?Crisis de la educaci¨®n?
Una prueba del atraso cultural de este pa¨ªs es, parad¨®jicamente, la escasa calidad del debate educativo. Todo se reduce a echarle las culpas a la LOGSE, y a los psicopedagogos. Mu?oz Molina ha sido un buen ejemplo de este proceder, indign¨¢ndose sobre el estado de la lectura, el mismo d¨ªa que en EL PA?S se publicaba un art¨ªculo en el que se recoge que los espa?oles leen hoy m¨¢s que nunca, y que el grupo que m¨¢s lee es, precisamente, el de los m¨¢s j¨®venes (15/12/07).
Es m¨¢s importante gritar indignado, ilustrado por an¨¦cdotas y amigos (o primos), que pensar con tranquilidad y documentadamente. Si tanto ha degenerado nuestro sistema educativo, ?cu¨¢ndo estuvo mejor? Quiz¨¢ quien esto escribe (curs¨¦ la primaria en los setenta) pertenezca a una de esas generaciones que tuvo el privilegio de ser educada en un sistema ?mejor? Cuando estaba en la primera etapa de EGB, el promedio de ni?os por profesor era de 33, actualmente es de 11. El gasto p¨²blico en educaci¨®n era del 3% del PIB, hoy ronda el 4,5%, pero, adem¨¢s, el PIB espa?ol actual es mucho mayor que el de aquella ¨¦poca, por lo que el gasto total, descontada la inflaci¨®n, se ha multiplicado por siete. La tasa de matriculaci¨®n entre los 6 y los 14 a?os era del 80%, mientras que hoy la matriculaci¨®n entre los 6 y los 16 a?os es del 100%. Hab¨ªa 140.000 becarios, hoy 600.000, y, en euros constantes, la beca media se ha duplicado, incluso quintuplicado, en el caso de las universitarias. En Espa?a hab¨ªa 2,5 millones de analfabetos, y medio mill¨®n de universitarios. Hoy hay medio mill¨®n de analfabetos y cinco millones de universitarios. La probabilidad de la hija de un campesino de estudiar bachillerato era del 15%, hoy es del 58%. La actual tasa de fracaso escolar es preocupante, pr¨®xima al 30%, pero entonces era del 35%, y la escolarizaci¨®n obligatoria duraba 8 a?os, y no 10, como en la actualidad.
"El fracaso entre los hijos de universitarios es del 2%; entre los hijos de quienes no tienen estudios, del 40%"
"En los setenta, la tasa de ni?os por profesor era de 33, actualmente es de 11"
Visto mi escaso ¨¦xito cuando he tenido la oportunidad de expresarme con argumentos abstractos y datos, proceder¨¦ con el estilo espa?ol de debate intelectual: an¨¦cdotas e indignaci¨®n. Estudi¨¦ en un centro p¨²blico, en el que se practicaban los "itinerarios", tan del gusto de la derecha. Eso quer¨ªa decir que, a los 140 ni?os de 11 a?os, agrupados en cuatro sextos, nos ordenaban por los criterios que los profesores consideraban asociados a la "inteligencia", pero que vista la evoluci¨®n de todos nosotros, ten¨ªan m¨¢s que ver con la obediencia. Tuve la suerte de ser seleccionado para sexto A; mis compa?eros que fueron asignados al sexto D perdieron, en el mejor de los casos, tres a?os de su vida, con el consiguiente despilfarro de dinero p¨²blico. En el peor, perdieron la vida con la droga o en c¨¢rceles. El estigma que supon¨ªa entrar en sexto D era empleado como amenaza, para disciplinarnos. Adem¨¢s, hab¨ªa unos veinte ni?os no escolarizados, como los gitanos. Por lo tanto, de unos 160 ni?os de mi edad llegamos a BUP 14. Cuando escucho lo bueno que era antes el sistema educativo estoy viendo a alguno de esos 14 olvid¨¢ndose de los otros 146.
