El Bernab¨¦u es un chollo

El Madrid sigue gripado. No despega porque vive al capricho de un t¨¦cnico muy confuso, incapaz de dar con la f¨®rmula e incapaz de hacer que espabilen unos cuantos futbolistas que bajo su mando han perdido galones. Frente al Betis, el d¨ªa en que Ronaldo debut¨® como goleador del Milan, el equipo se gan¨® otra merecida bronca de su hinchada, harta del desbarajuste de los suyos, que salvaron un punto entregados a Casillas y a la timidez de su rival en algunos tramos del choque. A este Madrid le falta de todo, goles, serenidad, jugadores y un gui¨®n establecido.

El equipo blanco vive al capricho de un t¨¦cnico muy confuso, incapaz de espabilar a los jugadores

Arranc¨® con br¨ªo el Madrid, con Guti de gu¨ªa de Robinho, muy activo tras sus lamentos de esta semana. Esta vez, Capello no fue Capello y, lejos de castigar al brasile?o, le concedi¨® la titularidad en detrimento de Ra¨²l, al que quiz¨¢ la llegada del Bayern sirva de coartada a su sentada. Pero uno de los grandes problemas del Madrid es el ataque. Quienes escoltan a Van Nistelrooy tienen cierta alergia al ¨¢rea. Robinho es un gambeteador, Beckham, un centrador y Guti, un pasador. Guti ha tenido temporadas en las que ha flirteado con el gol, pero unos metros m¨¢s atr¨¢s sirve de dictado a todo el equipo. Por algo, pese al empe?o inicial del Madrid, su mejor martillo fue Sergio Ramos, sobrado de cualidades f¨ªsicas para ir y venir cuantas veces haga falta. M¨¢xime si el rival no aprieta demasiado, caso del Betis, al que su t¨¦cnico, Luis Fern¨¢ndez, perfil¨® para que de inicio se jugara la partida en la trinchera. De entrada no le qued¨® m¨¢s remedio, porque el grupo de Capello le apret¨® con ah¨ªnco. Pero resultaron fuegos artificiales. Robinho se apag¨® enseguida y, sin noticias de Gago, solapado por un Emerson improductivo, el Madrid volvi¨® a ser el Madrid de esta temporada: un equipo desorientado por las sentencias y rectificaciones de su t¨¦cnico y con muy poca chicha.

Capello lleva un ciclo en un paisaje lunar, de bache en bache. Nunca ha dado con la p¨®cima y en cada partido hace girar la ruleta. No tuvo m¨¢s remedio que, por absoluto consenso popular y a ra¨ªz de una lesi¨®n del brasile?o, retirar a Emerson. Lo hizo sin convicci¨®n, porque de alguna forma el ex juventino es su ahijado. Una cosa es que Capello se arrugue con Beckham y otra muy diferente que claudique con Emerson, por cierto m¨¢s pesado que de costumbre. En poco m¨¢s de un mes, Gago ha aportado mucho m¨¢s y el chico se ha ganado el cr¨¦dito suficiente como para que le dejen solo al mando, como a ¨¦l le gusta. ?l deber¨ªa ser el primer farero del equipo y, muy cerca del argentino, Guti el segundo. Pero Capello ha decidido enquistar a Emerson entre ambos. Hasta el punto de que en el descanso retir¨® a Gago antes que a su pretoriano preferido. Entr¨® Ra¨²l, al que por una vez el italiano acerc¨® al gol. Otra rectificaci¨®n, pero le quedan unas cuantas.

Antes de que Emerson, renovara en el segundo acto, el Madrid fue tan capaz de mantener el control como de tragarse la gran ocasi¨®n del primer tiempo. En la primera estirada del Betis, Pancrate meti¨® el turbo hasta el balc¨®n del ¨¢rea, Sobis le devolvi¨® la pelota tras una magn¨ªfica maniobra y el franc¨¦s, en los morros de Casillas, vio c¨®mo el portero madridista aleteaba una mano para evitar el tanto. Hasta despu¨¦s del descanso, poco m¨¢s asust¨® el Betis, m¨¢s ocupado por negociar el empate inicial a partir de Juande, un canterano que hace un suspiro se mostraba en el barbecho de la Tercera Divisi¨®n. Juande, un pivote defensivo de pierna fuerte, juega con tanta determinaci¨®n con imprudencia. Al minuto nueve ya se hab¨ªa ganado la expulsi¨®n, por un codazo a Robinho cuando ya ten¨ªa tarjeta amarilla. La ley de los ¨¢rbitros es peculiar: el cron¨®metro es el que marca el grado del delito. Un disparate.

Superado el frenes¨ª inicial, el Madrid, descuartizado por Capello tras el cambio de Gago, se vio contra las cuerdas. Lo percibi¨® Luis Fern¨¢ndez, que visto que su colega italiano se jugaba las habichuelas con Emerson ¨¦l envid¨® con Rivera, con el que el Betis conquist¨® la pelota. Para entonces, en Chamart¨ªn ya hab¨ªa un eco contra el equipo. La hinchada no est¨¢ para bromas y ayer la tom¨® con Robinho, fuera de foco desde su impulsiva puesta en escena. Lo de este brasile?o es cosa de brujas. Tiene unas condiciones fant¨¢sticas pero ha tirado una oportunidad tras otra desde que desembarc¨® en Madrid. En el club nadie ha sabido c¨®mo reconducir su caso. Cuando la afici¨®n despidi¨® con silbidos a Robinho, el Betis ya manejaba el encuentro, con Guti dimitido de forma escandalosa. Este Madrid invita a que el contrario se anime, por muy timorato que sea. Vistas las prestaciones de su rival, el equipo andaluz acab¨® por entronizar, una vez m¨¢s, a Casillas, perfecto en dos remates venenosos de Rivera. Y vendido en un remate de Fernando al poste tras el lanzamiento de un c¨®rner -cuesta creer que un equipo como el Madrid, que defiende en montonera las jugadas a bal¨®n parado, reciba un remate semejante- y otro cara a cara con Pancrat¨¨. En esta ocasi¨®n no fue el poste, sino un mont¨ªculo el que salv¨® al Madrid. El remat¨¦ del franc¨¦s iba a la red hasta que un mal bote cambi¨® el rumbo del bal¨®n. En medio del embiste del Betis, el Madrid s¨®lo pudo replicar con un remate de Van Nistelrooy al larguero tras un gran pase de Beckham, la ¨²nica nota positiva del ingl¨¦s en toda la noche. Una jornada m¨¢s en la que el Madrid vivi¨® de nuevo entre tinieblas. Este equipo no tiene rumbo, est¨¢ tan desquiciado, como demostr¨® Beckham con su merecida expulsi¨®n en los ¨²ltimos minutos, que ha convertido su muse¨ªstica fortaleza en un chollo.