El basurero, su gorila y las grabaciones secretas
Un empresario de Orihuela, s¨ªmbolo de la uni¨®n entre el negocio y la pol¨ªtica, desvela las pr¨¢cticas de especuladores y corruptos
De peque?o, ?ngel Fenoll recog¨ªa la basura en el carromato de su padre. Ahora es due?o de un imperio adornado por 16 tigres y tres leones, hipop¨®tamos, osos, vacas escocesas, burros de Afganist¨¢n y un gorila llamado Paco cuya principal habilidad es lanzar con mucho tino sus propios excrementos. Durante a?os, Fenoll, un empresario de Orihuela af¨ªn al PP, ha ido grabando todas las conversaciones comprometidas que manten¨ªa con sus mentores pol¨ªticos y justo ahora -en pleno auge de la corrupci¨®n inmobiliaria- las est¨¢ sacando poco a poco, dejando al descubierto que lo sucedido en Marbella no es m¨¢s que la versi¨®n glamourosa de un sistema muy extendido de corrupci¨®n en el que, bajo distintos nombres, se repiten id¨¦nticos personajes: el pol¨ªtico que se vende a cambio de maletines, el especulador que paga a precio de oro la recalificaci¨®n de sus terrenos, el constructor que soborna a quien aumente el volumen de edificaci¨®n, el funcionario que avala con su firma todas esas pr¨¢cticas fraudulentas... Al sentirse abandonado por los dirigentes del PP, para quienes en el pasado compr¨® votos y hasta falsific¨® facturas, Fenoll est¨¢ lanzando con mucha precisi¨®n toda la basura que ha venido grabando durante a?os. Es su manera de blindarse, de sentirse m¨¢s seguro. Como Paco, el gorila, en su jaula.
El empresario de Orihuela, que ya fue condenado a un a?o de prisi¨®n por facturas falsas, se defiende utilizando grabaciones secretas
?ngel Fenoll empez¨® recogiendo basura en un carromato. Ahora es due?o de un imperio que incluye un zool¨®gico con m¨¢s de 200 animales
Se repiten los personajes bajo nombres distintos: el pol¨ªtico que recibe maletines, el especulador que los entrega y el constructor que soborna
El padre del arquitecto municipal de Murcia firm¨® en los ¨²ltimos a?os 460 proyectos de nuevas urbanizaciones
Un polic¨ªa que investiga el 'caso Marbella': "Hay mucho dinero en juego. Un concejal sabe que su firma vale mucho dinero"
Los 'pelotazos' urban¨ªsticos ya no s¨®lo sirven para hacerse rico f¨¢cil y r¨¢pidamente. Tambi¨¦n es un arma para destruir al enemigo pol¨ªtico
-Nati, saca una bandeja de pasteles para estos se?ores.
Fenoll no es de los que se esconden. Hay quienes, una vez alcanzado cierto poder¨ªo econ¨®mico o social, corren a borrar el pasado que les estorba. ?l, en cambio, se enorgullece de su estirpe gitana, de haber juntado m¨¢s de 200 animales salvajes en su planta de vertidos y hasta de llevar toda la vida en el negocio de la basura sin haber conseguido decir la palabra residuo sin comerse la u. "Tengo bisontes americanos, hipop¨®tamos de 1.500 kilos, alces, zorros y hasta mofetas operadas para que no huelan". Tampoco se esconde de la manera en que de unos meses para ac¨¢ est¨¢ intentando blindar sus intereses.
-A ¨¦l tambi¨¦n le tenemos grabado, ?no?
La pregunta de Fenoll coge a su gerente con un pastel en la boca. El empresario se refiere a uno de los pol¨ªticos m¨¢s influyentes de Alicante, Luis Fernando Cartagena, ex alcalde de Orihuela y ex consejero de Obras P¨²blicas. Fenoll se remonta a una noche de varios a?os atr¨¢s para hacer ver el grado de complicidad, de amistad, incluso, que alcanz¨® con Cartagena, fact¨®tum del PP valenciano entonces y hoy centrado en labores empresariales. "Me llam¨® y me dijo: 'Piensa en mis hijos, ?ngel. Tienes que hacerme un gran favor".
El relato de Fenoll no tiene desperdicio. Siendo alcalde, Luis Fernando Cartagena recibi¨® un sobre con 48.000 euros. Se lo hab¨ªa mandado la hermana Bernardina, responsable del asilo municipal. Ella lo hab¨ªa recaudado entre los ancianos all¨ª acogidos para que fuese destinado a obras sociales. "Pero Luis Fernando no registr¨® la entrada del donativo en el Ayuntamiento. Escondi¨® el sobre en un piano y se fue gastando el dinero. Pasado el tiempo, y cuando se enter¨® de que la justicia estaba buscando aquel sobre, me llam¨® y me pidi¨® que le consiguiera facturas falsas. Quer¨ªa hacer parecer que el dinero se lo hab¨ªa gastado en mejorar las casas de los gitanos. No deb¨ª prestarme a aquello, pero les hice las facturas. Bueno, yo no. Despert¨¦ a mis empleados a las tres de la ma?ana y se pusieron a hacerlas. En mala hora. El juicio se celebr¨® hace ahora cuatro a?os. A m¨ª me condenaron a un a?o de prisi¨®n, y a ¨¦l, a cuatro. Por un delito de malversaci¨®n de caudales p¨²blicos y otro de falsedad en documento mercantil. Yo no tengo que entrar en prisi¨®n porque mi pena es inferior a los dos a?os, pero ¨¦l s¨ª. Pidi¨® el indulto y todav¨ªa est¨¢ pendiente de que se lo concedan. Si le dicen que no, tendr¨¢ que ir a la c¨¢rcel".
