Educar sobre lo real
El Gobierno ha incluido la ense?anza de distintas formas de familia dentro de la nueva y controvertida asignatura de Educaci¨®n para la Ciudadan¨ªa. Aunque al final ha cedido a las presiones de la Iglesia cat¨®lica y sus colectivos educativos afines al suavizar el texto definitivo, sustituyendo la referencia a los "tipos de familia" por "la familia en la Constituci¨®n espa?ola", sigue incluyendo la ense?anza de que existen los n¨²cleos familiares formados por matrimonios homosexuales, por un solo c¨®nyuge o por parejas de hecho. Ni m¨¢s ni menos es la realidad sancionada por la ley.
Por muchas quejas que suscite el texto por parte de los colectivos m¨¢s conservadores, no ser¨ªa razonable evitar que los adolescentes sepan que existe en nuestra sociedad una diversidad de opciones: el conocimiento es condici¨®n para la tolerancia y el respeto. Los padres de ideolog¨ªas conservadoras son muy libres de ense?ar a sus hijos que la homosexualidad es una "perversi¨®n" o una enfermedad, y que no hay m¨¢s familia que la heterosexual; pero deben ser igualmente conscientes de que la escuela tiene obligaci¨®n de informar de que se trata de una opci¨®n perfectamente legal asumida por muchos, con la que deben acostumbrarse a convivir quienes no la aceptan. La educaci¨®n es la mejor medida de prevenci¨®n contra la violencia o la discriminaci¨®n. No es admisible ocultar por razones ideol¨®gicas o religiosas situaciones reguladas por ley al amparo de la Constituci¨®n, como los matrimonios gays. La legislaci¨®n debe ponerse por delante de esto.
La inclusi¨®n en esta asignatura de referencias a la necesidad de que los alumnos aprendan a respetar la libertad de opci¨®n sexual es una de las aportaciones m¨¢s novedosas. El combate a los prejuicios y las actitudes tanto hom¨®fobas como sexistas o racistas debe hacerse desde la escuela. El hecho de que se imparta como una asignatura concreta y no dentro de otras materias, como historia o filosof¨ªa (como ocurre ahora con la ense?anza de otros valores, como educaci¨®n para la paz o medioambiental), aporta una mayor garant¨ªa de que se va a dedicar un tiempo espec¨ªfico a tratar estas cuestiones. La defensa de un modelo determinado de familia, como hace la Iglesia cat¨®lica o los centros concertados religiosos, no puede privar a ning¨²n alumno del conocimiento de las realidades sociales diversas que existen, de su libertad para elegir la que prefiera y del respeto a los que escojan otras distintas.
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