Espero que esta historia d¨¦ cuenta de la profunda indignaci¨®n personal que me produce cada vez que escucho a quienes fueron ni?os de buenas familias o pobres, pero estudiantes brillantes, despotricar de un sistema educativo que obliga a que los 160 ni?os tengan actualmente garantizado su derecho a una escolarizaci¨®n de calidad hasta los 16 a?os. S¨ª, de calidad, pues seg¨²n el informe PISA, est¨¢n a la altura de Estados Unidos, Dinamarca, Italia o Francia (en ciencias). Me hierve la sangre cada vez que oigo que antes estaba mejor la educaci¨®n, cuando lo ¨²nico que pasaba es que amplias capas de la poblaci¨®n no ten¨ªan derecho real a la educaci¨®n. Como no estaban en las aulas, no eran un problema.
Entiendo el malestar del profesorado de secundaria, pues esta nueva situaci¨®n ha modificado su trabajo. Si Oscar, a los 7 a?os ya era un gamberro incontrolable y a los 12 esnifaba pegamento, no quiero ni pensar c¨®mo ser¨ªa a los 15 en un aula (en la calle era un raterillo). Pero la soluci¨®n no es volver a echar a 146 adolescentes a la calle. El trabajo de los profesores es prestar una atenci¨®n personalizada a los 160. Y la labor de las administraciones educativas es hacer que este trabajo sea posible, y no una declaraci¨®n de buenas intenciones, y leyes a coste cero, o volver a los "itinerarios". Eso supone contar con profesores de apoyo, psic¨®logos, trabajadores y educadores sociales, polic¨ªa local... M¨¢s presupuesto y m¨¢s coordinaci¨®n entre diferentes profesionales y administraciones.
La curiosidad por explicar la trayectoria de esos 14 ni?os fue uno de los motivos para que me especializase en sociolog¨ªa de la educaci¨®n. Las conclusiones, provisionales, a las que he ido llegando son las siguientes. Los problemas escolares se explican por diversos factores, pero, con diferencia, los m¨¢s importantes suceden fuera del aula. Por ello, los psicopedagogos ni son culpables ni aportan soluciones milagrosas. Seg¨²n el informe PISA, el 50% del rendimiento educativo de los j¨®venes se explica por la posici¨®n social de su familia, un 18% por la composici¨®n socioecon¨®mica de las familias de los estudiantes del centro educativo, y un 6% por caracter¨ªsticas did¨¢cticas y organizativas de los propios centros escolares. El otro 26% queda sin explicaci¨®n, y supongo que ah¨ª es donde entramos esos 14 ni?os. Es decir, cuando debatimos sobre c¨®mo mejorar la educaci¨®n desde dentro de las escuelas, estamos discutiendo sobre el 6% del problema. Se habla mucho de escuela p¨²blica y privada, pero las diferencias de rendimiento entre estos centros se deben al origen socioecon¨®mico de los estudiantes. El fracaso escolar entre los hijos de universitarios es del 2%, mientras que entre los hijos de quienes no tienen estudios es del 40%. Pensar que con mejor did¨¢ctica conseguiremos que ese 40% baje al 2% me parece bien intencionado, pero poco realista.
La fuerte inercia de una generaci¨®n sobre la siguiente explica que los avances educativos no sean tan r¨¢pidos como nos gustar¨ªa. ?ltimamente hay quienes quitan importancia a esta inercia y no quieren ver que Espa?a es de los pa¨ªses de la OCDE donde la mejora educativa ha sido mayor. Espa?a lo hace razonablemente bien dado el nivel educativo de la generaci¨®n de los adultos. Es m¨¢s, en Espa?a hay regiones que lo hacen tan bien como los mejores pa¨ªses del mundo, como La Rioja o Castilla y Le¨®n. Son regiones en las que hist¨®ricamente las tasas de analfabetos eran mucho m¨¢s bajas que en el resto de Espa?a. Y en las que hay psicopedagogos y se aplica la LOGSE...
Jos¨¦ Saturnino Mart¨ªnez Garc¨ªa es soci¨®logo
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