El rastro de Gal¨ªndez
Una exposici¨®n muestra los documentos sobre su secuestro y desaparici¨®n y los ambienta en los a?os 50 del siglo XX
La voz de Doris Day y el merengue dominicano suenan en las salas del Museo Vasco de Bilbao (Plaza Miguel de Unamuno, 4). Se escuchan formando parte del envoltorio de la exposici¨®n Gal¨ªndez Missing. Askatasunen aldeko borrokalaria ("Gal¨ªndez desaparecido. Un luchador por la libertad"), que evoca el ambiente de los a?os 50 del siglo XX para recordar la figura de Jes¨²s de Gal¨ªndez, delegado del Gobierno vasco en el exilio, colaborador del FBI, secuestrado en Nueva York en 1956 por orden del dictador dominicano Rafael Leonidas Trujillo y, desde entonces, desaparecido. La exposici¨®n ha sido organizada por la Fundaci¨®n Sabino Arana para conmemorar el 50? aniversario de la desaparici¨®n de Gal¨ªndez y rendir tributo a las 50.000 personas que, seg¨²n c¨¢lculos de la ONU, han desaparecido en el mundo en los ¨²ltimos 25 a?os por causa de sus ideas pol¨ªticas o culturales, como record¨® ayer la directora de la fundaci¨®n Irune Zuloaga.
Una de las salas simula un hangar y la cabina de un avi¨®n y otra reproduce una vieja oficina del FBI
Gal¨ªndez desapareci¨® en la noche del 12 de marzo de 1956. Fue visto por ¨²ltima vez en una estaci¨®n de metro de Manhattan vestido con un abrigo gris, sombrero y llevando un malet¨ªn. En el lugar donde se perdi¨® su pista -antes de ser trasladado a la Rep¨²blica Dominicana, torturado y asesinado- comienza la muestra. En 1954, Gal¨ªndez decidi¨® asentarse en Nueva York y realizar su doctorado sobre la dictadura de Trujillo. Entre las denuncias contra el r¨¦gimen dominicano, su corrupci¨®n y la represi¨®n que ejerci¨®, Gal¨ªndez coment¨® que Ranfis Trujillo no era hijo biol¨®gico del dictador. Las alusiones personales decidieron su destino. Seg¨²n el FBI, en la preparaci¨®n, secuestro y encubrimiento del crimen participaron un total de 35 personas. Nueve de ellas fueron asesinadas o murieron de forma misteriosa.
La primera sala del recorrido evoca una estaci¨®n del metro de Nueva York en la que las m¨¢quinas expendedoras de peri¨®dicos sirven para ofrecer a los visitantes el folleto de la muestra. Los objetos personales de Gal¨ªndez, conservados en su apartamento de Nueva York, donde impart¨ªa clases en la Universidad de Columbia, fueron incautados por la CIA y hasta varios a?os despu¨¦s no fueron entregados a sus familiares. La peripecia ha hecho que no se conserven, as¨ª que los responsables de la exposici¨®n, I?aki Bernardo e I?aki Goiogana, autores del libro Gal¨ªndez: la tumba abierta. Guerra, exilio y frustraci¨®n, optaron por reproducir ambientes en que se movi¨® el pol¨ªtico peneuvista para presentar documentos relacionados con su trabajo, la organizaci¨®n de los Servicios Vascos de Informaci¨®n, creados por orden del lehendakari Jos¨¦ Antonio Aguirre, y su colaboraci¨®n con el FBI.
Una de las salas simula un hangar y en un rinc¨®n se reproduce la cabina del avi¨®n que traslad¨® a Gal¨ªndez a Santo Domingo. Otros de los espacios asemeja una oficina del FBI, en la que no falta la bandera de las barras y estrellas.
Las pantallas de ordenador permiten acceder a los documentos originales que componen el expediente de los servicios de informaci¨®n estadounidenses sobre la colaboraci¨®n entre los vascos y los aliados durante de II Guerra Mundial. Tambi¨¦n est¨¢n disponibles los documentos del FBI sobre la desaparici¨®n de Gal¨ªndez que han sido desclasificados, m¨¢s de 100.000 folios en los que se ven los tachones de la censura.
La exposici¨®n recoge los libros y las pel¨ªculas inspirados por el caso y grabaciones con testimonios de personas que le conocieron, como Joseba Agirre, el hijo del primer lehendakari, y de historiadores que han investigado su desaparici¨®n. Gal¨ªndez Misssing, que estar¨¢ abierta al p¨²blico hasta el pr¨®ximo 28 de febrero, descubre otras facetas menos conocidas del delegado del Gobierno aut¨®nomo, como las gestiones que realiz¨® en Madrid durante la Guerra Civil para salvar la vida de vascos encarcelados.
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