La dignidad de un empresario

Jes¨²s de Polanco Guti¨¦rrez, presidente de EL PA?S, presidente del Grupo PRISA y fundador del Grupo Santillana, muri¨® el 21 de julio de 2007, a los 77 a?os, tras una enfermedad que ¨¦l conoc¨ªa desde hac¨ªa mucho tiempo, pero que se le manifest¨® con virulencia extrema algunos meses antes de su fallecimiento. Ese periodo de enorme sufrimiento ofreci¨® la dram¨¢tica oportunidad de comprobar, otra vez, la dignidad con la que afront¨® todas las circunstancias de su vida, aun las m¨¢s terribles, y sobre todo las m¨¢s injustas.

Naci¨® en Madrid, pero era tambi¨¦n c¨¢ntabro, por vocaci¨®n y por procedencia, y se hizo apasionadamente latinoamericano. Fue un hombre hecho a s¨ª mismo, estudi¨® para abogado, se emancip¨® pronto y se hizo editor enseguida, "vendedor de libros"; cre¨® Santillana con su socio Pancho P¨¦rez Gonz¨¢lez, cruz¨® de ida y vuelta el Atl¨¢ntico y convirti¨® su empresa de aqu¨ª en una empresa iberoamericana que en los ¨²ltimos tiempos, adem¨¢s, cre¨® ramificaciones muy importantes en Brasil y en Portugal.

En un cuaderno que escribi¨® cuando a¨²n no ten¨ªa treinta a?os explic¨® cu¨¢l cre¨ªa ¨¦l que iba a ser la hoja de ruta de lo que deb¨ªan ser los intereses de su vida, y ah¨ª estaba pr¨¢cticamente todo lo que hizo despu¨¦s en el mundo editorial, en el ¨¢mbito de la comunicaci¨®n, e incluso en el ¨¢rea de la hosteler¨ªa. EL PA?S fue primero un compromiso, adquirido por el fundador, Jos¨¦ Ortega Spottorno, para apoyar un proyecto civil en la naciente democracia espa?ola, y luego una vocaci¨®n y un compromiso al frente del cual Polanco ahond¨® en los rasgos m¨¢s profundos de su car¨¢cter.

Comprometido con el primer director, Juan Luis Cebri¨¢n, a mantener por encima de todo la independencia de los profesionales que hac¨ªan el peri¨®dico, arrostr¨® guerras de accionistas hasta que el peri¨®dico consolid¨® las bases de su crecimiento y la naturaleza de su proyecci¨®n, y con el mismo esp¨ªritu se enfrent¨® luego a una ignominiosa campa?a, gubernamental, judicial y medi¨¢tica, alentada para hacerle pagar a ¨¦l y a su grupo de empresas el ejercicio de su independencia.

Eso fue en 1997, 10 a?os antes de su muerte. Se enfrent¨® a aquella batida con la gallard¨ªa, con la elegancia y con la firme modestia con la que vivi¨® siempre, y con la que muri¨®. Con el mismo esp¨ªritu con que emprendi¨® la tarea de EL PA?S, hizo que PRISA ingresara en Uni¨®n Radio, para hacer de la SER la radio l¨ªder en Espa?a, y entrara en el mundo de la comunicaci¨®n e Iberoam¨¦rica, y cre¨® Sogecable a partir de la experiencia de Canal + y de Canal Sat¨¦lite Digital.

Era un hombre atento, respond¨ªa todas las llamadas que recib¨ªa, de su pu?o y letra contestaba todas las cartas, y aquella dignidad que mostr¨® para afrontar las cosas grandes se convirti¨® siempre en humildad para escuchar. Era un hombre admirable que dej¨® un enorme vac¨ªo. Su hijo Ignacio, que ya era vicepresidente de PRISA, es ahora su sucesor al frente del grupo. -