La doctora Blanco ya no pasa consulta aqu¨ª
Un mill¨®n de madrile?os cambian de m¨¦dico por la consolidaci¨®n de miles de sanitarios interinos
Demetrio y Carmen est¨¢n desolados. Salen agarrados del centro de salud de Pavones, en Moratalaz, andando con pasos cortos y lentos. Hace un mes se enteraron de que su m¨¦dica "de toda la vida", la doctora Blanco, ya no iba a poder supervisar las graves enfermedades de la mujer. Carmen, de 56 a?os, ha tenido cuatro infartos cerebrales, pero lo m¨¢s duro que le come por dentro es una arterioesclerosis m¨²ltiple, un mal degenerativo que s¨®lo Blanco supo diagnosticar. El hecho de que la m¨¦dica haya consolidado su plaza de interina en una fija, distinta de la que atend¨ªa desde hace m¨¢s de 15 a?os, ha sido "un gran dolor" para este matrimonio: se han quedado sin ella.
Esteban tiene 45 a?os y padece sida. Su m¨¦dica de los ¨²ltimos 12 a?os, en un ambulatorio del centro de Madrid, sab¨ªa mucho m¨¢s de ¨¦l que su novio, por dos razones: la enfermedad le obliga a ir al m¨¦dico en busca de recetas y revisiones mes a mes y la mujer, con un punto seco, resultaba extraordinariamente eficaz y comprensiva. Hace 20 d¨ªas le comunic¨® una excelente noticia para ella -se incorporaba a su plaza fija- y una p¨¦sima novedad para ¨¦l: se quebraba una relaci¨®n de confianza de m¨¢s de una d¨¦cada.
"Es un movimiento inevitable", admiten desde el Sindicato de M¨¦dicos
El baile de facultativos se fragu¨® en 2001, al convocarse una oferta de empleo p¨²blico
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"Ella y yo hemos pasado de todo. Yo la vi embarazada, la regal¨¦ un mu?eco para su hija, y me contaba sus temores a perder la plaza, su condici¨®n de eterna interina. Ella me vio demacrado, cuando pesaba 20 kilos menos que ahora. Cuando muri¨® mi novio, que tambi¨¦n era su paciente, acabamos los dos llorando en la consulta. Llevaba a?os haciendo trampa para poder quedarme con ella, cuando yo cambiaba de domicilio. Ella vino a hacerme las curas cuando me acababan de operar aunque yo ya viv¨ªa fuera de su zona. Adem¨¢s, hab¨ªa ido aprendiendo muchas cosas del sida: los efectos secundarios de la medicaci¨®n, las resistencias...". "Ahora", dice con la mirada francamente triste, "tengo que comenzar de nuevo".
Historias similares se repiten estos d¨ªas como una letan¨ªa en los centros de salud, como parte m¨¢s visible de lo que Francisco Jos¨¦ S¨¢enz Mart¨ªnez, presidente de la Sociedad Madrile?a de Medicina General, califica como "mes negro". Desde el 19 de octubre, y hasta ma?ana, 20 de noviembre, alrededor de 1.000 m¨¦dicos de cabecera de los ambulatorios p¨²blicos est¨¢n tomando posesi¨®n de sus plazas definitivas para tratar a usuarios distintos de los que ven¨ªan atendiendo como interinos, en algunos casos desde hace m¨¢s de 10 a?os. La medida afecta "a m¨¢s de un mill¨®n de pacientes", seg¨²n reconoce Armando Resino, director de Recursos Humanos de la Consejer¨ªa de Sanidad.
Resino anuncia que "de octubre de este a?o a febrero de 2007 se van a mover veinte mil y pico profesionales de la sanidad en Madrid", como consecuencia de las distintas ofertas de empleo que concluyen ahora en masa. Para evitar que el atasco de interinos cause estas situaciones de nuevo y pedir que haya procesos de selecci¨®n anualmente, entre otras reivindicaciones, el Sindicato de M¨¦dicos llama a la huelga los d¨ªas 30 de este mes y el 1 de diciembre.
El baile de plazas masivo es una bomba retardada que comenz¨® a cebarse en 2001, cuando el Gobierno estaba a punto de ceder las competencias sanitarias a la Comunidad. El Ministerio de Sanidad, dirigido entonces por la ministra del PP Celia Villalobos, decide convocar una oferta de empleo p¨²blico con la idea de hacer fijos a los miles de interinos -m¨¦dicos especialistas y de familia, enfermeros y otros colectivos-. As¨ª, hoy se viven las consecuencias de la ejecuci¨®n de la Ley 16/2001, en un proceso que ha durado cinco a?os, luego de tres vueltas de asignaci¨®n de destino en funci¨®n de los m¨¦ritos, o m¨¢s bien los puntos acumulados, de cada profesional que concurr¨ªa a la oferta.
