Austeridad y recogimiento en familia
POSADA DE SAN MILL?N, muros del siglo XI y un patio de madera en Sep¨²lveda
A Sep¨²lveda no solamente se va a dar cuenta de un asado en el Fig¨®n de Ismael, propiedad del actual alcalde de la villa. Ni a pasear por el parque natural de las Hoces del R¨ªo Durat¨®n, cuyo centro de recepci¨®n e interpretaci¨®n ha sido instalado en la iglesia de Santiago tras un lamentable reacondicionamiento de su planta mud¨¦jar. Tambi¨¦n cabe la posibilidad de no hacer nada, absolutamente nada, si es que la expresi¨®n del dolce far niente cabe en la agenda de los fugitivos ociosos del fin de semana.
Aflojar el m¨²sculo, dormir a pierna suelta, leer y callar como acostumbran los hu¨¦spedes repetidores de esta posada, gobernada por Pilar Alonso y su hijo Mill¨¢n en un barrio perif¨¦rico de la localidad segoviana. Sus muros datan del siglo XI, cuando sirvieron de residencia palaciega a la familia Gil de Gibaja, remodelados en los siglos XV y XVI para hacerla orbitar en torno a un patio interior muy se?ero en el uso de la piedra, la madera noble y los juegos de sombras generados por su estructura porticada.
POSADA DE SAN MILL?N
Categor¨ªa oficial: no tiene categor¨ªa administrativa. Calle del Vado, 12. Sep¨²lveda (Segovia). Tel¨¦fono: 646 84 04 83. Fax: 921 54 01 77. Internet: www.portalsegovia.com/posadasanmillan. Instalaciones: jard¨ªn, sal¨®n de estar, comedor. Habitaciones: 8 dobles con calefacci¨®n, tel¨¦fono, televisor en color y secador de pelo. Hotel para no fumadores. Servicios: no admite animales dom¨¦sticos. Precios: todo el a?o, 75 euros + 7% de IVA; desayuno incluido. Tarjetas de cr¨¦dito: MasterCard, Visa.
Arquitectura ... 7
Decoraci¨®n ... 5
Estado de conservaci¨®n ... 7
Confortabilidad de habitaciones ... 4
Aseos ... 5
Ambiente ... 7
Desayuno ... 4
Atenci¨®n ... 8
Tranquilidad ... 9
Instalaciones ... 4
Silencio de sobra
Como es previsible en una casa noble abierta a la intemperie del patio, en invierno las estancias se mantienen frescas, tal vez en exceso, lo que augura una agradable temperatura durante los t¨®rridos meses del verano castellano. En su decoraci¨®n se han engarzado troqueles de madera, tallas pol¨ªcromas de v¨ªrgenes y santos, pomos de bronce, cabeceros de forja, ara?as y plafones, ¨®leos y grabados, as¨ª como una extensa colecci¨®n de objetos de anticuario en un estilo de remordimiento caracter¨ªstico del lugar, quiz¨¢, aunque sombr¨ªo y algo abigarrado. El comedor se alivia un poco gracias al color de las elaboraciones y el ambiente hogare?o de sus rincones.
En los dormitorios, igualmente austeros, se respira el aire de otros siglos, incluso en el apresto de las camas, amplias pero insoportablemente agrestes en sus colchones. La escasa luz de una lamparilla de mesa impide la lectura f¨¢cil, y no todas se abren al paisaje del Durat¨®n a trav¨¦s de un balc¨®n. El cuarto de ba?o regala un espacio in¨²til que podr¨ªa ser aprovechado para mayores lujos, como el de una ducha termol¨²dica o un ajuar cosm¨¦tico a tono con los valores de la posada. En descargo de tales carencias, sobran metros de silencio y mucho recogimiento. Factores necesarios para unos d¨ªas de descanso.
Pilar Alonso y su hijo Mill¨¢n ofrecen el resto. Su amabilidad y buena disposici¨®n son la recompensa que el viajero obtiene por renunciar al confort de otros hoteles en la zona con mejores instalaciones, pero menos emocionantes y, desde luego, no tan aut¨¦nticos.
ALREDEDORES
LA VISITA cultural de Sep¨²lveda tiene como eje la plaza Mayor, que preside en un extremo el palacio del Conde de Sep¨²lveda (siglo XIX). En el otro extremo, una fuente de piedra y bronce culmina una escalinata hacia la iglesia rom¨¢nica de San Bartolom¨¦ (siglo XII). La iglesia de San Salvador es la expresi¨®n del mejor rom¨¢nico defensivo: cuerpo de una sola nave, ¨¢bside semicircular y torre adusta.
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