La polic¨ªa teme que los 'hombres bomba' sean la gran arma terrorista
El salafismo busca objetivos gubernamentales
"Que entr¨¦is con vuestros pies lavados en nuestro Al Andalus despojado, pronto si Allah quiere"; "que nuestros pies limpios pisen nuestra Al Andalus raptada y la Quds (Jerusal¨¦n) violada", se?al¨® el dirigente salafista Abu Musad Abdel Wadoud el pasado 11 de abril despu¨¦s de que tres de sus militantes se suicidaran en Argel al volante de tres coches bomba y asesinaran a 30 personas. La elecci¨®n del d¨ªa 11 fue un homenaje a los ataques de Nueva York y Madrid en 2001 y 2004.
Es la primera vez que el antiguo Grupo Salafista para la Predicaci¨®n y el Combate (GSPC) argelino emplea suicidas en sus ataques, y en el comunicado en el que se atribuyeron la matanza anunciaron que los tres terroristas suicidas "son los primeros de su clase". La polic¨ªa asegura ahora que esa frase anuncia "la intenci¨®n (de Al Qaeda en el Magreb) de establecer el suicidio en su modus operandi como ocurre en los conflictos de Irak o Afganist¨¢n". Los analistas de la polic¨ªa a?aden: "Este salto cualitativo se suma al ya producido en los ¨²ltimos meses de realizar atentados coordinados contra m¨²ltiples objetivos (ataques del pasado 11 de abril en Argel contra la sede del Gobierno, la oficina de Interpol y un cuartel policial) con los que los terroristas pretender¨ªan aumentar el impacto de sus acciones, utilizando para ello veh¨ªculos bomba en centros urbanos y con muchos transe¨²ntes. Asimismo, la gran cantidad de explosivo muestra la intenci¨®n destructiva de Al Qaeda".
Objetivos occidentales
La estrategia de los terroristas argelinos de atacar objetivos gubernamentales no es nueva, pero para la polic¨ªa espa?ola "el hecho diferenciador" es que atacar¨¢n un organismo internacional policial como Interpol. "Este hecho demuestra la intenci¨®n de Al Qaeda de atacar objetivos occidentales o internacionales en el norte de ?frica, as¨ª como demostrar que los organismos con capacidad antiterrorista siguen siendo objetivo prioritario".
Una comisi¨®n del Ministerio del Interior y Exteriores visit¨® hace varias semanas organismos y empresas espa?olas en Marruecos, Argelia y T¨²nez para mejorar y reforzar su seguridad.
Anatema y exilio
El movimiento takfir naci¨® en Egipto en 1969 inspirado por Shukri Ahmed Mustaf¨¢, un ingeniero agr¨ªcola que lanz¨® un anatema contra todos los musulmanes "renegados" que no comulgaban con sus ideas extremas sobre el islam.
En 1978 fue ejecutado bajo la acusaci¨®n del asesinato de Mohamed al Dhahabi, ministro de Asuntos Religiosos. Su muerte provoc¨® que el movimiento captara m¨¢s militantes, entonces unas 5.000 personas, que dejaron las ciudades y se refugiaron en el campo huyendo de la civilizaci¨®n y la modernidad.
Los autores del asesinato, en 1981, del presidente egipcio Anuar el Sadat comulgaban con esta religi¨®n. Eran takfires. La persecuci¨®n y torturas a los Hermanos Musulmanes reforzaron a este grupo.
Desde Egipto, los seguidores takfires emigraron y extendieron las ideas de Shukri por Europa y el norte de ?frica, donde encontraron en los a?os noventa el apoyo del Grupo Isl¨¢mico Armado (GIA), luego reconvertido en el Grupo Salafista para la Predicaci¨®n y el Combate (GSPC) y hoy en Al Qaeda en el Magreb, aliado del cerebro de los atentados del 11-S, Osama Bin Laden.
Los takfires cuentan con centenares de mezquitas en Europa y sus miembros son los m¨¢s clandestinos de todos los grupos asociados a la red de Al Qaeda.
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