"La globalizaci¨®n es la edad de oro de la mafia"
Tras dedicarse durante casi veinte a?os a recorrer Europa del Este y los Balcanes como periodista de la BBC, las transformaciones en el paisaje que le rodeaba obligaron a Misha Glenny a cambiar de especialidad: de las revoluciones pol¨ªticas pas¨® a investigar otro tipo de movimientos tel¨²ricos, m¨¢s profundos y peligrosos: el poder creciente de las mafias. Pero su nuevo trabajo le llev¨® por escenarios muy distintos e insospechados: desde la frontera noroeste de Estados Unidos, inundada de marihuana, hasta tugurios de Nigeria donde se planifican y ejecutan timos por Internet que ni el David Mamet de Casa de juegos ser¨ªa capaz de imaginar. Glenny, un brit¨¢nico de 49 a?os de origen ruso, ha recogido estos a?os de investigaci¨®n en McMafia, un libro de 500 p¨¢ginas que aparece a la vez en numerosos idiomas este mes de abril (en Espa?a lo edita Destino). Es un viaje al reverso tenebroso de la globalizaci¨®n, a los rincones oscuros de un mundo en cuyos pasillos abiertos se mueve cada vez con mayor agilidad la gigantesca hidra del crimen organizado. Los protagonistas de McMafia ya no son s¨®lo los tipos de la coppola (la tradicional gorra siciliana) que controlan miles de millones de euros en armas y drogas desde la silla de paja de un chamizo, ni los macarras b¨²lgaros que llevan collares de oro que servir¨ªan para sujetar el ancla de un transatl¨¢ntico: son personajes mucho m¨¢s sofisticados y h¨¢biles que saben aprovechar los puntos flacos del sistema en el que viven. Y en un mundo global, eso quiere decir todo el planeta. La entrevista tiene lugar en Bruselas, donde Misha Glenny ha acudido a un congreso internacional como experto en crimen organizado.
GUILLERMO ALTARES
Su libro acaba diciendo que estamos en la edad de oro de la mafia. ?No cree que es una afirmaci¨®n demasiado pesimista? Porque parece que la mafia siempre ha vivido en una permanente edad dorada...La extensi¨®n de lo que llamo la econom¨ªa en la sombra, en la que las organizaciones criminales de todo el mundo tienen un papel esencial, es mucho m¨¢s grande que nunca, sobre todo despu¨¦s de la ca¨ªda del comunismo y como consecuencia de la globalizaci¨®n, que es la edad de oro de la mafia. Aunque el capital fluye de una forma espectacular, siguen existiendo frenos importantes, como la Pol¨ªtica Agr¨ªcola Com¨²n, que ofrecen oportunidades para que el crimen organizado logre fabulosos beneficios. Eso coincide adem¨¢s con la ca¨ªda del comunismo y con una gigantesca transici¨®n que no s¨®lo afect¨® al este de Europa y a Asia central, sino a lugares como Sur¨¢frica. Y tambi¨¦n est¨¢ la emergencia de China. No siempre es posible satisfacer las aspiraciones materiales de la gente, sobre todo en los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo, a trav¨¦s de los m¨¦todos que legalmente permite la globalizaci¨®n. Un ejemplo: Albania se hundi¨® a la vez que se hundieron los mercados del este de Europa en los que ten¨ªa algunas exportaciones cruciales, como los c¨ªtricos. Trat¨® entonces de vender sus naranjas y limones a Europa occidental, pero no pudo porque la Pol¨ªtica Com¨²n protege a los cultivadores de Portugal, Espa?a, Italia y Grecia. No logr¨® competir con estos subsidios. ?Qu¨¦ ocurri¨®? Que muchos de estos campesinos destruyeron sus cultivos de c¨ªtricos y plantaron cannabis a cambio, y lo venden en cantidades industriales. Y estos ejemplos se multiplican en todo el mundo. Mientras se produjo la transici¨®n, el crimen organizado trabaj¨® r¨¢pido y con inteligencia y desarroll¨® un sistema global, que representa una econom¨ªa alternativa.
Uno de los aspectos m¨¢s terror¨ªficos de su libro es que, cuando se habla de mafia, uno espera encontrarse con N¨¢poles, Palermo, tal vez Sof¨ªa o incluso Mosc¨², pero no con lugares como Vancouver, Nigeria, Sur¨¢frica, Israel o Bombay. ?Tanto ha cambiado el panorama?
