Chirac renuncia a un tercer mandato y se retira sin dar su apoyo a Sarkozy
El presidente franc¨¦s pone fin, con las encuestas en contra, a 42 a?os de carrera pol¨ªtica
Era un secreto a voces. Tras perder en 2005 el refer¨¦ndum de ratificaci¨®n de la Constituci¨®n europea y tras sufrir un accidente vascular, a Jacques Chirac, de 74 a?os, le ha llegado el momento de poner fin a 42 a?os de carrera pol¨ªtica, en la que ha sido nueve veces diputado, tres veces alcalde de Par¨ªs, dos primer ministro, y otras dos presidente de la Rep¨²blica. En una intervenci¨®n televisada, Chirac confirm¨® ayer que al final del mandato no volver¨¢ a presentarse y evit¨® dar su apoyo a ning¨²n candidato, incluido el conservador Nicolas Sarkozy.
El mandato de Chirac terminar¨¢ en la medianoche del pr¨®ximo 16 de mayo. Seg¨²n las encuestas, m¨¢s de tres cuartas partes de los franceses no quer¨ªan que volviera a presentarse.
El inter¨¦s de la intervenci¨®n, de poco m¨¢s de 10 minutos, estaba en saber si iba a marcar el camino al futuro presidente y si iba a pronunciarse por alguno de los candidatos a sucederle. No hizo lo segundo y as¨ª se guarda un as en la maga, una ¨²ltima posibilidad de seguir influyendo. "Ya tendr¨¦ oportunidad de expresar por qui¨¦n va mi preferencia personal", dijo. Esa preferencia depender¨¢ de asumir cinco misiones: la primera, "la de no pactar nunca con el extremismo", es decir, no intentar recuperar los votos de la extrema derecha asumiendo como propios argumentos que son antidemocr¨¢ticos. Chirac reclam¨® "un combate por la unidad, la cohesi¨®n y la diversidad de una Francia que ofrezca igualdad de oportunidades a todos".
La segunda misi¨®n es la de "no malvender el modelo social franc¨¦s, tan adecuado al mundo de hoy". La tercera pasa por relanzar la "vital construcci¨®n europea", que no ha de ser la de una UE concebida como mero espacio de librecambio econ¨®mico sino "una Europa potencia, una Europa pol¨ªtica y una Europa social".
Esas tres primeras misiones est¨¢n en contradicci¨®n con el comportamiento del candidato conservador, Nicolas Sarkozy, que demoniza a los emigrantes tal y como lo hace el Frente Nacional de Le Pen, que ha criticado p¨²blicamente "el modelo social franc¨¦s porque no funciona" y se ha manifestado m¨¢s atlantista que europe¨ªsta, al tiempo que se dispone a proponer una mini-Constituci¨®n para relanzar la paralizada maquinaria comunitaria. Pero esas tomas de posici¨®n sarkozystas han sido moderadas o contradichas estas ¨²ltimas semanas por declaraciones de otro signo. El resultado es que hoy la candidatura del presidente de la Uni¨®n por un Movimiento Popular (UMP) aparece atravesada por principios irreconciliables que hacen confuso su discurso.
Chirac, que habl¨® delante de un decorado en el que s¨®lo hab¨ªa la bandera de Francia y la europea, insisti¨® por fin en que "Francia es un pa¨ªs portador de valores universales como la tolerancia, el respeto y el di¨¢logo entre culturas", y advirti¨® de la amenaza de un liberalismo sin control".
Por ¨²ltimo, adopt¨® de nuevo el tr¨¦molo ecologista para hablar del "sufrimiento de un planeta sin aliento" e insisti¨® en las ventajas francesas para jugar un papel dirigente en la lucha por un desarrollo sostenible, entre ellas el peso de "su agricultura y de su industria nuclear".
El presidente insisti¨® en repetidas ocasiones en su "amor por Francia" e identific¨® su pa¨ªs con las causas de la justicia, la paz y el laicismo. El balance de sus 12 a?os de presidencia apenas fue evocado: una mini-reforma de las pensiones de jubilaci¨®n, un combate contra el paro que ¨¦l estima como el m¨¢s eficaz de los ¨²ltimos 25 a?os y el haber logrado mantener Francia en su lugar, "una Francia que a¨²n no ha terminado de asombrar al mundo".
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