El proceso ha supuesto muchos cambios de plaza para los m¨¦dicos de familia, pero no tantos para los especialistas. La ley estableci¨® que el interino consolidara su plaza en el hospital, en el caso de los especialistas, y en el ¨¢rea sanitaria, para los m¨¦dicos de cabecera. Se han producido casos como el de Pilar Loeches, que, sin dejar su ¨¢rea sanitaria, la 1, ha acabado en Fuentidue?a de Tajo, en el l¨ªmite con Cuenca, tras varios a?os de interina en el centro de salud de la calle de Ibiza (Retiro).
Margarita, de 74 a?os, se lame sus achaques en este centro de Madrid capital. Se dice "desconcertada con tanto cambio de m¨¦dico", y tiene razones para quejarse: hace un a?o y medio que le cambiaron al facultativo, "y ahora me han dicho que la doctora Rodr¨ªguez tambi¨¦n se va". "No est¨¢ bien esto, porque el m¨¦dico de cabecera no s¨®lo mira el padecimiento del momento que le traes, sino tambi¨¦n tu ambiente familiar, tu actitud ps¨ªquica. Existe casi una relaci¨®n de amistad con ¨¦l", asegura con una claridad de expresi¨®n admirable.
Uno de los pacientes del m¨¦dico S¨¢enz lleg¨® hace d¨ªas a su consulta y le pidi¨® de rodillas que le firmara la inscripci¨®n en el turno de tarde. Tras 15 a?os de servicio de interino en el centro Ciudad de San Pablo, en Coslada, acababa de obtener su plaza fija en el mismo lugar, pero abandonando el turno de ma?ana. "Imag¨ªnate, yo s¨¦ toda su vida, y le hab¨ªa tratado una depresi¨®n y el hombre no quer¨ªa, con toda l¨®gica, tener que volver a contarle todo a otra persona", relata S¨¢enz. Ciento veinti¨²n pacientes que estaban con ¨¦l por la ma?ana lograron pasarse al turno de tarde, pero ya no puede admitir m¨¢s porque su cupo se acerca ahora a los 2.000 pacientes.
En el centro de salud Isla de Oza, en Puerta de Hierro, la cosa fue m¨¢s f¨¢cil. Dos de sus m¨¦dicos obtuvieron la plaza fija en este ambulatorio donde ya trabajaban, pero cada uno en turnos distintos al que atend¨ªan. La soluci¨®n fue ofrecer un cambio masivo tambi¨¦n a los usuarios: los de la ma?ana fueron a la tarde y los de la tarde a la ma?ana. En cambio, los pacientes de uno de los compa?eros de S¨¢enz que trabajaba en el centro Jaime Vera (Coslada) no tuvieron tanta suerte. El m¨¦dico ha consolidado su plaza en la misma ciudad, pero en el ambulatorio Doctor Tamames, por lo que sus pacientes no han podido seguirle. Hoy atiende en un barrac¨®n provisional a personas que acaba de conocer, a la espera de mudarse todos al centro que construye la Comunidad justo al lado.
Una paciente de 47 a?os del centro de Pavones, Isabel, considera que es "una putada" que la m¨¦dica que la trata desde hace 15 a?os no vaya a hacerlo m¨¢s. La mujer cuenta maravillas de la facultativa Cerezo, con la que ten¨ªa "mucha confianza". Y reclama algo muy concreto: "?Que me digan d¨®nde ha ido para irme con ella!".
Antonio, su marido, tambi¨¦n tendr¨¢ que "contar su vida de nuevo" a otra persona, porque la doctora Blanco, la misma que trataba la arterioesclerosis de Carmen, le ha dejado. Otra mujer que sale del centro de Moratalaz, Mar¨ªa Francisca Sierra (diab¨¦tica, de 64 a?os), tambi¨¦n echa de menos a Cerezo. "Aunque tus datos queden para el m¨¦dico nuevo, no sabe c¨®mo eres, ni tus costumbres". La m¨¦dica Cerezo, que cuidaba la salud de Sierra desde hace m¨¢s de una d¨¦cada, supo de las bodas de sus hijos, y "preguntaba siempre por mis nietos", recuerda la mujer.
Isabel L¨®pez, presidenta nacional de Atenci¨®n Primaria en el Sindicato de M¨¦dicos, asegura que entre sus afiliados no hay descontento porque la consolidaci¨®n conlleva "un movimiento inevitable". El problema se debe, seg¨²n afirma, "a la falta de previsi¨®n de las administraciones, de todos los colores, y a la tasa de interinidad de la sanidad". Arguye L¨®pez que "la movilidad del profesional es un derecho", y que la clave es que "desde hace 15 a?os no ha habido una cadencia anual de oposiciones en Sanidad". El sindicato denuncia que s¨®lo se han convocado tres oposiciones en 20 a?os y cinco concursos de traslados, "y ahora, claro, con esto, muchos est¨¢n tomando posesi¨®n de golpe".
