El Gobierno admite que la 'kale borroka' impide avances en el proceso de paz
La Moncloa confiaba en que la violencia iba a desaparecer tras la protesta del etarra De Juana
La persistencia de la kale borroka (lucha callejera) se ha convertido en un serio obst¨¢culo que "impide avanzar al proceso de paz", seg¨²n admiten fuentes del Gobierno. Tras el final de la huelga de hambre que manten¨ªa el etarra I?aki de Juana Chaos, hace una semana, la violencia ha continuado, en contra de lo que se esperaba en La Moncloa, lo que dificulta el desbloqueo del proceso. La resoluci¨®n del Congreso de los Diputados de mayo de 2005 prev¨¦ avanzar en el di¨¢logo con ETA si la banda terrorista muestra previamente una "actitud inequ¨ªvoca" de dejar la violencia.
El Ejecutivo, pese a todo, considera que el proceso no est¨¢ en riesgo de ruptura
El PSE atribuye los nuevos actos de violencia a sectores disidentes de Batasuna
El Gobierno calculaba que el final de la huelga de hambre que manten¨ªa en la c¨¢rcel el etarra De Juana Chaos -se mantuvo 63 d¨ªas en ayuno-, iba a amainar la kale borroka, dado que su rebrote se inici¨® el 18 de agosto, presumiblemente al hilo de dicha protesta. No ha sido as¨ª.
Tras las violentas acciones del viernes pasado en Durango y Basauri, el entorno de ETA lanzaba ayer pintura roja y amarilla contra las fachadas de los batzokis (sedes sociales del PNV) de la localidad vizca¨ªna de Getxo y del municipio guipuzcoano de Eibar, y quemaba con c¨®cteles molotov el cajero autom¨¢tico de una sucursal de la Caja Vital en Vitoria.
Ya la noche anterior la capital alavesa hab¨ªa vivido una concentraci¨®n en favor de los presos de ETA, al t¨¦rmino de la cual se produjeron diversos brotes violentos. Los participantes de la marcha provocaron disturbios que terminaron con una decena de contenedores quemados en distintas zonas de la ciudad, cajeros autom¨¢ticos arrasados as¨ª como varios coches particulares y mobiliario urbano.
Ese mismo viernes, la Ertzaintza hab¨ªa detenido en Vitoria a dos j¨®venes, Ibai Pe?a e Igor Mallora, acusados de participar en la kale borroka, durante los ¨²ltimos meses. Ayer ingresaron en prisi¨®n, a petici¨®n de la fiscal¨ªa, tras comparecer ante el juez Ismael Moreno en la Audiencia Nacional.
El Gobierno sigue de cerca la actitud del entorno de ETA, y ahora, menos optimista, teme que la kale borroka pueda continuar en la medida que la banda la vincula a la situaci¨®n de los presos etarras y no s¨®lo a la huelga de hambre, ya finalizada, de De Juana, en contra de lo que se pensaba inicialmente en La Moncloa. El pr¨®ximo 27 de octubre se celebra en la Audiencia Nacional el juicio a De Juana por los dos art¨ªculos que escribi¨® en el diario Gara y cuya petici¨®n fiscal, de 96 a?os, ser¨¢ sensiblemente disminuida, seg¨²n fuentes de la fiscal¨ªa.
Paralelamente, los familiares de presos de ETA presionan en contra de la pol¨ªtica penitenciaria del Gobierno y de la llamada doctrina Parot, que ha implicado el alargamiento de la permanencia en la c¨¢rcel de presos de ETA, con largas condenas pr¨¢cticamente cumplidas, por una revisi¨®n de la contabilizaci¨®n de las penas al alza, a trav¨¦s de una resoluci¨®n del Tribunal Supremo.
Ante el clima de tensi¨®n que el rebrote de la kale borroka ha originado en las calles de Euskadi, el PSE ha apuntado, por vez primera, que hay sectores de Batasuna que pretenden hacer descarrilar el proceso. El secretario general socialista de ?lava, Txarli Prieto, dijo ayer que "la izquierda abertzale no tiene m¨¢s remedio que condenar estos actos o asumir que permite que algunos revienten el proceso". Seg¨²n Prieto, "cada vez tenemos menos dudas de que en la izquierda abertzale hay personas cuya determinaci¨®n es provocar el fracaso del proceso". Y asegur¨® que estos actos violentos no pueden "quedar impunes".
