutarse en mago para domesticar la naturaleza; si bien, como D¨¦dalo, acab¨® siendo constructor y prisionero de su obra.
La novela de Mujica Lainez
Debo, entre otras cosas, a Mujica Lainez el descubrimiento del personaje y del lugar. Mujica escribi¨® la novela Bomarzo sabiendo que el tiempo no afectaba a Pier Francesco Orsini, como no le afectaba tampoco a la maga de su amigo Julio Cort¨¢zar, quien public¨® Rayuela al mismo tiempo que ¨¦l lo hac¨ªa con Bomarzo. Por cierto que a Cort¨¢zar le gust¨® tanto el libro, que ofreci¨® a Mujica editar juntos un volumen con el nombre de Ramarzo o Boyuela.
Es dif¨ªcil describir el bosque sagrado. En la entrada, las esfinges te advierten en una inscripci¨®n que vas a acceder a un mundo de maravillas. Un mundo solitario. En el sendero, Jano y Saturno abren paso a una estatua colosal de H¨¦rcules descuartizando a Caco que representa la victoria del bien sobre el mal. M¨¢s adelante, en un recodo, una tortuga se enfrenta a una ballena. Sobre el caparaz¨®n tiene un jarr¨®n invertido. Luego hay un altar con las tres gracias y otro con las musas. Debajo siempre hay inscripciones, las esculturas fant¨¢sticas y los textos se superponen. La Casa Inclinada est¨¢ muy cerca. Es imposible de habitar, ni siquiera se pueden cruzar algunas habitaciones. La sensaci¨®n de v¨¦rtigo es absoluta. Sobre el dintel de la puerta est¨¢ escrito: "Animus quiescendo fit prudentior ergo"; es decir, "para que el alma gane en prudencia, hay que buscar la tranquilidad".
Las fieras m¨¢s terribles
Sigues caminando hasta una extra?a fuente custodiada por Neptuno. Junto a ella, otra clave herm¨¦tica te indica que "la fuente no se da a quien guarda en jaulas a las fieras m¨¢s terribles". A la derecha hay un elefante con una torre en la grupa que sujeta con la trompa el cuerpo rendido de un legionario. Es un recuerdo de An¨ªbal, que pas¨® por aqu¨ª, pero tambi¨¦n un s¨ªmbolo del conocimiento al mostrar que quien sucumbe (el soldado) a la sabidur¨ªa (el elefante) y renuncia a las batallas de la vida profana es quien alcanza el conocimiento (la torre de marfil). Por el camino has visto otras figuras que bordean la esquizofrenia y anuncian las formas de Max Ernst o Salvador Dal¨ª, como un drag¨®n enfrent¨¢ndose con una fiera al lado de un bosque de jarrones. Finalmente, llegas al m¨¢s all¨¢. Una enorme cabeza petrificada en un grito de dolor, sobre cuyo labio superior est¨¢ grabado "Ogni Pensier Vola" ("todo pensamiento es fugitivo"). Entras por la boca del ogro hasta una peque?a sala circular con un banco adosado al muro y un altar en el centro, y comprendes que est¨¢s ingresando en las entra?as de Bomarzo, es decir, en el vientre de la tierra, el lugar donde el polvo y el agua se condensan y donde la muerte se convierte en morada definitiva. Es el coraz¨®n del bosque sagrado; el laberinto es un viaje que termina en la boca del infierno.
Sonrisas y fantasmas
Est¨¢ cayendo la tarde y empieza a refrescar. Acabas sent¨¢ndote en un hermoso banco de piedra en cuya parte superior hay una orla con el siguiente texto: "Vosotros que vais por el mundo, errantes, tratando de ver estupendas maravillas, venid aqu¨ª, donde est¨¢n los rostros de horrendos elefantes, leones, osos, ogros y dragones". Recuerdas que antes, cuando visitabas el templo que el pr¨ªncipe Orsini dedic¨® a su mujer, o¨ªste decir a una muchacha rubia vestida de blanco que se edific¨® con planta octogonal porque el ocho significa la resurrecci¨®n. Unos minutos m¨¢s tarde, un desconocido se sienta a tu lado. Cuando te vas a levantar, le miras de soslayo, su rostro te resulta familiar. Tiene entre treinta y cuarenta a?os, el pelo corto, los ojos grandes, el tono de piel un poco p¨¢lido y sonr¨ªe amablemente. Te dice: "Mucha gente cree que este lugar es un poco siniestro. ?Usted cree en fantasmas?". "Yo no", respondes. "?Y usted?". "Yo s¨ª", contesta, alz¨¢ndose lo suficiente para dejarte entrever una peque?a joroba. Entonces desaparece.
- Pedro Jes¨²s Fern¨¢ndez es autor de las novelas Pe¨®n de rey y Tela de juicio (Alfaguara).
GU?A PR?CTICA
C¨®mo llegar- Parque de los monstruos (www.bomarzo.net; 00 39 07 61 92 40 29). Abierto todos los d¨ªas. Est¨¢ situado debajo del pueblo de Bomarzo, a unos 90 kil¨®metros de Roma, en la provincia de Viterbo. La entrada cuesta 8 euros. Para llegar,la mejor opci¨®n es la autopista A1 (Roma-Firenze) y desviarse en direcci¨®n Orte para coger la carretera SS 204, y luego la SS675, hasta la salida de Bomarzo y Soriano.Dormir- Hotel Nibbio (www.hotelnibbio.it; 00 39 07 61 32 65 14). Piazzale Gramsci. Frente a las murallas de Viterbo. Es una villa elegante del siglo XIX. La habitaci¨®n doble, 100 euros.Comer- Enoteca La Torre (00 39 07 61 22 64 67). Via de la Torre, 5. Viterbo. Buenos pescados de los lagos cercanos y una cuidada bodega. Unos 40 euros.- Wine bar Venezia (www.vino.blogdns.com; 00 39 07 61 09 20 69). Via delle Maestre, 4. Viterbo. Unos 20 euros.- Hostaria del Ponte (00 39 07 61 79 35 65). Est¨¢ en Bagnoregio, a unos 18 kil¨®metros de Viterbo. Vale la pena hacer el viaje por la cocina y la localizaci¨®n del restaurante, en un puente colgante. Unos 45 euros.Informaci¨®n- www.viterboonline.com.- www.comune.viterbo.it.- www.termedeipapi.it.
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