"Tengo m¨¢s grabaciones"
El empresario carga de intenci¨®n la siguiente frase. "Tengo m¨¢s grabaciones. Ojal¨¢ no las tenga que utilizar. Eso querr¨¢ decir que mis negocios no corren peligro". Durante dos d¨¦cadas, Fenoll y el PP se repartieron los papeles a la perfecci¨®n. Luis Fernando Cartagena adjudic¨® a su amigo Fenoll el contrato de basuras de toda la costa y el empresario supo agradec¨¦rselo. Coloc¨® en sus empresas a familiares de altos cargos -entre ellos, a Carmen Zaplana, hermana del actual portavoz del PP en el Congreso de los Diputados-, meti¨® dinero en una emisora local af¨ªn al PP y en una ocasi¨®n llen¨® dos autobuses de fieles para que en la asamblea local del partido ganara quien la direcci¨®n quer¨ªa. Falsific¨® facturas, compr¨® votos... hasta que un d¨ªa llam¨® a su puerta Pepe, El Polaco.
El Polaco, apodo de un alcalde ped¨¢neo de la zona de Orihuela, ven¨ªa acompa?ado de un agente inmobiliario. "Me dijeron que la empresa Armilar estaba comprando con dinero de La Caixa una gran finca de mandarinos propiedad de un belga para construir un campo de golf y 3.000 viviendas. Quer¨ªan que yo les vendiera una tierra m¨ªa que les hac¨ªa falta para completar el proyecto. Me alarm¨¦, porque esa finca est¨¢ exactamente a 1.527 metros lineales de mi vertedero y de mi zool¨®gico. Me ofrecieron 12.000 euros por cada tah¨²lla (1.185 metros cuadrados) y por supuesto que no se las vend¨ª. Pero el problema no es ¨¦se. El problema es que si me ponen un campo de golf y 3.000 chal¨¦s ah¨ª enfrente, lo siguiente es cerrarme el vertedero. Le mand¨¦ una carta al alcalde -Jos¨¦ Manuel Medina, del PP- pregunt¨¢ndole si era verdad que iba a recalificar ese terreno, que ahora no es urbanizable y s¨®lo se puede dedicar a explotaci¨®n agr¨ªcola, y me dijeron que no. Pero yo s¨¦ que me mintieron. ?Qu¨¦ banco se gasta una fortuna en un campo de mandarinos sin la seguridad de que se lo van a recalificar? No s¨¦ de ning¨²n banco que se haya quedado con el terreno colgado para plantar limones... Espero que no quieran jugar conmigo".
Panorama abrumador
En la sede central del Cuerpo Nacional de Polic¨ªa en Madrid todav¨ªa hay muchas cajas de la Operaci¨®n Malaya por desprecintar. A las diez de la noche del pasado mi¨¦rcoles, varios oficiales de polic¨ªa especialistas en delitos econ¨®micos segu¨ªan trabajando. Uno de ellos admit¨ªa que el panorama que se les presenta es abrumador. "Hay mucho dinero en juego. Un concejal sabe que su firma vale mucho dinero". Pone el ejemplo de Marbella, un caso redondo desde el punto de vista policial y judicial. Se cogi¨® a los rateros con las manos en la masa y hasta Juan Antonio Roca, el cerebro de la operaci¨®n, verdadero santo patr¨®n de la Espa?a del pelotazo, termin¨® reconociendo ante la polic¨ªa que toda su fortuna era, efectivamente, suya. "Pero no siempre es as¨ª. Son delitos muy dif¨ªciles de investigar. Y el dinero se suele ocultar mediante verdadera ingenier¨ªa fiscal". Por burdos que puedan parecer a veces los autores de los pelotazos, a su alrededor siempre gravita una constelaci¨®n de bien pagados expertos en hacer desaparecer las huellas. "Y el problema", explica el polic¨ªa, "no es s¨®lo el dinero que se roba, sino el dinero que no entra". Dice que hay un chiste que refleja a la perfecci¨®n la esencia del negocio. "Un alcalde quiere pintar la fachada de su Ayuntamiento y pide propuestas. Se presenta un marroqu¨ª y le pide un mill¨®n por el trabajo. Luego llega un colombiano que le reclama dos millones, alegando que su pintura es de mejor calidad. Cuando ya est¨¢ dispuesto a darle el trabajo al marroqu¨ª, se presenta un espa?ol y le pide tres millones. Alarmado por tan alto precio, le pregunta el porqu¨¦. El espa?ol le responde: 'Muy f¨¢cil. Un mill¨®n para que pinte el marroqu¨ª. Otro para ti y otro para m¨ª'. No hace falta decir qui¨¦n, en la vida real, se suele llevar el trabajo".
