Pol¨ªtico de solemnidad
Que ha dicho Milagrosa Mart¨ªnez que cada cosa en su momento y que ¨¦ste no es el m¨¢s adecuado para hablar de listas, sino para mantener ondulante a Rajoy, en lo m¨¢s alto de la cuca?a. Si el Cid ganaba batallas despu¨¦s de hincar el pico, ?por qu¨¦ no va a ganarlas tambi¨¦n Mariano Rajoy? Milagrosa Mart¨ªnez que es presidenta de las Cortes Valencianas y criatura de mucha fe, ha confiado el destino de Zaplana a las conveniencias de su partido. Pero Eduardo Zaplana, que tras el marujeo de Benidorn, pas¨® ostensiblemente a mejor vida, y que, aparte de los contantes y sonantes, tiene otros recursos de salvaci¨®n, ha decidido, en un rasgo de ingenio y europeismo mariano, presentarse a los comicios de marzo por Lourdes. Si ahora al legionario Acebes le pega por encabezar la lista de F¨¢tima, y con la Conferencia Episcopal d¨¢ndole estopa al Gobierno de Espa?a, las elecciones generales van a tener todo el intr¨ªngulis y la apariencia de una proceso de beatificaci¨®n. La derecha patria de siempre sabe lat¨ªn, y el PP c¨®mo hacer m¨¢rtires y pol¨ªticos de solemnidad. A Eduardo Zaplana, a¨²n portavoz de los populares en el Congreso, y que no es trigo limpio para Francisco Camps, el mismo presidente le ha dado con las puertas auton¨®micas en las narices y lo ha dejado a la intemperie, con el zurr¨®n de peregrino y pol¨ªtico de solemnidad, en el s¨®rdido finiquito de una vendetta tribal. Pero como a ¨ªnfulas y artificios, Camps no le gana la mano, el ex presidente de la Generalitat y ex ministro ha evocado aquello de "Par¨ªs bien vale una misa" del hugonote Enrique IV, y ha dicho, entre ir¨®nico y jactancioso: "Un esca?o bien vale una vuelta por Lourdes", que ha puesto a Milagrosa Mart¨ªnez de centinela alerta. El PP ha desenvainado la espada del todos para uno. Y ese uno, no es m¨¢s que Rajoy, quien, aunque no sea ocasi¨®n para hablar de listas, ya se ha hecho proclamar candidato con billete a la presidencia de Gobierno y, al hilo de las obsesiones y consignas de la derecha, se ha apresurado a revelar que es Zapatero el que le pone alas a los nacionalismos, como si no tuvieran ya muchas horas de vuelo. Mariano Rajoy, con aspecto abatido y ojeroso de tanto decir nada, ha desplegado su idea de las caras nuevas -que no son las de B¨¦lmez, aunque lo parezcan- y ha organizado un consejo de sabios, para que le corten a medida un programa electoral. Pero si el paisaje pol¨ªtico no cambia, la izquierda le va a hacer el papel. Una izquierda que se extiende desde la inercia, el titubeo y la desconfianza, hasta el enfrentamiento y la consumaci¨®n de una ruptura lamentable, que puede haberse producido ya. Un paisaje esperp¨¦ntico y desolado por las inesperadas lluvias, el histrionismo de los conservadores, la inoperancia y el desconcierto de algunas formaciones progresistas, el encarnizamiento con el que se resuelven ciertos compromisos, las bander¨ªas, todo el espect¨¢culo, en fin, que se ofrece a los ciudadanos. Con su pan se lo coman, dice uno de ellos. Oiga, usted, que su pan es el nuestro, dice otro.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.