Experiencias envolventes
En un cuarto vac¨ªo, dos brazos aut¨®matas hacen pompas de jab¨®n, sobre las que se proyectan im¨¢genes de seres vivos que apenas se distinguen porque han sido captados desde ¨¢ngulos extra?os. En otra sala la experiencia es distinta: est¨¢s a oscuras y s¨®lo escuchas los sonidos musicales que responden a tu desplazamiento en el espacio. Afuera, los espectadores te ven en una pantalla como unas manchas blancas que avanzan, retroceden o titubean en medio de un flujo incesante de puntos que representan las part¨ªculas at¨®micas con las que vas chocando en medio de la oscuridad. Y hay tambi¨¦n una gran sala iluminada por 100 focos, 99 de los cuales parpadean con el mismo ritmo con que lo hace el coraz¨®n de los 99 visitantes que te han precedido en la visita. El foco restante parpadea seg¨²n tu ritmo cardiaco cuando coges con las manos los sensores que registran y graban las pulsaciones del coraz¨®n.
"En esta exposici¨®n", afirma el comisario, "no hay ning¨²n elemento que diga que es una muestra de latinoamericanos"
?stas son tres de las experiencias sensoriales envolventes que ofrecen las 10 obras incluidas en esta exposici¨®n de artistas latinoamericanos contempor¨¢neos, cuyo trabajo est¨¢ tan implicado con las nuevas tecnolog¨ªas que resulta inseparable de ellas. Artistas que comparten tanto la pasi¨®n por las posibilidades creativas abiertas por la inform¨¢tica y por la rob¨®tica como un cierto cuestionamiento del impacto de las mismas en la conciencia y en los comportamientos humanos. Los une igualmente el hecho de que son una suerte de bandada de rara avis en un continente como Am¨¦rica Latina donde la infraestructura cient¨ªfico-t¨¦cnica, as¨ª como la investigaci¨®n b¨¢sica son todav¨ªa muy precarias, si se except¨²an hasta cierto punto los casos de M¨¦xico o de Brasil. Y donde la mayor¨ªa de los artistas que son sus contempor¨¢neos limitan sus tratos con las nuevas tecnolog¨ªas de la imagen al v¨ªdeo o a la fotograf¨ªa digital. Artistas, en suma, situados en la tensa encrucijada donde se dan cita la revoluci¨®n permanente de las tecnolog¨ªas de la imagen, los desaf¨ªos de la investigaci¨®n cient¨ªfica, el arte contempor¨¢neo, la explosi¨®n inform¨¢tica, el juego, la invenci¨®n, la cr¨ªtica, el entretenimiento y, c¨®mo no, el mercado y su globalizaci¨®n.
Pero aun con tantos puntos en com¨²n estos artistas no forman un conjunto homog¨¦neo, tal y como lo advierte Jos¨¦-Carlos Mari¨¢tegui, el comisario de la exposici¨®n, que se?ala la existencia entre ellos de dos grupos: "En el primero", explica, "est¨¢n los artistas que est¨¢n trabajando en procesos de investigaci¨®n similares a los de la investigaci¨®n cient¨ªfica, y que por lo tanto son conscientes de que un proyecto determinado no cierra el proceso, que despu¨¦s de cada proyecto concluido la investigaci¨®n contin¨²a. En el otro grupo est¨¢n los que aunque tienen un campo especulativo y de investigaci¨®n, lanzan productos ya acabados, que tienen un valor de mercado, un valor art¨ªstico como obra per se".
Al primer grupo pertenecen decididamente Rejane Antoni y Daniela Kutschat, la pareja de investigadores brasile?os que exponen OP_ERA: Haptics for the 5th dimension -la segunda de las tres mencionadas arriba- que no es una pieza aislada sino que hace parte de una l¨ªnea de investigaci¨®n iniciada en 1999 cuyo objetivo, seg¨²n ellos mismos declaran, es "desarrollar plataformas multisensoriales para orientar conceptos espaciales". Se supone que el visitante, despu¨¦s de la experiencia de atravesar el cuarto a oscuras con la ¨²nica orientaci¨®n que ofrecen los sonidos que responden a sus movimientos, comprenda mejor que los espacios donde habitualmente nos movemos no est¨¢n vac¨ªos sino colmados por part¨ªculas at¨®micas en movimiento contra las que continuamente chocamos sin darnos cuenta. El proyecto OP_ERA se sit¨²a as¨ª en el l¨ªmite entre las investigaciones que analizan objetivamente la interacci¨®n efectiva entre los cuerpos humanos y el espacio circundante y las piezas interactivas que intentan expandir nuestro conocimiento acerca de la naturaleza del espacio que nos rodea. Y es por esta raz¨®n por la que podr¨ªa funcionar eficazmente en la secci¨®n did¨¢ctica de un museo de ciencias naturales. Como tambi¨¦n podr¨ªa hacerlo Proxemia, una instalaci¨®n rob¨®tica interactiva ideada por la argentina Mariela Yeregui, en la que un conjunto de esferas de acr¨ªlico ruedan por el suelo de una sala oscura como globos de luz. Son peque?os robots autopropulsados que cuando se rozan entre s¨ª o se rozan con un espectador cambian inmediatamente tanto de trayectoria como de color de la luz. Es evidente que esta obra aleccionar¨ªa a ni?os y adolescentes sobre el significado de proxemia, que es la disciplina que investiga las relaciones de cercan¨ªa y distancia entre los cuerpos fijadas por las distintas culturas humanas. De hecho, cuando se expuso en Buenos Aires los ni?os jugaron con las esferas como si fueran balones de f¨²tbol.