-Si no cobro, no hago papeles para nadie. Yo, papel que hago, papel que cobro...
La frase es de Isabel Garc¨ªa Marcos, la primera teniente de alcalde del Ayuntamiento de Marbella. Se puede llegar a pensar que tal desparpajo se debe a que tal declaraci¨®n de intenciones fue pronunciada en la intimidad de una conversaci¨®n telef¨®nica, dirigida a otro concejal, c¨®mplice o al menos en el ajo del mangoneo, sin sospechar que la polic¨ªa ten¨ªa pinchado el tel¨¦fono. Pero no. Cuando Garc¨ªa Marcos sali¨® de prisi¨®n tras depositar la fianza, lejos de pedir perd¨®n o sentirse avergonzada -ella que se present¨® durante a?os como ¨²nico y verdadero azote de Gil y Gil-, la ex concejal socialista se adjudic¨® la categor¨ªa de "presa pol¨ªtica" y corri¨® a ser entrevistada, bajo pago, por un programa del coraz¨®n. Id¨¦ntica actitud se observa en otros protagonistas. A un tal Francisco G¨®mez, m¨¢s conocido por El Paloma, no le import¨® tener una sentencia que prohib¨ªa levantar una urbanizaci¨®n en un pinar protegido para, a pesar de que el caso ya hab¨ªa saltado a la opini¨®n p¨²blica, poner en marcha las sierras mec¨¢nicas y emprender la tala. Cuando este peri¨®dico public¨® la noticia, El Paloma no se escondi¨® ni cubri¨® el rostro, como hacen los sospechosos de otro tipo de delitos, sino que proclam¨® a los cuatro vientos: "No descarto seguir con la tala de pinos cuando todo se calme".
Y, aunque sin declaraciones p¨²blicas, la forma de actuar de algunos funcionarios municipales -colaboradores necesarios, por acci¨®n u omisi¨®n, del desaguisado- apunta en la misma direcci¨®n. La familia de Joaqu¨ªn Pe?alver, arquitecto municipal de Murcia, tramit¨® los expedientes de la mayor¨ªa de las urbanizaciones aprobadas en el municipio. El padre del funcionario, tambi¨¦n arquitecto, firm¨® en los ¨²ltimos a?os los proyectos de 460 nuevas urbanizaciones. En la ciudad era un secreto a voces que encargar los proyectos a los Pe?alver era garant¨ªa de ¨¦xito seguro. El negocio funcion¨® redondo hasta que el resto de los arquitectos -hartos del monopolio- denunciaron la situaci¨®n a trav¨¦s del colegio profesional.
Pero la cosa no queda ah¨ª. Antonio S¨¢nchez Carrillo, un alto cargo del PP de Murcia, compatibiliz¨® durante un tiempo la Concejal¨ªa de Fomento con un puesto en una promotora que, para m¨¢s inri, apadrinaba un proyecto prohibido por Medio Ambiente. Tambi¨¦n en la otra acera de la pol¨ªtica se registran altos niveles de desahogo. Dos de los cuatro concejales del PSOE de Sese?a (Toledo) trabajan para una empresa de Francisco Hernando, el famoso Pocero, el mismo que surgido de la nada es capaz ahora de levantar una macrourbanizaci¨®n de 13.508 viviendas en un lugar donde el agua es un milagro o de comprarse a tocateja un yate de 72 metros de eslora.
?ngel Fenoll se despide en la puerta de la sede de su empresa, una casa de madera levantada en lo alto de una colina. Ya es de noche y a lo lejos se divisa la costa saturada de luces. Dentro, su gerente sigue indagando a trav¨¦s de Internet las propiedades de quienes un d¨ªa compartieron negocios y hoy son enemigos declarados. Los camiones que traen la basura de toda la costa de Alicante empiezan a llegar y pasan por delante de los burros de Afganist¨¢n y varias parejas de dromedarios. Al gorila Paco nunca le falta munici¨®n en su jaula. Dice ?ngel Fenoll, sin perder la sonrisa, que tambi¨¦n ¨¦l dispone de muchas grabaciones dispuestas a ser enviadas a "donde m¨¢s da?o hagan".
-En una de ellas, hay uno que me dice: "?Ay ?ngel, como cuentes aquello me empujas a la c¨¢rcel!".
-?Qui¨¦n es?
-No es el momento. Todav¨ªa no es el momento.
Dice la polic¨ªa que las familias de la corrupci¨®n est¨¢n dejando de caminar juntas. Los pelotazos urban¨ªsticos ya no sirven s¨®lo para hacerse rico f¨¢cil y r¨¢pidamente. Tambi¨¦n es un buen sistema para destruir al enemigo pol¨ªtico. Se ha roto el equilibrio. Empieza el fuego cruzado.
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