Cien manos para atrapar al vuelo una botella de agua
Desir¨¦e Mart¨ªn permaneci¨® subida durante cuatro horas en el rompeolas del puerto de los Cristianos esperando el desembarco del cayuco. Era un caluroso 21 de marzo de 2006 cuando esta fot¨®grafa de 32 a?os, que apenas llevaba seis meses especializada en inmigraci¨®n, durmi¨® otra noche m¨¢s en el puerto, dentro de su coche, para no perderse la llegada de las embarcaciones con el pasaje m¨¢s desgraciado que pisa las costas de Canarias.
Arrib¨® tras dos d¨ªas de calma. A bordo del cayuco viajaban 72 subsaharianos y dos magreb¨ªes, a quienes en los interrogatorios posteriores la polic¨ªa requis¨® los m¨®viles y el dinero por creer que eran los patronos. Ese d¨ªa el puerto de los Cristianos registraba un tr¨¢fico intenso, por lo que el cayuco tuvo que esperar varias horas antes de tocar puerto. Desde la d¨¢rsena, recuerda Desir¨¦e Mart¨ªn, se ve¨ªa a los inmigrantes gesticular desesperadamente en demanda de agua. La Guardia Civil les lanz¨® tres botellas desde el aire, las que ellos llevaban para consumo propio.
La primera, con m¨¢s de un centenar de manos luchando por atraparla, fue la imagen captada por la fot¨®grafa y reproducida al d¨ªa siguiente en la prensa nacional a trav¨¦s del servicio de noticias Efe. El diario Abc la public¨® en portada. Esta instant¨¢nea le vali¨® ayer el premio Ortega y Gasset de Periodismo 2007 en la categor¨ªa de Periodismo Gr¨¢fico.
Desir¨¦e Mart¨ªn es free lance, y ha trabajado siempre en agencias. Primero locales, como la Agencia Canaria de Noticias, y despu¨¦s para Efe y France Presse. Al premio concedido ayer lo describe como "un espaldarazo y un reconocimiento" y le ha llegado adem¨¢s "en el momento adecuado". Desir¨¦e estaba casi a punto de tirar la toalla profesional, al menos en lo que se refiere a la exclusividad. La precariedad del oficio la hab¨ªa alcanzado de lleno y estaba plante¨¢ndose seriamente obtener ingresos con actividades extraperiod¨ªsticas. "El premio me ha rescatado", comenta.
De momento, le permitir¨¢ continuar con su proyecto de visitar Senegal y entrevistar en su aldea natal a unos ni?os a los que hace poco repatriaron desde Canarias. "Quiero saber qu¨¦ pasa despu¨¦s con esos pobres chicos. Y contarlo a trav¨¦s de la fotograf¨ªa".
Desir¨¦e Mart¨ªn asegura que le resulta dif¨ªcil desconectar de la realidad que capta en sus im¨¢genes. Mantiene viva una conexi¨®n con los seres an¨®nimos a los que fotograf¨ªa en momentos extremos de sus vidas. "S¨¦ que los inmigrantes del cayuco de la imagen premiada tuvieron suerte y llegaron a la Pen¨ªnsula", recuerda.
En ocasiones, -y no son infrecuentes- dice que siente un nudo en el est¨®mago, especialmente cuando escucha las terribles historias de los menores. "Un chico de 16 a?os me cont¨® c¨®mo su madre le hab¨ªa empujado a ¨¦l y a su hermano menor al interior de un cayuco, a la fuerza. Hab¨ªa vendido sus vacas para pagarles el pasaje. El m¨¢s peque?o muri¨® y fue su propio hermano adolescente el encargado de tirarlo por la borda. Lo peor de todo es que no se trata de una historia aislada. Son muchos los ni?os que pierden a sus familiares durante la traves¨ªa. Y no imagino lo que ocurre en sus aldeas cuando regresan repatriados, porque en realidad vuelven fracasados. Por eso voy a viajar a Senegal. Quiero verles y quiero contarlo".
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