Un a?o de escaramuzas

El escrito de acusaci¨®n del Abogado del Estado, con toda la carga que contiene que un Gobierno recuse por parcialidad a dos magistrados del Tribunal Constitucional, es el ¨²ltimo episodio de una guerra iniciada el pasado a?o con la recusaci¨®n por el PP del magistrado Pablo P¨¦rez Tremps para conseguir desnivelar el Pleno para asegurarse una sentencia favorable a la inconstitucionalidad del Estatuto catal¨¢n.

El PP recurri¨® a la ingenier¨ªa procesal para evitar que Tremps juzgara el Estatut

El Gobierno reform¨® la ley del tribunal para reforzar la posici¨®n de la presidenta

P¨¦rez Tremps, catedr¨¢tico de Derecho Constitucional, fue recusado por el PP porque antes de acceder al alto tribunal hab¨ªa elaborado un informe sobre las relaciones exteriores de Catalu?a, por el que cobr¨® unos honorarios de 6.000 euros. Aunque se trataba de un dictamen elaborado en su condici¨®n de profesor y ¨¦l aleg¨® que s¨®lo hab¨ªa recogido lo que dice la Constituci¨®n, el PP le recus¨® por haber participado en el asunto objeto del pleito, una de las causas de recusaci¨®n del art¨ªculo 219.13 de la Ley del Poder Judicial (que es tambi¨¦n una de las causas por las que ayer el Gobierno recus¨® a Roberto Garc¨ªa-Calvo y Jorge Rodr¨ªguez-Zapata).

Para conseguir la recusaci¨®n de P¨¦rez Tremps y expulsarle del pleno del Estatuto catal¨¢n, el PP dise?¨® una aut¨¦ntica operaci¨®n de ingenier¨ªa procesal.

El 2 de noviembre de 2006, a las diez de la ma?ana, el Pleno del Constitucional deb¨ªa examinar la recusaci¨®n del magistrado P¨¦rez Tremps por parte del PP, y la de Garc¨ªa-Calvo por parte de la Generalitat de Catalu?a. Nada hac¨ªa presagiar que el resultado fuera otro que el de rechazar ambas recusaciones y que el Estatuto siguiera su rumbo.

Pero poco antes de iniciarse el Pleno, a las 9.15, el PP present¨® por sorpresa en la ventanilla de registro del tribunal un escrito encabezado por el diputado Federico Trillo-Figueroa, en el que recusaba tambi¨¦n a la presidenta del tribunal, Mar¨ªa Emilia Casas. El motivo era aparentemente f¨²til: su marido, el catedr¨¢tico Jes¨²s Leguina Villa, hab¨ªa realizado tiempo atr¨¢s un dictamen sobre el Estatuto catal¨¢n, lo que, seg¨²n el PP, compromet¨ªa la imparcialidad de la presidenta. Cuando Casas lleg¨® al tribunal para asistir al Pleno, se encontr¨® con que hab¨ªa sido recusada y no pod¨ªa participar.

El PP, en realidad, no esperaba que prosperase la recusaci¨®n, -que fue rechazada de plano-, sino que lo que la maniobra pretend¨ªa era sacar a la presidenta del Pleno. Dado que el progresista P¨¦rez Tremps y el conservador Garc¨ªa-Calvo no pod¨ªan asistir por estar recusados, inicialmente hab¨ªa un tribunal de 10 magistrados. Al salir la presidenta, el Pleno qued¨® reducido a nueve: cinco conservadores y cuatro progresistas.

Con los conservadores disponiendo de la mayor¨ªa, las cartas quedaron boca arriba: la operaci¨®n consist¨ªa en salvar la recusaci¨®n de la presidenta a cambio de salvar la de Garc¨ªa-Calvo y dejar la de P¨¦rez Tremps para otro d¨ªa. Esa misma noche se rechaz¨® de plano y por unanimidad la recusaci¨®n de Mar¨ªa Emilia Casas en medio de grandes protestas por la "extempor¨¢nea" intentona del PP para apartar a la presidenta del Pleno.

Con Mar¨ªa Emilia Casas reintegrada al Pleno, dos d¨ªas despu¨¦s los concluyeron las deliberaciones: los progresistas, incluida Casas, eran partidarios de rechazar las dos recusaciones restantes. Pero los cinco conservadores exigieron rechazar la recusaci¨®n de Garc¨ªa- Calvo y tramitar -s¨®lo tramitar, no aceptar- la de P¨¦rez Tremps. Mar¨ªa Emilia Casas pudo haber evitado ese resultado con su voto de calidad, pero no lo hizo, puesto que con anterioridad, tres de los conservadores hab¨ªan rechazado la misma recusaci¨®n de P¨¦rez Tremps en un recurso de amparo del PP contra la tramitaci¨®n del Estatuto catal¨¢n.

Por tanto, Casas vot¨® con los conservadores a favor de tramitar la recusaci¨®n de P¨¦rez Tremps. La de Garc¨ªa-Calvo fue rechazada por unanimidad.

Y con Garc¨ªa-Calvo reintegrado al Pleno, se afront¨® la tramitaci¨®n de la recusaci¨®n de P¨¦rez Tremps. Es decir, el Pleno sobre la recusaci¨®n se resolvi¨® con los seis magistrados conservadores al completo y cinco progresistas a falta de P¨¦rez Tremps. Aunque los progresistas confiaron hasta el ¨²ltimo momento que contar¨ªan al menos con el voto del conservador Vicente Conde, ¨¦ste cambi¨® de bando con el resultado conocido: P¨¦rez Tremps fue expulsado del Pleno y el Estatuto catal¨¢n ser¨¢ juzgado por seis conservadores y cinco progresistas.

La expulsi¨®n del Pleno de P¨¦rez Tremps, primera que se aceptaba por el Tribunal en toda su historia, abri¨® la puerta a todas las furias. La Generalitat, viendo el Estatuto perdido, contratac¨® recusando al conservador Jorge Rodr¨ªguez-Zapata, por un motivo muy parecido, para nivelar el Pleno. Pero los progresistas mantuvieron la misma posici¨®n que en la recusaci¨®n de P¨¦rez Tremps y tres conservadores que hab¨ªan cambiado su posici¨®n con P¨¦rez Tremps volvieron a cambiarla con Rodr¨ªguez-Zapata y la recusaci¨®n de ¨¦ste se rechaz¨® por unanimidad.

La inestabilidad del Tribunal hizo que el pasado mes de mayo, el Gobierno introdujese una enmienda en la reforma de la ley del Tribunal para reforzar la posici¨®n de la presidenta y evitar que, al concluir su mandato en junio, los conservadores pudieran sustituirla por un magistrado de mayor edad. As¨ª, introdujo en la ley un precepto para prorrogar el mandato de Casas hasta su renovaci¨®n.

La maniobra provoc¨® la carta de Garc¨ªa-Calvo y Rodr¨ªguez-Zapata expresando su discrepancia con la ley, carta por la que ayer han sido recusados. Unos d¨ªas despu¨¦s, el PP interpuso su recurso de inconstitucionalidad contra la reforma. La presidenta y el vicepresidente se abstuvieron, y el jueves, el tribunal presidido por Vicente Conde, las acept¨® y dej¨® el Pleno reducido a 10 magistrados. Con las recusaciones de ayer, pueden quedar reducidos a ocho.