Lo que queda de la Copa del Am¨¦rica
Los pesqueros vuelven al puerto invadido por el ocio exclusivo y ACM subasta sus enseres
El puerto de Valencia retoma alguna de sus viejas costumbres en un espacio ganado, por el momento, para el turismo exclusivo, un mes despu¨¦s del final de la Copa del Am¨¦rica. Los cl¨¢sicos pesqueros han vuelto a la d¨¢rsena ocupada desde hace meses por tecnificados barcos de regatas. Los bares en el remozado muelle esperan, con precios prohibitivos, el inicio de las obras para convertir el litoral portuario en un circuito de F¨®rmula 1. America's Cup Management (ACM) ha organizado una subasta para el pr¨®ximo 13 de septiembre donde prev¨¦ vender el material de la 32? edici¨®n.
Los restaurantes son una cara alternativa de ocio. Si el caf¨¦ ronda los dos euros, la copa no baja de siete junto al edificio Veles e Vents
Una cerveza por cuatro euros y un caf¨¦ por dos. Esos son los precios que convierten al nuevo puerto de Valencia en un espacio frecuentado, casi en exclusiva, por turistas. "Alem¨¢n", "ingl¨¦s", "de Madrid", y sobre todo, "italianos". Esas son las procedencias de la mayor¨ªa de visitantes que atrae la renovada d¨¢rsena.
"Los habitantes de Valencia tienen que venir al puerto e invadir este espacio ganado para los vecinos de la ciudad", exclam¨® Joan Clos, en calidad de ex alcalde de la Barcelona postol¨ªmpica, durante una visita a las obras de la marina. Ese desembarco de valencianos a¨²n no se ha producido. Los vecinos s¨®lo son mayor¨ªa cuando cae la noche. Los locales de copas y los restaurantes se han convertido en una alternativa de ocio caro para ellos. Si el caf¨¦ ronda los dos euros, la copa no baja de siete en la terraza junto al edificio Veles e Vents.
"La verdad es que se ha quedado un poco muerto", opinaba ayer un oficinista junto a la base del Alinghi. La riada de visitantes -llegaron al mill¨®n en pocos meses- ha pasado. Ese escaso tr¨¢nsito del brillante carril bici que rodea las sedes de los equipos refleja la calma entre eventos. Las obras del circuito de F¨®rmula 1 acabar¨¢n, en apenas un a?o, con la valla, la carretera y la v¨ªa ciclista que ahora dan vida a los antiguos tinglados. "La verdad es que lo espero con temor. Para los que trabajamos aqu¨ª cerca el cambio ha sido espectacular", comenta un trabajador subido a la bicicleta.
Las instalaciones del equipo suizo son las ¨²nicas que mantienen la tienda abierta en agosto. Y la rentabilidad de ser el campe¨®n se refleja en los precios de sus productos. Una sudadera, 80 euros, un l¨¢piz, cerca de seis. A pesar del exceso, el revoloteo de turistas italianos en el interior de la tienda se resuelve mayoritariamente con una compra. El resto de equipos ha cerrado sus atracciones para el p¨²blico. Un candado cierra el paso a la tienda de ropa de Prada y a los simuladores de navegaci¨®n del Oracle.
Con la entrega de la jarra de las cien guineas ha llegado el desmantelamiento de muchos de los servicios gratuitos que ACM (empresa que explota la parte comercial de la d¨¢rsena) prestaba a los visitantes. El m¨¢s a?orado por los paseantes es el peque?o barco que enlazaba las orillas del canal. Los turistas que llegan a la d¨¢rsena atra¨ªdos por el espl¨¦ndido edificio Veles e Vents, dise?ado por el arquitecto David Chipperfield, se preguntan cu¨¢l es el modo de llegar a las terrazas del otro lado. Un paseo de media hora es la costosa soluci¨®n.
El desmontaje de la mayor¨ªa del mobiliario que decoraba la d¨¢rsena permite imaginar la herencia que la competici¨®n dejar¨¢ a la ciudad. El parque junto al canal sirve de mirador de la playa de la Malva-rosa. Hasta hace un mes, el escenario por donde pasaron Serrat, Sabina o Joe Cocker, imped¨ªa la visi¨®n del litoral desde la elevaci¨®n sobre el aparcamiento. Eso s¨ª, las mejores vistas para el disfrute del mar han quedado para las cafeter¨ªas que se han apresurado a colocar sus terrazas junto las rocas donde rompe el tranquilo oleaje. Sin embargo, el lugar que mejor panorama ofrece es la azotea del edificio Veles e Vents que sigue cerrada al p¨²blico, despu¨¦s de servir de palco de lujo de invitados para divisar las regatas.
El relevo a los veleros deportivos lo han tomado algunos pesqueros que muestran una postal curiosa junto al pantal¨¢n de yates donde se mantienen dos barcos de lujo con la base del China Team de fondo.
ACM mantiene su tutela sobre la d¨¢rsena hasta el pr¨®ximo 30 de septiembre. A partir de entonces no ser¨¢ posible comprar souvenirs con el anagrama de la 32 edici¨®n en las dos tiendas disponibles. Una de ellas, sirve de final de la visita a la Casa de la America's Cup, junto al Edificio del Reloj. "La verdad es que viene menos gente", acepta la dependienta. "Estaremos abiertos hasta que diga Bertarelli", bromea. La figura del magnate sonr¨ªe de etiqueta a la entrada del museo de la competici¨®n. "La verdad es que para haberse acabado la competici¨®n sigue viniendo mucha gente", afirma una de las recepcionistas. En el interior, aprendiendo sobre la hist¨®rica competici¨®n, s¨®lo aparecen tres personas.
El finiquito a la ¨²ltima edici¨®n de la Copa del Am¨¦rica tendr¨¢ lugar del pr¨®ximo 13 al 15 de septiembre, con la subasta de los enseres de la organizaci¨®n. ACM vender¨¢ los coches que trasladaban a los voluntarios, el tren tur¨ªstico que recorr¨ªa la d¨¢rsena, los muebles de oficina y hasta las lanchas. La subasta ya est¨¢ anunciada en www.dovebid.com.
Con el final del mes de agosto llegar¨¢ el ocaso de la calma en el puerto. Comenzar¨¢n las obras del circuito de la f¨®rmula 1, que convivir¨¢ con las prerregatas de la pr¨®xima Copa a partir de julio de 2008.
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