Captar el mensaje, ?asalto al poder?

Si el n¨²cleo duro del Partido Popular gana a la hora de imponer su mensaje como el mensaje de las urnas, lo m¨¢s enconado de la oposici¨®n estar¨ªa por llegar en los meses que quedan de legislatura hasta las elecciones generales. En otros t¨¦rminos, que al obtener una mayor¨ªa de votos en estos comicios, la estrategia de la movilizaci¨®n callejera permanente y la tensi¨®n pol¨ªtica habr¨ªa confirmado la eficacia para reconquistar el Gobierno. El mensaje descodificado llevar¨ªa por t¨ªtulo: a por el asalto al poder.

Con todo, ese mensaje har¨ªa caso omiso de la realidad, que los resultados sumados a granel tienden a oscurecer. Y esa realidad indica que el Partido Popular, que ya hab¨ªa perdido terreno en las municipales de 2003, a¨²n mantiene un suelo firme pero contin¨²a perdiendo posiciones. A su vez, el PSOE, que logr¨® avances importantes en 2003, mas no decisivos, se afirma all¨ª donde ya estaba y avanza en comunidades y ayuntamientos de ciudades relevantes. Ya se hubiera dado un canto en los dientes Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero en mayo de 2003 con resultados parecidos a los de ayer, que le faltaron a pesar de ganar en el recuento general por 123.000 votos.

Mariano Rajoy quiso hacer de estas elecciones una primera vuelta de las pr¨®ximas elecciones generales. Pero no lo han sido como tampoco resultaron as¨ª en 2003. Aquellos dirigentes del Partido Popular que sostienen que quien gana las elecciones municipales y auton¨®micas gana las generales olvidar¨ªan un hecho nada insignificante: que, seg¨²n ellos, el PP ya ten¨ªa pr¨¢cticamente ganadas las elecciones del 14 de marzo de 2004 y que el PSOE las rob¨® a horcajadas del atentado del 11-M mediante un procedimiento rayano en un golpe de Estado.

Si se ve al PP como un tren bala en marcha desde pr¨¢cticamente la derrota del 14-M, con una masa movilizada por la sed de recuperar el poder, la conclusi¨®n que su estado mayor tratar¨¢ de imponer contra viento y marea, seg¨²n fuentes consultadas anoche, ser¨¢ la de mantener, si no incrementar, la tensi¨®n. No cambiar de caballo a mitad del r¨ªo.

Problema: si los resultados en el Ayuntamiento de la capital y en la Comunidad de Madrid producen un fen¨®meno de ilusi¨®n ¨®ptica sobre el resto del mapa electoral, la conclusi¨®n del n¨²cleo duro del partido Popular supondr¨ªa forzar radicalmente las cosas.

A estas alturas parece claro que la estrategia de convertir estos comicios en un plebiscito contra la pol¨ªtica antiterrorista del Gobierno socialista (o, si se prefiere, en un plebiscito de la oposici¨®n furibunda de Mariano Rajoy y sus muchachos) no ha sido una buena idea. Para ganar en Madrid por los m¨¢rgenes que el Partido Popular ha conseguido no necesitaba la estrategia de la tensi¨®n. Porque el trabajo ya se lo hab¨ªa hecho el PSOE al abandonar, desde hace mucho tiempo, el frente de Madrid. Y, si no necesitaba la tensi¨®n en Madrid, esta tampoco le ha favorecido en el resto de Espa?a.