Adi¨®s al mito de la 'escalera mec¨¢nica'
Los empleados treinta?eros norteamericanos tienen unos salarios inferiores a los que ganaban sus padres
?Sigue vivo el sue?o americano? Depende de los datos que se analicen. Durante m¨¢s de dos siglos, las distintas generaciones de j¨®venes en Estados Unidos se han inspirado en el deseo de superar a sus padres, lo que les llev¨® a estudiar duro y trabajar sin descanso para ganar m¨¢s que sus padres. Los tiempos cambian. Un estudio revela ahora que los empleados en la treintena tienen una n¨®mina anual un 12% m¨¢s baja que la de sus progenitores cuando ¨¦stos ten¨ªan su misma edad, lo que pone el mito en cuesti¨®n.
Entre 1974 y 2000, la productividad subi¨® un 56% en Estados Unidos mientras que los ingresos salariales lo hicieron en un 29%
Una de las piedras angulares sobre la que se sustenta el motor econ¨®mico estadounidense es el principio por el que todos los individuos deben tener las mismas oportunidades para triunfar a lo largo de su carrera profesional sobre las bases de su esfuerzo, formaci¨®n e ingenio. Es sentido com¨²n. Y como dice el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, "si cada persona puede desarrollar y aplicar libremente su talento en la mayor medida de lo posible, tanto el individuo como la econom¨ªa se benefician de ello".
Es la teor¨ªa. En la pr¨¢ctica, los mitos son eso, mitos. "La escalera mec¨¢nica que hist¨®ricamente garantizaba que cada generaci¨®n lo iba hacer mejor que su predecesora parece que no funciona", indica el informe del Proyecto sobre Movilidad Econ¨®mica. Los datos que se manejan toman como referencia a empleados que se encuentran entre los 30 y 39 a?os, por ser los m¨¢s activos y donde empiezan a madurar en sus puestos, lo que ayuda a predecir sus futuros ingresos.
Las estad¨ªsticas hablan por s¨ª mismas. El ingreso medio de un var¨®n en la treintena era de 35.010 d¨®lares anuales en 2004. Es un 12% menos que la generaci¨®n de sus padres, en 1974, que cobraban el equivalente a unos 40.210 d¨®lares cuando se ajustan sus sueldos de entonces a la inflaci¨®n. Hace una d¨¦cada, siguiendo el mismo criterio, la fuerza laboral que se encontraba en esa franja de edad ganaba una media de 32.901, un 5% m¨¢s que en 1964.
El estudio, elaborado por los grupos de reflexi¨®n m¨¢s influyentes en el ¨¢mbito de la pol¨ªtica econ¨®mica de Estados Unidos, no establece unos motivos precisos que expliquen esta disfunci¨®n, aunque sugiere que puede deberse al alza de la productividad, a un crecimiento econ¨®mico menor y a un incremento de las desigualdades salariales. Otro factor puede ser la entrada de la mujer en el mercado laboral, o incluso que los hombres no trabajen tanto como sol¨ªan.
De hecho, la incorporaci¨®n de la mujer al trabajo est¨¢ ayudando a compensar el descenso de los sueldos de los hombres. Sin embargo, el estudio sobre movilidad muestra que los ingresos de las familias estadounidenses ajustados a la inflaci¨®n est¨¢n yendo muy por detr¨¢s del crecimiento de la productividad desde 2000. Entre 1974 y 2000 la productividad subi¨® un 56%, mientras que los ingresos lo hicieron un 29%. En los ¨²ltimos cinco a?os, la productividad subi¨® un 16% y los ingresos cayeron un 2%.
?Tierra de oportunidades?
A partir de todo esto, se llega a la conclusi¨®n de que el mito de la superaci¨®n generacional est¨¢ ahora en cuesti¨®n y se dice incluso que la tasa de movilidad en Estados Unidos es menor que la de otros pa¨ªses industrializados como Canad¨¢, Francia o Alemania. "Esto cuestiona la noci¨®n de que Estados Unidos es una tierra de oportunidades", seg¨²n los relatores del estudio, entre los que se encuentran expertos de la Brookings Institution y del Pew Charitable Trust.
Los economistas califican de "preocupantes" sus hallazgos y consideran que el debate sobre la cuesti¨®n es demasiado estrecho, que se centra esencialmente en la desigualdad entre ricos y pobres, cuando deber¨ªa tambi¨¦n analizar otros aspectos relevantes como la movilidad y la igualdad de oportunidades. Es algo que plantea el propio Ben Bernanke, al afirmar que el reto no est¨¢ en eliminar la desigualdad per se, sino en ampliar las oportunidades econ¨®micas lo m¨¢s posible con pol¨ªticas adecuadas de educaci¨®n, formaci¨®n y de acceso al empleo.
El gur¨² dijo en febrero que ha llegado el momento de que se piense en la vida que tendr¨¢n las generaciones futuras para preservar la prosperidad de millones de estadounidenses. "La desigualdad de ingresos, ligada a las diferencias en formaci¨®n y motivaci¨®n, podr¨ªa hacer desaparecer el incentivo econ¨®mico para una actitud productiva, y nuestra econom¨ªa de mercado -que anima principalmente la productividad a trav¨¦s de la promesa de una recompensa financiera- funcionar¨¢ cada vez con menos eficacia", remach¨® Bernanke ante la C¨¢mara de Comercio de Omaha.
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