Juego sin fronteras
El sector europeo de las apuestas 'online' lanza un ¨®rdago a los Gobiernos y crece y se consolida pese a las prohibiciones
La fiebre del juego online se ha propagado con tal rapidez que no ha dado tiempo a los gobiernos y empresarios del juego convencional (excepto a los brit¨¢nicos) a reaccionar. Al sector le han bastado cuatro o cinco a?os para pasar de la irrelevancia a industria billonaria, igual que sus empresas, que han transitado en un santiam¨¦n de pymes a multinacionales con ventas de centenares de millones de d¨®lares. Es el caso de PartyGaming, que cerr¨® 2006 con ingresos de 1.104 millones, de Sportingbet (con 620 millones), de Betfair (con 295 millones) y de 888 (con 290 millones).
Lejos a¨²n de Google o Amazon, los sites europeos de apuestas, p¨®ker o casino online son las ¨²nicas punto.com europeas que pueden compararse con los gigantes de EE UU. Desconocidas a¨²n para el p¨²blico y la mayor parte de los pol¨ªticos, nombres como Bwin, Betfair, 888, Unibet o Globet se van haciendo populares entre usuarios de la Red e inversores. La prensa citaba hace poco un sitio de p¨®ker que podr¨ªa ser sacado a Bolsa por una cifra de entre 4.000 y 8.000 millones de d¨®lares.
El sector ha pasado en un lustro de la irrelevancia a una industria billonaria y las empresas que lo integran de pymes a grandes multinacionales
Bruselas ha tomado medidas contra Francia, Grecia, Suecia, Dinamarca y Hungr¨ªa por adoptar
?Nueva burbuja? No, realidad. Las cajas registradoras no paran de tintinear. Estamos ante empresas de r¨¢pido crecimiento. SportingBet (con MiApuesta en Espa?a) ha pasado de recibir apuestas por valor de 236 millones de libras en 2001 a 2.063 millones en 2006. Y Betfair ha pasado de 6,1 millones en 2002 a 145 millones en 2006. Entre 2001 y 2006, el juego online en el mundo ha pasado de 3.090 a 15.100 millones de d¨®lares. Es s¨®lo el principio. Mientras que el juego a secas, seg¨²n GBGC (Global Betting and Gaming Consultants), crece en el mundo a tasas del 5%, las modalidades por Internet lo hacen al 23%. El juego en casinos online, que en 2000 absorbi¨® 800 millones de d¨®lares, alcanz¨® los 4.400 millones en 2006. Se prev¨¦ que los juegos online, a¨²n el 5,4% del total, superen el 10% en tres a?os.
Algo rezagada, Espa?a tampoco parece ajena a lo que est¨¢ sucediendo: tiene pasi¨®n jugadora (es uno de los principales mercados del mundo) y s¨®lo le falta que se acelere la implantaci¨®n de la banda ancha y que Internet crezca. De momento su tasa de acceso a los sites de juego (por hogar con conexi¨®n) es tres veces menor que la de Francia y Suecia, y su poblaci¨®n de jugadores es de s¨®lo 550.000 frente a los 3,6 millones del Reino Unido, pero en la industria se cree que no tardar¨¢ mucho en ponerse a la cabeza.
"El sector crece a tasas del 50% al a?o", dice Xavier Mu?oz, de Legal Link, un bufete especializado en Internet. Las grandes empresas europeas del sector, unas 15 o 20, est¨¢n ya muy activas en Espa?a, no s¨®lo con sus webs y centros de atenci¨®n al cliente sino tambi¨¦n con una agresiva estrategia publicitaria.
Esta veloz escalada del juego online (apuestas deportivas o pol¨ªticas, salas de p¨®ker, casinos...) es imparable a juicio del sector. "La facilidad de uso de Internet", explica Sacha Michaud, de Betfair, y miembro de la Asociaci¨®n Espa?ola de Apostadores por Internet, "hace muy atractiva esta oferta frente a otros formatos". Se puede jugar a cualquier hora, desde cualquier sitio o en varios sitios a la vez y apostar todo tipo de sumas, con desenlaces muy r¨¢pidos. Se puede hasta apostar sobre eventos despu¨¦s de su inicio. Las posibilidades son infinitas. Bwin, por ejemplo, ofrece cada d¨ªa 8.000 tipos de apuestas. Tambi¨¦n presumen de repartir m¨¢s premios, lo que se debe a que sus costes -salarios, electricidad, alquileres, seguros...- son menores.
Pero lo dicho no lo explica todo. Estas empresas son h¨ªbridos de casas de apuestas y factories de tecnolog¨ªa. Con sede en muchos casos en Gibraltar o Malta, est¨¢n dirigidas por ejecutivos sofisticados, entre los que hay ex responsables de marketing de empresas de productos de consumo de primera l¨ªnea, financieros llegados de bancos de negocios y sociedades de medios de pagos o matem¨¢ticos. Antes de fundar Betfair, Edward Gray trabaj¨® en la divisi¨®n de Mercados de Capitales de JP Morgan. Y Peter Bogas, directivo de Unibet, fue director de Ogilvy & Mather en Londres.
Abundan tambi¨¦n los tecn¨®logos dispuestos a invertir decenas de millones de euros en el ¨²ltimo grito del betting and gambling software. Betfair, con una plataforma que procesa el 99,9% de sus cinco millones de apuestas diarias en menos de un segundo y un mill¨®n de usuarios, emplea en su centro de operaciones unos 200 ingenieros. Comparadas con estos gigantes online, las viejas operadoras de loter¨ªas o m¨¢quinas recreativas resultan menos fashion.
