Un follet¨ªn ingobernable
Le¨ªda El s¨¦ptimo velo, la novela con la que Juan Manuel de Prada se alz¨® con el Premio Biblioteca Breve 2007, hay que aceptar su instinto narrativo y la maquinaria de simulaci¨®n que pone a su servicio. Es verdad que poseer ese instinto no garantiza una obra irreprochable. Con ese don se puede escribir tanto una buena novela como una mala o innecesaria. Incluso hay autores que son capaces de las dos cosas en su misma carrera literaria. Hemingway, por no hablar en el aire, con su instinto narrativo escribi¨® una novela hermosa como Por qui¨¦n doblan las campanas, o esa pieza maestra que es Tener y no tener. Pero tambi¨¦n una prescindible como es Al otro lado del r¨ªo y entre los ¨¢rboles. Hay novelas que la mejor elecci¨®n hubiera sido no escribirlas. Este instinto exige dolorosas autodiscriminaciones. Y cuando es desbordante, obliga a una imprescindible dosificaci¨®n. O esa poda que a veces las imaginaciones ingobernables se tienen bien merecida. ?Estas patolog¨ªas son las que afectan a El s¨¦ptimo velo?
EL S?PTIMO VELO
Juan Manuel de Prada
Seix Barral. Barcelona, 2007
644 p¨¢ginas. 21,50 euros
Juan Manuel de Prada escribi¨® una buena novela de entretenimiento. Incluso dir¨ªa que con este premio, la novela de entretenimiento y aventurillas de De Prada ha subido en su escalaf¨®n. ?Pero pudo este libro aspirar a algo m¨¢s rotundamente art¨ªstico? Pudo, pero su autor no quiso. Y respecto a la maquinaria de simulaci¨®n lo que hay que exigirle es que simule bien. De Prada la pone en funcionamiento, incluso pega bien los dispositivos que la mantienen activa y eficaz. Pero la sensaci¨®n que a uno le queda al final es la de las batallitas del abuelo, y el cart¨®n piedra, que es el material que mejor maneja su autor. Dicho de otra manera. Un largo resumen de pel¨ªculas muy vistas sobre la Segunda Guerra Mundial, con nazis, resistentes y traidores. Y sobre todo, con una historia de amor que (ya que hay un ¨²ltimo velo que correr en el medio) no develar¨¦.
El s¨¦ptimo velo narra dos his
torias.
Una, la que nos cuenta en primera persona Julio. Y la otra, la de Jules, que se nos narra con una voz omnisciente y que es, a la larga, la que registra m¨¢s n¨ªtidamente el pensamiento pol¨ªtico de De Prada. Julio inicia la b¨²squeda de su padre biol¨®gico por los escenarios de la ocupaci¨®n nazi en Francia. Por su parte, Jules, el padre biol¨®gico de Julio, tiene toda la aureola del h¨¦roe resistente franc¨¦s y, para no perder la oportunidad de opinar algo sobre la Guerra Civil, De Prada lo enamora de una espa?ola exiliada. Bien visto, no est¨¢ mal elegir el tema de la traici¨®n y el padre desconocido para urdir una trama folletinesca, que es lo que es a todas luces esta novela.
El s¨¦ptimo velo alcanza por momentos tramos de excelente narratividad, pero truncada por los habituales excesos del autor. Apurar hasta el m¨¢ximo el diccionario, una imaginer¨ªa metaf¨®rica de una opacidad infranqueable (como esta imagen: "Ahora su erecci¨®n era violenta como una angina de pecho"). Y ello sin contar la abultada inverosimilitud de sus muchas acciones, que no har¨ªa sino, en todo caso, corroborar su registro folletinesco.
De Prada se abona a la ¨²ltima bibliograf¨ªa sobre la Guerra Civil, seg¨²n la cual la Rep¨²blica estuvo muy bien pero si hubiera controlado sus desmanes no hubiera dado lugar a la sublevaci¨®n de Franco. Me tranquiliza imaginar que el autor ha le¨ªdo Los cementerios bajo la luna del mon¨¢rquico, cat¨®lico y tradicionalista franc¨¦s Georges Bernanos. En el final de un cap¨ªtulo (p¨¢gina 249), alude (adem¨¢s de referirse impl¨ªcitamente a Hijos de la ira, de D¨¢maso Alonso) a este escalofriante documento sobre el terror del ej¨¦rcito nacional en la Mallorca republicana.
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