Para fijar el tiempo ef¨ªmero
La ACM edita un manual de bautizos, bodas y entierros civiles para uso de ediles
Todo el mundo nace y todo el mundo muere. La variedad est¨¢ en medio (tambi¨¦n en las formas de hacerlo). Hay quien se casa y quien lo evita. Hay quien tiene hijos y quien se apunta al ej¨¦rcito. Para los momentos de cambio evidente la sociedad ha instituido, desde tiempo inmemorial (minuto m¨¢s, minuto menos) un conjunto de ceremonias que sirvan de se?al en el tiempo. Ceremonias que el cristianismo hizo suyas tanto tiempo que sin su ritual resultan casi dif¨ªciles de comprender, como si no se hubieran producido. Pero siguen naciendo ni?os a los que se impone un nombre y se presenta a los dem¨¢s (aunque no se les bautice); sigue habiendo un instante en el que el ni?o deja de ser ni?o (pasa a tener "uso de raz¨®n", que se dec¨ªa) y otro en el que se convierte en adulto; la gente se casa y lo pregona.
Una boda en un templo, con trajes al uso, invitados, arras, m¨²sica de ¨®rgano y un sacerdote con casulla brillante parece m¨¢s boda que una ceremonia fr¨ªa ante un alcalde que, adem¨¢s, a veces es amigo. Un entierro con misa y responso (aunque ya sin caballos ni cortejo) parece m¨¢s definitivo que sin ceremonial alguno. Es evidente, los curas tienen la mano rota en hacer estas cosas aparentes. Los ciudadanos laicos, en cambio, est¨¢n apenas empezando el aprendizaje.
Hace cuatro d¨ªas, cuando la biolog¨ªa no hab¨ªa liberado a este pa¨ªs del ¨²ltimo dictador, la f¨®rmula para el matrimonio civil era disuasoria: "Persiste en su actitud de tomar civilmente por esposa...", dec¨ªa el funcionario de forma claramente conminatoria. Hoy las cosas van cambiando, pero el laicismo sigue careciendo del empaque de la religi¨®n. Aunque no renuncie a la prestancia.
Para aliviar un poco la austeridad, la Asociaci¨®n Catalana de Municipios ha editado un Manual de Cerim¨°nia Civil, oportunamente subtitulado Els dies m¨¦s grans. Se trata de un conjunto de instrucciones para ayudar a alcaldes y concejales a celebrar esos momentos que marcan las biograf¨ªas de los mortales. Joan Surroca, autor del volumen y de la presentaci¨®n, ha recogido un conjunto de textos e incluso m¨²sicas que puedan ayudar a los cargos municipales electos a oficiar cualquier tipo de ritual: el sustitutivo del bautismo, llamado aqu¨ª "nacer a la vida", que considera tambi¨¦n las posibilidades de la adopci¨®n y de la acogida. La boda no deja de lado a los matrimonios menos tradicionales como aquellos entre homosexuales. Entre los textos que se ofrecen al oficiante figura Himeneu, poema de Joan Brossa que dice: "Ho declaro / no hem visitat cap esgl¨¨sia, / per¨° s¨ª que ens parem en silenci / davant aquests vells arbres". Hay otros de Vicent Andr¨¦s Estell¨¦s, Auden, Bocaccio, Josep Carner, Narc¨ªs Comadira, Carles Riba, Quevedo, Miguel Hern¨¢ndez, Rilke y Shakespeare, e incluso, del libro b¨ªblico Cantar de los cantares.
Las m¨²sicas que se sugieren son muy variadas. Desde cl¨¢sicos como Bach, Beethoven y H?ndel, hasta piezas de autores m¨¢s actuales, como Porgy and Bess, de George Gershwin; la Maria de West Side Story, de Leonard Bernstein; Abra?a'm, de Maria del Mar Bonet; Quiero vivir contigo, de Luis Eduardo Aute, o Burbujas de amor, de Juan Luis Guerra, sin dejar Por amor, de Gloria Estefan o Layla, de Eric Clapton.
En la ceremonia de las exequias se recomienda tener en cuenta si el fallecido, de quien ser¨¢ conveniente trazar una semblanza, dej¨® alg¨²n tipo de indicaci¨®n para el caso, quiz¨¢s un testamento vital o un mensaje para sus allegados. Los textos seleccionados son, en algunos casos, de los mismos autores de las bodas con a?adidos de Samuel Beckett, Feliu Formosa, Joan Maragall, M¨¤rius Torres, Le¨®n Felipe, Jos¨¦ Hierro, Antonio Machado y las Coplas de Jorge Manrique.
En las m¨²sicas se mantienen Bach y Beethoven, pero H?ndel cede el puesto a Albinoni, junto a Dvorak, Debussy, Berilos o Jordi Cervell¨®, junto a Leonard Cohen, Jacques Brel o el espirtual negro La vall del riu vermell.
El volumen se cierra con unos textos para "otros momentos de vida plena", que la imaginaci¨®n aconseje celebrar: desde la jubilaci¨®n, hoy ya no necesariamente contigua en el tiempo a la muerte, hasta aniversarios, homenajes u otras celebraciones, ninguno, claro, tan definitivo como los dos "grandes" momentos obligados: el nacimiento y la muerte, cuya memoria es siempre cosa de otros. Para el resto de acontecimientos sirve este libro que ayuda a alcaldes y concejales a celebrar esos instantes ef¨ªmeros que sus conciudadanos aprecian hasta el punto de querer envolverlos con m¨²sica, gestos y palabras para que perduren en la memoria.
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