Asensio L¨®pez, vicepresidente de la Sociedad Espa?ola de Medicina Familiar y Comunitaria, que representa a 19.500 m¨¦dicos de Primaria en toda Espa?a, destaca que, como consecuencia de estos "traslados masivos", los m¨¦dicos de familia habr¨¢n de invertir el pr¨®ximo a?o "hasta un 30% de su tiempo en conocer a sus pacientes". Adem¨¢s, advierte de que "muchos centros de salud van a cambiar equipos enteros de atenci¨®n primaria, m¨¦dicos y personal de enfermer¨ªa". Todo ello redundar¨¢ en una disminuci¨®n de la calidad del servicio, aseguran en la asociaci¨®n. L¨®pez insiste en que lo peor del asunto estriba en "el malestar de millones de pacientes por el cambio, inesperado y no elegido, de su m¨¦dico de familia".
El 91,6% de los m¨¦dicos fijos que se han nombrado como culminaci¨®n de la Ley de 2001 ya hab¨ªa tomado posesi¨®n de su plaza la semana pasada. Son 873 m¨¦dicos. El total de facultativos que han de hacerlo es de 953, seg¨²n datos de Sanidad, que tambi¨¦n ha registrado la llegada de otros 130 m¨¦dicos de otras comunidades. Pero los cambios de ubicaci¨®n van a continuar, porque quedan 530 interinos que no han superado el proceso selectivo.
Resino asegura que firmar¨¢n nuevos contratos con estos m¨¦dicos que han sido desplazados por los que han entrado fijos. Se les ha hecho un nombramiento eventual a la espera de acordar nuevas interinidades ma?ana d¨ªa 20, "porque con el mill¨®n de nuevos pacientes que hemos asumido en los dos o tres ¨²ltimos a?os, la sanidad los necesita", afirma Resino.
La Comunidad achaca los cambios a "la culminaci¨®n de un proceso administrativo". Resino constata que se trata de algo "inevitable". "Si trabajo en un centro de M¨®stoles, quiero ir a trabajar a Madrid, y tengo los puntos necesarios, pues desplazo a un interino que lleva 15 a?os; as¨ª es la cosa", resume.
Demetrio y Carmen, los pacientes de Pavones, se sienten perdidos en este castillo kafkiano. Llevan un mes tristes, anhelando a su doctora, y se sienten frustrados porque les han dicho que no pueden reclamar nada. "Que eso es as¨ª" concluye, apenada.
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6.600 enfermeros consolidan plaza
Francisca S¨¢nchez se qued¨® de piedra cuando acudi¨® hace unos d¨ªas a la consulta del pediatra de sus hijos en un centro de salud de Moratalaz y vio que su nombre ya no estaba en la puerta. El m¨¦dico Santiago Manzano, cuyo trato con sus dos hijos era "perfecto", se hab¨ªa ido de un d¨ªa para otro.
Los pediatras tambi¨¦n toman parte en un proceso de consolidaci¨®n de interinos masivo que no s¨®lo afecta a los m¨¦dicos de cabecera. "Aunque estaba muy contenta con el pediatra, entiendo que el cambio tendr¨¢ alguna raz¨®n", asegura S¨¢nchez.
El centro de Pavones es uno de los m¨¢s afectados por un proceso que, aunque conocidos sus resultados desde 2004, est¨¢ aplic¨¢ndose ahora. Jim¨¦nez Telo, su coordinador, ha sido el ¨²nico de ocho m¨¦dicos que ha logrado su plaza fija en el mismo centro donde trabajaba. "El problema de organizaci¨®n interna que vamos a tener es enorme porque, adem¨¢s, de cuatro pediatras cambiar¨¢n tres, de siete enfermeros cambian seis, y de cuatro administrativos, se van dos".
Entre los enfermeros que trabajan en la sanidad p¨²blica, la interinidad tambi¨¦n es la norma. Unos 6.600 enfermeros consolidan su plaza en estos d¨ªas, lo que dar¨¢ lugar a la ruptura de muchos equipos que ven¨ªan trabajando desde hace a?os.
Una enfermera de Primaria desde hace cinco a?os, que no quiere dar su nombre
se ha quedado en la calle tras esta oferta al ser desplazada por un fijo que ha llegado de otra ciudad en un concurso de traslados. "En los ambulatorios el turno es fijo, de ma?ana o tarde, y se libra los fines de semana. Aunque en el hospital se gana m¨¢s, los enfermeros est¨¢n obligados a trabajar noches", dice.
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