Al grupo que est¨¢ m¨¢s orientado hacia el arte pertenece el mexicano Rafael Lozano-Hemmer, quien -como se?ala Mari¨¢tegui- "a pesar de tener un equipo de trabajo estable y desarrollar aut¨¦nticos procesos de investigaci¨®n lleva adelante obras que se quedan en un resultado tangible. ?l est¨¢ m¨¢s ligado de hecho a los trabajos art¨ªsticos". Tanto que represent¨® a su pa¨ªs en la pasada edici¨®n de la Bienal de Venecia con una extraordinaria exposici¨®n individual que, bajo el t¨ªtulo parad¨®jico de Hay cosas que pasan m¨¢s veces que todo el tiempo, reun¨ªa en las salas del Palazzo Van Axel seis piezas entre las que se contaba Almac¨¦n de corazonadas, la instalaci¨®n que asocia los latidos de coraz¨®n con 100 luminarias mencionada al comienzo de este art¨ªculo. Esta obra resulta, sin embargo, relativamente simple si se la compara con la complejidad de Frecuencia y volumen, una de las instalaciones de la muestra de Venecia, en la que los cuerpos de los espectadores se convert¨ªan en antenas de frecuencias radioel¨¦ctricas, que sintonizaban en tiempo real cualquiera de los 16 canales disponibles cuando se mov¨ªan de un lado a otro y que aumentaban o disminu¨ªan el volumen de la se?al recibida si se acercaban o se alejaban de la gran pantalla donde se proyectan sus sombras. La f¨¢bula del moderno Prometeo contada por Mary Shelley, reinterpretada en la pel¨ªcula Terminator o en los replicantes de Blade Runner da un nuevo giro de tuerca en esta pieza de Lozano-Hemmer, en la que nos convertimos en la que los espectadores, que somos nosotros mismos, terminamos convertidos en cyborgs, o sea, en el acoplamiento indisoluble del hombre y de la m¨¢quina. El propio cuerpo es una antena s¨®lo cuando se convierte en parte integrante de un circuito cerrado de emisi¨®n y recepci¨®n.
Pero quien se decanta a¨²n m¨¢s claramente que Lozano-Hemmer por las opciones art¨ªsticas es Mariana Rond¨®n, una conocida realizadora de cine venezolana, que dise?a obras como la que ahora expone y que es la primera de las mencionadas arriba. Se titula Llegaste con la brisa I.5 y como ya se dijo incluye una m¨¢quina que suelta burbujas al aire que antes de reventar sirven de pantallas ef¨ªmeras. Ella asocia esta pieza con la entrop¨ªa que amenaza los proyectos de la ingenier¨ªa gen¨¦tica de crear vida artificial, pero igual podr¨ªa asociarse con la desaparici¨®n de las ilusiones en esta ¨¦poca de absoluta hiperrealidad. Si como dec¨ªa Jean Baudrillard, "cuanto m¨¢s nos acercamos a la perfecci¨®n realista de la imagen, m¨¢s pierde su potencia de ilusi¨®n", ?por qu¨¦ no poner en escena esa desilusi¨®n mediante un juego de pompas de jab¨®n que se deshacen antes de que puedan ilusionarnos las im¨¢genes que en ella se proyectan?
