Richard Rogers gana el Pritzker

El arquitecto brit¨¢nico Richard Rogers, autor de iconos como el Centro Pompidou de Par¨ªs (1977) y de importantes hitos en Espa?a, entre ellos la T-4 de Barajas, consigui¨® ayer el Premio Pritzker de Arquitectura. Rogers es asesor de Tony Blair, del alcalde de Londres y del Ayuntamiento de Barcelona en cuestiones urban¨ªsticas, est¨¢ considerado mundialmente como el ide¨®logo de la reconversi¨®n de la capital brit¨¢nica y defiende un modelo de ciudad social y sostenible.

Empez¨® construy¨¦ndole una casa a su padre, un m¨¦dico de origen italiano, hermano de uno de los arquitectos milaneses m¨¢s famosos del siglo XX, Ernesto Rogers. La vivienda est¨¢ en Wimbledon, al sur del Londres, y la dise?¨® con su primera mujer, Su, cuando corr¨ªa el a?o 68. Con esa casa, Richard Rogers (Florencia, 1933) iniciaba una carrera de logros pioneros y firmaba uno de los primeros edificios precursores del high tech, el estilo que revolucionar¨ªa la arquitectura brit¨¢nica en los a?os setenta y ochenta y que a ¨¦l le vali¨® aparecer en revistas especializadas. Pero lo que realmente lo dio a conocer fue una gamberrada que firm¨® tres a?os despu¨¦s, en 1971, en el coraz¨®n de Par¨ªs: el Centro Pompidou, un edificio forrado de tubos de colores. Este primer icono lo dise?¨® con su amigo el tambi¨¦n premio Pritzker y nuevo miembro del jurado Renzo Piano. Rogers y Piano lo han explicado m¨¢s de una vez: ten¨ªan 30 a?os, esp¨ªritu contestatario, ambiciones hippies y... no contaban con ganar. Pero ganaron. Y el Pompidou cambi¨® el destino de una plaza e inaugur¨® para la arquitectura la otra opci¨®n posmoderna, la que en lugar de apostar por edificios que interpretaban la historia lo hac¨ªa por la tecnolog¨ªa.

A?os m¨¢s tarde, de nuevo en Londres, lleg¨® otra haza?a, el edificio de oficinas Lloyd's (1986) en la City, la zona de negocios. Con luz natural en todos los despachos, zonas para la convivencia de trabajadores y ascensores panor¨¢micos, era el primer rascacielos que se levantaba en el coraz¨®n financiero de Londres. El Lloyd's fue un precursor de la preocupaci¨®n por la sostenibilidad y un modelo del uso social de la arquitectura. Ambos asuntos han caracterizado la obra de Rogers desde entonces.

Pero tal vez fuera la radio lo que m¨¢s cambi¨® su vida. En 1995 dio una serie de charlas sobre arquitectura en la BBC. Lord Rogers of Riverside, que es la zona londinense donde construy¨® su colorista oficina y el River Caf¨¦ -que regenta Ruth, su segunda y actual mujer-, es un personaje famoso, incluso popular en Inglaterra. Tras aparecer en televisi¨®n y tener un programa de radio, las charlas quedaron recogidas en un libro (Ciudades para un mundo peque?o, publicado en castellano por Gustavo Gili) y ¨¦l se convirti¨® en asesor de Tony Blair para temas de urbanismo.

Quer¨ªa cambiar Londres: abrirlo a la gente, cerrarlo a los coches. Pensaba, sigue convencido, que el futuro ten¨ªa que ser sostenible y socialista. Su apuesta cuaj¨® el rejuvenecimiento de la capital brit¨¢nica. Y hoy, adem¨¢s de asesorar al alcalde de Londres, da consejo, desde hace casi una d¨¦cada, al Ayuntamiento de Barcelona. Por lo dem¨¢s, desde aquellas conferencias construye como nunca: el Parlamento de Gales en Cardiff (2006) y la Corte de Justicia de Amberes (2005), rascacielos en Londres y en Manhattan, la Terminal 5 en Heathrow y la T-4 en Barajas.

Con un pie en el urbanismo y otro en los detalles del mobiliario urbano, Rogers ten¨ªa casi todos los premios -las medallas de oro del Riba y de la Fundaci¨®n Jefferson, el Imperiale japon¨¦s o el Stirling-, pero no el Pritzker, a pesar de que sus antiguos compa?eros de equipo (Norman Foster, con el que form¨®, junto a sus mujeres Wendy Foster y Su Rogers el estudio Team4, o Renzo Piano, con el que ide¨® el Pompidou) hace a?os que lo recibieron. El grueso de los edificios de Rogers podr¨¢ ser menos notable que el de sus colegas, pero si alguien crey¨® que no iba a recibir nunca el Pritzker, tal vez menospreci¨® que a sus edificios pioneros ha sido capaz de unir una visionaria posici¨®n como urbanista. No en vano, el jurado del 31? Premio Pritzker, con el que ha obtenido 100.000 d¨®lares (unos 75.000 euros), reconoci¨® que "Rogers demuestra que el trabajo m¨¢s duradero que puede hacer un arquitecto es ser un buen ciudadano del mundo".