"No se puede animar a leer con sermones"

Emili Teixidor (1933, Roda de Ter, Barcelona), con m¨¢s de una treintena de t¨ªtulos, es uno de los autores m¨¢s reconocidos de literatura para ni?os y j¨®venes. Ganador del Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil de Espa?a en 1997, este catal¨¢n de mirada amable y hablar pausado ha pasado m¨¢s de la mitad de su vida dedicado a hacer, con sus libros, que los ni?os se interesen por la lectura. Ahora publica La lectura y la vida (Ariel), una gu¨ªa orientada a padres y a profesores sobre "c¨®mo incitar a los ni?os y adolescentes" a leer.

Pregunta. ?Cu¨¢les son esos trucos para que los ni?os y j¨®venes lean?

Respuesta. El problema en realidad son los adolescentes. Es en esa ¨¦poca cuando se empieza a dejar de leer, como se deja de hacer muchas otras cosas. Lo que habr¨ªa que hacer es acostumbrar a los ni?os desde peque?os al h¨¢bito y al esfuerzo de la lectura. Antes, en las escuelas se le¨ªa una hora diaria, desde los siete a los doce a?os, eso son muchas horas de lectura. ?sta es una buena idea que logra crear el h¨¢bito lector. Contagiar el deseo de leer s¨®lo se puede lograr por contacto, imitaci¨®n o seducci¨®n. Se trata de buscar una manera de interesar al lector. No se puede hacer leer a un ni?o con sermones. Lo mejor es un m¨¦todo indirecto, despertar aunque sea con trucos la curiosidad de las personas.

P. ?C¨®mo se consigue eso?

R. Se pueden hacer muchas cosas. Una muy bonita es utilizar, por ejemplo, el teatro. Es otra forma de acostumbrarse a la mec¨¢nica de la lectura. Adem¨¢s, a los adolescentes les encanta porque se encuentran a s¨ª mismos por ese punto de vanidad que tienen. Las obras, aparte de leerlas, se pueden representar y ¨¦sa es una manera de que participen y tambi¨¦n de que fomenten la memoria. Se pueden hacer muchas cosas. Yo propongo a los profesores que en vez de poner cada d¨ªa la fecha en la pizarra escriban un poema o un fragmento de una poes¨ªa. No obligas a que los alumnos lo lean pero lo leer¨¢n y les ir¨¢ llegando. Es una manera de que aprendan palabras nuevas.

P. Un problema de los chavales es la falta de comprensi¨®n lectora.

R. S¨ª, muchos profesores no hacen estas actividades porque piensan que sus alumnos no entender¨¢n lo que leen. Pero tienen que ir descubriendo palabras nuevas. No todo se entiende desde el principio. Otro truco que puede ayudar mucho en eso es que el chaval tenga su propio diccionario de palabras raras. As¨ª se consigue que el ni?o tome inter¨¦s por las palabras y se acostumbre a leer de otro modo. Eso les posibilitar¨¢ despu¨¦s una lectura m¨¢s descansada.

P. ?Qu¨¦ les interesa a los j¨®venes?

R. Los grandes temas de siempre. El amor, la lucha, la pasi¨®n, los h¨¦roes y los villanos... Lo importante es la forma en que esas historias est¨¢n contadas. Y no hay que olvidar que muchas veces s¨®lo la curiosidad, aquello que se presenta dif¨ªcil, complicado o incluso prohibido puede despertarla. S¨®lo lo dif¨ªcil es estimulante. De todas formas, muchas veces queremos dar a la lectura una funci¨®n y olvidamos que la tiene por s¨ª misma.

P. ?Leer por el mero hecho de leer?

R. S¨ª, leer por leer es fant¨¢stico. No hay que olvidar que la literatura debe tener un punto de inutilidad, como todas las cosas bellas. No siempre hay que buscarle una funci¨®n a las cosas y la lectura es una de ellas. Y eso los ni?os o los j¨®venes a¨²n no lo perciben, pero lo har¨¢n. Hay que inculcarles primero el h¨¢bito, la costumbre y luego el placer de disfrutar de la lectura.