La progresi¨®n del sector se ha visto beneficiada, adem¨¢s, por otros factores como las fuertes mejoras en la seguridad en la Red. Todas estas empresas mantienen alianzas con sociedades de medios de pago por Internet que les garantizan tasas de fiabilidad del 100%, algo que hace siete u ocho a?os era una utop¨ªa.
Especialmente fiables son las empresas brit¨¢nicas (casi la mitad del colectivo), algunas de ellas son divisiones online de casas de apuestas de toda la vida como Ladbrokes o William Hill. El Reino Unido, que es casi el ¨²nico pa¨ªs de Europa que ha regulado las apuestas y juegos online a trav¨¦s del Gambling Act, aprobado en 2005 y que entra plenamente en vigor este a?o, mantiene un estrecho control y supervisi¨®n de estas empresas. El pa¨ªs tiene ya su regulador, la gambling commission, encargado de las licencias y la vigilancia, y un ¨®rgano de arbitraje, el IBAS (Independent Betting Adjudication Service), que resuelve disputas entre operadoras y usuarios.
"Tampoco es desde?able", subraya un ejecutivo del sector, "el que buena parte de estas empresas cotice en Bolsa, lo que les da un plus de credibilidad".
Lo cierto es que la confluencia de la avidez por el juego con la madurez de Internet ha disparado las previsiones del sector. Christiansen Capital Advisors, una consultora, prev¨¦ que el gasto en juego online crezca de 15.000 a 25.000 millones de d¨®lares entre 2006 y 2010. Cifras que algunos califican de moderadas. Los espa?oles, que seg¨²n la AEDAPI se gastaron el a?o pasado 413 millones de euros (255 millones en el 2005), podr¨ªan gastar en 2010, seg¨²n MCNE, la friolera de 4.200 millones.
Todo son, pues, previsiones optimistas que dejan de lado las abundantes trabas levantadas por muchos Gobiernos contra el juego online. El que en Europa, con la excepci¨®n del Reino Unido, alguna regi¨®n de Austria y, por supuesto, Gibraltar y Malta, la mayor parte de los Gobiernos de la UE sigan ense?¨¢ndoles los dientes a las multinacionales de juego online no parece preocupar a los ejecutivos del sector. "No estamos haciendo nada malo o ilegal", dice Michaud, de Betfair "y al final los Gobiernos ver¨¢n que es mejor regular el sector, proteger al consumidor y sacar alg¨²n beneficio de esta actividad. Cualquier otra pol¨ªtica ser¨ªa como ponerle puertas al campo".
De momento, no es as¨ª. Como si se hubieran percatado de golpe de la amenaza que el juego online representa para sus monopolios nacionales de juego, los Gobiernos europeos han protagonizado este a?o una aut¨¦ntica ofensiva contra esta industria. En junio, Unibet, con sede en Malta pero promovida por empresarios suecos (cotiza en Estocolmo), era acusada por el Gobierno de Suecia de "organizar juego ilegal". En las mismas fechas, Noruega anunciaba su intenci¨®n de prohibir las transferencias bancarias a estas empresas, y Chequia se planteaba prohibir el juego por Internet
Es posible que el optimismo de los empresarios del sector se deba a que va a resultar dif¨ªcil que estas iniciativas prosperen. La Comisi¨®n Europea parece decidida a hacer respetar la libre prestaci¨®n de servicios en el seno de la UE, en el que se incluye el juego por Internet cuando est¨¦ promovido por empresas con sede en el territorio comunitario. Entre marzo y junio de este a?o, Bruselas adopt¨® medidas contra Francia, Grecia, Suecia, Dinamarca, Finlandia y Hungr¨ªa por haber aprobado normas que obstaculizaban el juego por Internet. Tambi¨¦n contra EE UU. Bruselas ha denunciado recientemente a Washington ante la Organizaci¨®n Mundial de Comercio por su decisi¨®n de prohibir el juego por Internet, medida que ha provocado grandes perjuicios a compa?¨ªas europeas del sector.
Pero el argumento decisivo es que las obstrucciones y ausencia de regulaci¨®n no parecen haber tenido ning¨²n efecto a la hora de parar a las empresas online. Legales o no, toleradas o no, todas act¨²an a escala de la UE. Y lo mismo vale para Espa?a, que no reconoce esta modalidad de juego. "Pese a que pr¨¢cticamente ninguna tiene hoy una sucursal f¨ªsica en Espa?a", comenta Michaud, de AEDAPI, "empresas como Betfair, Unibet, Globet o Interwetten mantienen sus webs en espa?ol, enfocadas hac¨ªa los deportes, ligas y competiciones locales, disponen de call centers' y han destacado ejecutivos aqu¨ª". Y se est¨¢n anunciando en todo tipo de medios de comunicaci¨®n y patrocinando eventos deportivos. Es el caso de 888, que patrocina el Sevilla, de MiApuesta.com, que hace lo suyo con el Casteldefells, o de Bwin, que patrocina el Bar?a y el Real Madrid.
La tolerancia ha llegado hasta el punto de que en la reciente Feria Internacional del Recreativo, FER-INTERAZAR, celebrada a finales de septiembre en Madrid, hab¨ªa empresas de juego online. Por las mismas fechas, Barcelona se convert¨ªa en la capital mundial del juego online con la celebraci¨®n de dos eventos de m¨¢xima importancia, el VI European i-Gaming Congress and Expo, entre el 23 y el 25 de septiembre, y el CAP (Casino Af¨ªliate Programs.com) Euro 2007, entre el 4 y el 7 de octubre, todo un s¨ªmbolo de aceptaci¨®n -a rega?adientes o no-, que ha sido recibido entre los ejecutivos de la industria como una se?al de que Espa?a est¨¢ madura para convertirse en uno de los destinos prioritarios para el segmento de Internet que m¨¢s crece.
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