Seguridad a dos bandas
Seguriber adquiere Alartec para incorporar tecnolog¨ªa punta a sus sistemas de vigilancia
Hace falta tener arrojo para ocuparse de seis hijos, presidir la compa?¨ªa Seguriber con 3.000 empleados y utilizar una moto para desplazarse entre la vor¨¢gine de Madrid. M¨®nica de Oriol e Icaza, de 46 a?os, lo tiene. Y adem¨¢s disfruta de un despacho con la mejor vista de la capital. Una de sus cuatro paredes es completamente acristalada y mira a la catedral de la Almudena, la plaza de La Armer¨ªa y el Palacio Real.
En las ¨²ltimas semanas se ha enfrentado a un problema derivado de la adquisici¨®n de Alartec, una empresa puntera en el desarrollo de la televigilancia, para la que ha contado con la asesor¨ªa de Socios Financieros y el bufete Araoz & Rueda. La mayor¨ªa del personal trabaja en su entorno, en pleno coraz¨®n de Madrid, se resiste a cambiar su habitual sede laboral por el nuevo emplazamiento de la empresa fusionada, situado en Alcobendas, al norte de Madrid. Una madre de seis hijos como ella (consejera tambi¨¦n de Indra) no se esperaba que un cambio de sede alterar¨ªa los planes de conciliaci¨®n familiar de muchos de sus empleados.
La demanda de 20.000 vigilantes para el sector de la seguridad no se podr¨¢ cubrir hasta que el Gobierno no autorice contratar a inmigrantes
A los 3.000 empleados que dirig¨ªa hasta ahora, repartidos en distintas empresas de servicios como jardiner¨ªa, limpieza y vigilancia, se suman ahora los m¨¢s de 200 procedentes de Alartec. Dos o tres centenares m¨¢s de personas en plantilla no es un problema para esta din¨¢mica directiva. A su empresa le faltaba un elemento primordial para el sector de la seguridad y vigilancia de viviendas e instalaciones; el desarrollo tecnol¨®gico. Alarcet cubre ese vac¨ªo en un momento delicado para el sector.
20.000 empleos por cubrir
El Ministerio del Interior est¨¢ cansado de que el 90% de las alarmas que se trasladan a las comisar¨ªas sean "falsas" y ha comenzado a imponer fuertes sanciones por el incorrecto funcionamiento de unos sistemas de vigilancia que se venden como si fueran eficientes. No est¨¢ dispuesto a m¨¢s desplazamientos en falso de sus dotaciones de polic¨ªa.
Con la absorci¨®n de Alartec -que aporta centrales receptoras de alarmas con conexiones m¨²ltiples de ¨²ltima generaci¨®n, localizaci¨®n de veh¨ªculos y personas a trav¨¦s de GPS y GSM y televigilancia IP-Wi Fi-, M¨®nica de Oriol cree que la nueva Seguriber est¨¢ en condiciones de codearse con las grandes. Ella misma est¨¢ asombrada del alcance de la nueva tecnolog¨ªa y exhibe desde su tel¨¦fono m¨®vil im¨¢genes n¨ªtidas en directo de varias estancias de su propia casa o las oficinas de Alcobendas.
La incorporaci¨®n de Alartec permite a Seguriber introducirse en el segmento de mayor crecimiento del sector en Espa?a y Portugal, el mercado de la televigilancia que, a pesar de registrar tasas anuales del 20%, en Espa?a existe todav¨ªa mucho margen de progresi¨®n si se compara con el resto de Europa. A falta del cierre definitivo de las cuentas, M¨®nica de Oriol confiaba en cerrar 2007 con una facturaci¨®n global de 90 millones de euros y seis millones de beneficios, antes de impuestos y amortizaciones.
A falta de completar el encaje de las dos plantillas, lo que m¨¢s preocupa a la presidenta de Seguriber es la angustiosa falta de personal. "El sector", dice, "demanda 20.000 puestos de trabajo que no podr¨¢ cubrir mientras el Gobierno no autorice la contrataci¨®n de inmigrantes".
Poco antes de dar por concluida la actual legislatura, la Comisi¨®n de Interior del Congreso de los Diputados aprob¨® por unanimidad una proposici¨®n no de ley del grupo nacionalista catal¨¢n CiU en la que se instaba al Gobierno a modificar el marco legal vigente que excluye a los extranjeros no comunitarios para trabajar como personal de seguridad privada. M¨®nica de Oriol estima que esa exclusi¨®n carece de sentido, toda vez que el Ej¨¦rcito espa?ol admite en sus filas a inmigrantes de esas mismas caracter¨ªsticas. El sector no cubre con personal espa?ol la fuerte demanda de puestos de trabajo. Tendr¨¢ que esperar a la pr¨®xima legislatura.
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