"Las actitudes machistas se dan todo el tiempo"

Ser mujer no la ha obstaculizado. Esto afirma, al menos, Carmen G¨®mez Rivero, catedr¨¢tica de Derecho Penal de la Universidad de Sevilla, que ha llegado a la c¨²spide acad¨¦mica con menos de 40 a?os. "Pero no ha sido f¨¢cil", puntualiza desde su despacho repleto de libros. "He sufrido actitudes machistas, juicios de valor, miradas... por el mero hecho de ser mujer", reconoce.

G¨®mez Rivero recuerda que estudiar Derecho en Sevilla, a principios de los noventa, era "toda una aventura". Ten¨ªa que llegar a la Facultad a las 8.00 para coger sitio. "Si no, te quedabas fuera o en una sillitas inc¨®modas a los lados". En aquellas clases, con m¨¢s de 300 estudiantes, el n¨²mero de alumnas era mucho mayor que el de alumnos. Como ahora. Muchas emprendieron un camino profesional en la Universidad, pero no todas llegaron a puestos de responsabilidad. En derecho penal, asegura G¨®mez Rivero, s¨®lo ha habido una mujer catedr¨¢tica en toda la historia del departamento: ella misma. "Bueno, y ni siquiera lo soy oficialmente. He sido habilitada por el tribunal. Ahora falta que me den la plaza", puntualiza. "No ser¨¢n m¨¢s de tres o cuatro d¨ªas", se tranquiliza despu¨¦s.

El profesor de Penal, Francisco Mu?oz Conde, fue crucial en la vocaci¨®n de G¨®mez Rivero. "Era tal su entusiasmo, su vocaci¨®n, que quise seguir sus pasos", se emociona. Sobre el m¨ªnimo porcentaje de mujeres catedr¨¢ticas (12,1%), G¨®mez Rivero opina que si todo funcionara bien, no deber¨ªan existir las cuotas. "Pero ya hay una patolog¨ªa evidente y habr¨¢ que ponerle remedio", reconoce la profesora, que mide cada una de sus palabras.

La carrera de G¨®mez Rivero ha sido mete¨®rica. El Ministerio de Educaci¨®n le concedi¨® una beca de investigaci¨®n en M¨²nich (Alemania). A los dos a?os ya hab¨ªa terminado su tesis sobre la inducci¨®n al delito. Y renunci¨® a otros dos a?os de subvenci¨®n que le quedaban. Despu¨¦s la Federaci¨®n Alexander Von Humboldt, entidad alemana que premia a los mejores profesionales, la bec¨® tambi¨¦n. Para G¨®mez Rivero, los problemas no vienen s¨®lo por el g¨¦nero. Las actitudes machistas son muy obvias y continuas. Y mide de nuevo sus palabras: "Pero a menudo es dif¨ªcil diferenciar c¨®mo influyen estas actitudes a la hora de juzgar a un candidato mujer", expresa con cuidado.