A¨²n as¨ª, el Gobierno, pese a la preocupaci¨®n que le suscita la kale borroka, cree que el proceso no est¨¢ en riesgo de ruptura. Seg¨²n el calendario previsto, tras el par¨¦ntesis veraniego, en estas fechas tendr¨ªa que haber iniciado los contactos oficiales con ETA, pero evita pronunciarse sobre los mismos. En tales contactos, la exigencia de desaparici¨®n de la kale borroka es una prioridad gubernamental.
El jueves pasado, durante la celebraci¨®n de la Fiesta Nacional, el presidente Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero adelant¨® a la prensa, en el Palacio Real, que no habr¨ªa informaci¨®n sobre los contactos con ETA. Justific¨® esta decisi¨®n en la salvaguarda de la seguridad de sus participantes y en las propias garant¨ªas del proceso.
Dejando de lado la cuesti¨®n de los contactos, lo que el Gobierno s¨ª admite es que la kale borroka impide avanzar el proceso del final dialogado de ETA. Por un lado, la banda, en el comunicado en el que anunci¨® el alto el fuego permanente, del 22 de marzo de 2006, se compromet¨ªa a que el cese de la violencia se extendiera a todos los terrenos, incluida la lucha callejera.
Por otra parte, la resoluci¨®n parlamentaria de mayo de 2005, basada en el Pacto de Ajuria Eenea, de 1988 -apoyado por todos los partidos-, y en la que se basa el actual proceso de paz, aclara que si ETA ofrece "actitudes inequ¨ªvocas" que puedan conducir a un final de la violencia, los partidos democr¨¢ticos apoyar¨¢n el di¨¢logo entre el Gobierno y la banda.
En esta posici¨®n de exigencia a ETA no s¨®lo se sit¨²an el Gobierno y el Partido Socialista de Euskadi. Tambi¨¦n se sit¨²a el PNV. Su l¨ªder, Josu Jon Imaz, ha manifestado reiteradas veces que s¨®lo habr¨¢ acuerdo pol¨ªtico en la mesa de los partidos vascos -en la que el PNV es uno de los tres partidos claves- en ausencia total de la violencia.
Tanto el Gobierno del PP como el PNV mantuvieron una actitud distinta en el anterior proceso de paz fallido, el de 1998-99. En aquella ocasi¨®n, ni el Gobierno ni el PNV denunciaron la kale borroka como obst¨¢culo del proceso y, de hecho, no s¨®lo no impidieron los contactos entre el Ejecutivo de Jos¨¦ Maria Aznar y Batasuna, en diciembre de 1998, y el Ejecutivo y ETA, en mayo de 1999, sino que, incluso, acercaron presos a las c¨¢rceles vascas a¨²n con violencia en la calle. Tampoco consta en las actas, conocidas meses despu¨¦s, que el Gobierno del PP, en tales conversaciones, hubiera exigido a ETA expresamente el cese de la violencia callejera.
Sin embargo, se han producido avances en las ¨²ltimas semanas en los contactos bilaterales y secretos entre los partidos vascos -incluida Batasuna- para llegar a un preacuerdo sobre la metodolog¨ªa, funcionamiento y objetivos de la futura mesa de partidos.
Algunas fuentes estiman que el preacuerdo puede alcanzarse en las pr¨®ximas semanas, antes de que acabe noviembre. No obstante, la mesa de partidos no se materializar¨¢ p¨²blicamente hasta que Batasuna sea legal. Esta exigencia es compartida por el PSE y el PNV.
Batasuna, que dispone de varias f¨®rmulas para presentarse a las elecciones municipales de mayo -un objetivo irrenunciable para esta formaci¨®n-, no tiene prisa en legalizarse. Todo apunta a que agotar¨¢ el plazo hasta las primeras semanas de 2007.
El Gobierno ha sugerido a la izquierda abertzale que la f¨®rmula para que su legalizaci¨®n no corra el riesgo de ser cuestionada por la v¨ªa penal es pasar por la ventanilla de la Ley de Partidos y presentar unos estatutos que rechacen la violencia. El propio presidente garantiz¨® que, en esas condiciones, la v¨ªa penal no perjudicar¨ªa al nuevo partido. Otras opciones posibles ser¨ªan la agrupaci¨®n electoral o una sigla registrada como EHAK.
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