Vidas a tres bandas

Una pel¨ªcula sobre el mundo del billar en la que apenas se ve el billar, en la que las carambolas a tres bandas son mucho m¨¢s metaf¨®ricas que f¨ªsicas. Para su quinto largometraje, Siete mesas de billar franc¨¦s, Gracia Querejeta se ha fijado en un juego ("?el billar en un deporte?", comentan textualmente en la pel¨ªcula) un tanto pasado de moda para terminar retratando un estilo de vida poco habitual en el cine actual: el de las amistades de barrio, el de las dificultades a final de mes, el de la zapater¨ªa de la esquina, el de los recreativos que intentan superar la dictadura de la PlayStation, el de los dramas, las risas y las crueldades a pie de asfalto, a pie de barra de bar, de mesa de billar.

Como en Cuando vuelvas a mi lado (1999) y, sobre todo, H¨¦ctor (2004), Gracia muestra una admirable facilidad para hacer cre¨ªbles a sus personajes con apenas un par de pinceladas, ayudada adem¨¢s por el trabajo de un amplio grupo de int¨¦rpretes que no deja resquicio alguno para que la impostura se cuele en los di¨¢logos. En el primer acto, la presentaci¨®n de personajes y la puesta en marcha de los primeros conflictos resultan ejemplares, siempre con el drama como tono ¨²nico.

Vidas cruzadas

Poco a poco, se va viendo de forma sutil y sin que llegue a verbalizarse, c¨®mo las vidas de los protagonistas est¨¢n marcadas por una doble y hasta triple banda (de billar franc¨¦s): amores furtivos, hijos encubiertos, ludopat¨ªas nunca curadas, enfermedades ficticias, promesas de viaje incumplidas... Sin embargo, pasado el primer tercio, el humor se cuela de sopet¨®n en las situaciones. Agradecida al principio, desconcertante m¨¢s tarde, la sorna preside el n¨²cleo central de la pel¨ªcula a trav¨¦s de di¨¢logos y circunstancias muy originales, pero algo redundantes, sobre todo porque van todas seguidas y no siempre alcanzan el mismo nivel c¨®mico (la escena de la discoteca es tan innecesaria como rid¨ªcula).

En la mayor¨ªa de estas secuencias parece notarse la ins¨®lita mirada a la realidad de David Planell, coguionista de Querejeta en sus dos ¨²ltimas pel¨ªculas, y autor de un par de cortometrajes de desternillante y casi m¨¢gica originalidad (Carisma y Ponys), basados ¨²nicamente en el di¨¢logo. Sin embargo, la pareja de escritores no parece haber engarzado demasiado bien estas situaciones en el conglomerado dram¨¢tico de Siete mesas..., lo que provoca que en alg¨²n momento la historia se convierta en una sucesi¨®n de singularidades.

Ahora bien, pasado este momento de ligera ca¨ªda, la pel¨ªcula levanta de nuevo el vuelo con la superaci¨®n de los problemas, hasta alcanzar un ¨²ltimo plano que resulta perfecto para el relato que se ha estado contando. Una pel¨ªcula sobre el billar, sin billar.

Tr¨¢iler de 'Siete mesas de billar franc¨¦s'