Los ingenieros reivindican su capacidad t¨¦cnica frente a los pol¨ªticos

Tir¨®n de orejas de los empresarios y t¨¦cnicos de obras p¨²blicas a los pol¨ªticos. No cuestionan su capacidad para decidir qu¨¦ hacer, cu¨¢ndo y por qu¨¦ m¨¦todo financiero, pero exigen que se respete su trabajo una vez que les sea encargado. Ayer, organizaciones empresariales y profesionales hicieron p¨²blico un manifiesto en el que reprochan a todos los partidos pol¨ªticos la utilizaci¨®n de las obras p¨²blicas con fines electoralistas y les exigen una reglas de juego claras y, sobre todo, sin prisas. "La impaciencia", aseguran, "arruina los grandes proyectos".

El texto est¨¢ redactado sin buscar la estridencia ni el enfrentamiento, pero contiene algunas frases m¨¢s que claras, a modo de verdades del barquero para el que quiera entenderlas.

Tras reconocer que las obras generan molestias entre los vecinos y que deben ser minimizadas, se?alan; "Los partidos pol¨ªticos han ca¨ªdo, a veces, en la tentaci¨®n de aprovechar este malestar, a?adiendo consideraciones insuficientemente argumentadas". En el mismo sentido, apuntan: "Lo m¨¢s grave se produce cuando la instrumentalizaci¨®n pol¨ªtica implica desautorizar a los que tienen la competencia respecto a la buena ejecuci¨®n de las infraestructuras: t¨¦cnicos e ingenieros". Una alusi¨®n al cuestionamiento de la capacidad de los t¨¦cnicos para construir un t¨²nel en Barcelona, incluso junto a la Sagrada Familia.

Dec¨¢logo

Los firmantes se?alan que el desarrollo econ¨®mico exige que no se aplacen m¨¢s las infraestructuras. Los pol¨ªticos deber¨ªan establecer las prioridades y, a continuaci¨®n, planificar.

El manifiesto incluye un dec¨¢logo sobre la actitud que debe regir la obra p¨²blica. Primero, debe ser planificada en un horizonte de 15 a 20 a?os, huyendo de urgencias electorales; segundo, definirse la prioridad, atendiendo al binomio coste-beneficio social; tercero, programar los trabajos a tres o cuatro a?os vista para que sociedad y empresas puedan planificar; cuarto, precisar el sistema de financiaci¨®n, sin desde?ar que a veces el retraso en tener una obra cuesta m¨¢s que hacerla de pago para el usuario; quinto, respetar el medio ambiente, y sexto, la obligatoria coordinaci¨®n de todas las administraciones, al margen de quien la haga; la s¨¦ptima recomendaci¨®n es no despreciar la fase de proyecto. Un mal proyecto, se?alan, acaba generando sobrecostes. En la misma l¨ªnea, sugieren que la adjudicaci¨®n de contratos no tenga en cuenta s¨®lo el coste. El consejo n¨²mero nueve es potenciar las innovaciones tecnol¨®gicas, y el d¨¦cimo, no olvidar que el mantenimiento es esencial, aunque genere m¨¢s fotos la inauguraci¨®n.