Periodismo demencial

A veces la verdad cinematogr¨¢fica no puede ser m¨¢s distinta de la verdad de la vida. Por eso hay pel¨ªculas basadas en hechos reales a las que es necesario adjudicar un baremo sobre su verosimilitud, aunque sea, como hace ir¨®nicamente La sombra del cazador, con una frase inicial: "S¨®lo las partes m¨¢s demenciales de esta historia son ciertas".

Basada en un reportaje de Esquire, y ambientada en los Balcanes, la pel¨ªcula est¨¢ protagonizada por tres periodistas muy distintos: un viejo zorro, con jornadas de gloria en el pasado, que cometi¨® el error de inmiscuirse demasiado en lo que estaba transmitiendo y un mal d¨ªa estall¨® en pleno directo televisivo; un ex c¨¢mara de guerra reconvertido en reluciente realizador, y un novato con familiar directo en las altas esferas de la cadena.

Un tri¨¢ngulo escaleno que tiene como objetivo uno de los mayores misterios (o certezas, seg¨²n se mire) de la reciente pol¨ªtica internacional: ?d¨®nde est¨¢n el ex l¨ªder serbobosnio Radovan Karadzic y su jefe militar, Ratko Mladic, y por qu¨¦ no han sido capturados para ser juzgados? Con este panorama, Richard Shepard ha compuesto una tragicomedia pol¨ªtica, con toques de cine de acci¨®n, que funciona conforme m¨¢s estramb¨®ticas son sus secuencias. Toda pel¨ªcula establece su propia realidad y la de ¨¦sta queda marcada no s¨®lo con el aviso para navegantes; tambi¨¦n con sus sorprendentes hechos, su adecuada puesta en escena (¨¢gil, chocante), sus efectos de montaje, sus flashes informativos y su humor cargado de sorna.

Colocado el list¨®n de la credibilidad en un punto alto, lo raro es que nunca se excede por arriba (la demencial situaci¨®n de los cascos azules, el papel de la CIA...) y, en cambio, se derrumba por abajo: es en las escenas m¨¢s tr¨¢gicas (el asesinato de la novia de uno de ellos, los recuerdos de ¨¦ste...) cuando se rompe el tono y el filme cae en unos charcos nada perdonables, que amargan la entretenida funci¨®n y la gradaci¨®n de la realidad que se hab¨ªa impuesto.