Am¨¦rica Latina parece eternamente condenada a que la identifiquen con unos cuantos t¨®picos con los cuales Jos¨¦-Carlos Mari¨¢tegui est¨¢ sin embargo en franco desacuerdo. "En esta muestra", afirma vehemente, "no hay ning¨²n elemento que diga que es una muestra de latinoamericanos. No hay ning¨²n elemento tem¨¢tico de ese estilo, ni ninguna referencia directa a los conflictos sociales o al contexto del subdesarrollo. Si algo hay, en cambio, es una preocupaci¨®n bien importante por el explosivo crecimiento de informaci¨®n a escala mundial, que se espera que en 2010 sextuplique su volumen actual. ?ste es un tema candente no s¨®lo en Occidente sino tambi¨¦n en las megal¨®polis asi¨¢ticas y en Ciudad de M¨¦xico, S?o Paulo, Buenos Aires...". Las piezas que abordan de manera m¨¢s directa este problema son Divergencia. Diferente de cero, del argentino Mariano Sard¨®n, y Ambiente de estero realidad 4, de los peruanos Juan Carlos Martinet y Enrique Mayorga. En la primera, las palabras de prestigiosos textos art¨ªsticos, cient¨ªficos y literarios proyectados sobre las p¨¢ginas en blanco de dos libros se desordenan y dispersan cuando los espectadores aplauden o meten ruido de cualquier otra forma. En la segunda, unas impresoras imprimen flyers con las frases que produce la uni¨®n de "T¨²" y "Ellos" con los resultados de la b¨²squeda aleatoria en Google de los t¨¦rminos "deber¨ªa" y "deber¨ªamos". Los flyers son dejados caer dentro del cubo donde est¨¢ cada impresora cuando la frase est¨¢ encabezada por "T¨²" y son arrojados fuera del mismo cuando "Ellos" es el pronombre que encabeza la frase.
"Cuando t¨² manipulas la informaci¨®n como lo hacen estas dos obras", aclara Mari¨¢tegui, "puedes entender que la informaci¨®n a la que accedes normalmente ya ha sido, de una forma u otra, manipulada. Nunca vemos la informaci¨®n en bruto, siempre vemos una representaci¨®n de la informaci¨®n".
En su empe?o por apartarse las im¨¢genes t¨®picas de Am¨¦rica Latina, la exposici¨®n Emergentes deja por fuera una tema que s¨ª es espec¨ªficamente latinoamericano porque remite directamente a las caracter¨ªsticas espec¨ªficas de su geograf¨ªa. "Es verdad que no hemos querido cuestionar los temas que normalmente se asocian con Am¨¦rica Latina", afirma Mari¨¢tegui, "porque lo que quer¨ªamos era mostrar qu¨¦ cosas son las que investigan los artistas que viven y trabajan all¨¢ y los que, aunque son de all¨¢, no hacen su investigaci¨®n en Am¨¦rica Latina, como es el caso de Rafael Lozano-Hemmer, que trabaja en Canad¨¢; el de Fernando Orellana, que trabaja en Nueva York; o el de Rodrigo Derteano, que trabaja entre Suiza y Alemania. Pero, en cambio, quer¨ªamos evidenciar que hay temas que no se investigan, entre los cuales el m¨¢s importante es sin lugar a dudas el de la investigaci¨®n biol¨®gica. Tomando en cuenta que estamos en un momento en el que en el mundo a la informaci¨®n se le concede el m¨¢ximo valor, es lamentable que un tema que s¨ª tiene que ver con nuestro continente porque tiene que ver con su geograf¨ªa, con el hecho de que Am¨¦rica Latina est¨¢ situada en una zona geogr¨¢fica donde el nivel de riqueza en informaci¨®n biol¨®gica es alt¨ªsimo. Me parece que ¨¦ste es un tema que ha sido pobremente investigado por los artistas incluidos en la exposici¨®n, que son m¨¢s bien gente que tiene un pensamiento cr¨ªtico. Cierto, hay algunos proyectos que hacen referencia al tema biol¨®gico pero que no inciden sobre esta problem¨¢tica en Am¨¦rica Latina, donde s¨ª es un elemento que se podr¨ªa politizar y se podr¨ªa debatir. Hay un texto, incluido en el cat¨¢logo de la muestra del soci¨®logo brasile?o Laymert Garc¨ªa Dos Santos, que es uno de los primeros que ha hecho hincapi¨¦ en la enorme importancia de la informaci¨®n y en la subvaluaci¨®n, que se le da informaci¨®n gen¨¦tica, a la informaci¨®n biol¨®gica en Am¨¦rica Latina, especialmente la del ¨¢rea amaz¨®nica. Esperamos que el ensayo de Garc¨ªa Dos Santos contribuya a abrir ese debate", concluye Mari¨¢tegui.
Emergentes: el desaf¨ªo digital del arte latinoamericano. Laboral. Centro de Arte y Creaci¨®n Industrial de Gij¨®n. Del 16 de noviembre al 12 de mayo de 2008.
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