Israel es un ejemplo fascinante de esto. Cuando vas all¨ª, la ¨²nica cosa de la que la gente quiere hablar es del conflicto con los palestinos. Cuando expliqu¨¦ que quer¨ªa investigar el crimen organizado, la gente me preguntaba: ?por qu¨¦? Es una sociedad que en los ¨²ltimos diez o doce a?os ha sufrido una liberalizaci¨®n dram¨¢tica, y algo ten¨ªa que estar ocurriendo. Pero cuando fui a ver a la responsable de la lucha contra el crimen organizado, fue muy franca: Israel se gasta much¨ªsimo dinero en la seguridad, pero todo se dedica al asunto palestino. Y lo que ocurre con el crimen organizado es que tiene una capacidad enorme para detectar los sitios en los que se producen las mejores oportunidades. En los a?os noventa, en Israel se produjo una inmigraci¨®n enorme de jud¨ªos rusos, el 15% de la poblaci¨®n, que hablan otra lengua, con valores culturales muy diferentes y con un sentido de la identidad muy superior al de los otros inmigrantes que crearon ese pa¨ªs. Eso produjo muchos cambios y trajo nuevos h¨¢bitos de consumo, entre otros un flujo muy importante de narc¨®ticos. Y tambi¨¦n el tr¨¢fico de mujeres, que es una industria horrible, pero enorme.
Pero eso no es algo nuevo. El gran periodista franc¨¦s de principios del siglo pasado Albert Londres relat¨® en uno de sus libros m¨¢s conocidos, El camino de Buenos Aires, la trata de blancas de Polonia a Argentina?
Pero se est¨¢ expandiendo cada vez m¨¢s. Por ejemplo, si se mira a Londres. En el Reino Unido existe esa legislaci¨®n peculiar que hace que la prostituci¨®n como tal no sea ilegal, pero s¨ª los anuncios, al igual que tratar de captar clientes. La prostituci¨®n estaba durante largo tiempo restringida a mujeres brit¨¢nicas que operaban en lugares muy definidos, y no era un gran problema. Pero a principios de los noventa comenzaron a aparecer anuncios con postales en las cabinas, y, de repente, estaban en todas partes, en todas las peque?as ciudades. Fue una invasi¨®n enorme que se produjo en todo el mundo. El uso de prostitutas por parte de los hombres en todos los pa¨ªses occidentales se increment¨® de forma dram¨¢tica. Cuando era estudiante en la universidad no pod¨ªa imaginar que ninguno de nosotros fuese con prostitutas. Y ahora hay much¨ªsimos j¨®venes que se van de fin de semana s¨®lo para hombres a un pa¨ªs b¨¢ltico, y en el paquete est¨¢ incluido la visita a un burdel. Es un fen¨®meno que est¨¢ fuera de control.
?Nosotros como consumidores podemos hacer algo para luchar contra el crimen organizado, como lo que logr¨® la campa?a contra los diamantes de sangre? Sin duda, y esto est¨¢ cambiando gracias al trabajo de organizaciones tanto gubernamentales como no gubernamentales. El papel de Global Witness fue fundamental en la lucha contra los diamantes de sangre: es una peque?a ONG, con sede en Londres, cuyos representantes fueron a Angola y dijeron que estaban haciendo una investigaci¨®n para un documental. Demostraron los lazos entre la guerrilla de UNITA y los diamantes en una investigaci¨®n realmente peligrosa. Pero sab¨ªan que si consegu¨ªan que en Estados Unidos unos pocos senadores o congresistas se interesasen por el tema podr¨ªan lograr mucha publicidad. Eso se convirti¨® en los Protocolos de Kimberly, contra los diamantes de sangre. Inclu¨ª esta historia en el libro para demostrar que tenemos poder para hacer cosas: identificar la naturaleza precisa de los problemas que afectan a la econom¨ªa en la sombra e identificar el lugar donde las econom¨ªas l¨ªcita e il¨ªcita se encuentran. Demasiadas veces en Occidente, los Gobiernos definen el crimen organizado como un cuerpo ajeno, exterior: los b¨¢rbaros a las puertas, que est¨¢n esperando para destruir nuestra civilizaci¨®n e infectarnos con su maldad. Y no es as¨ª.
Sin embargo, es cierto que, en un mundo globalizado, las mafias de Europa del Este, sobre todo b¨²lgaras y kosovares, se han hecho muy poderosas, por ejemplo, en Espa?a?Esta idea de que, si mantienes a un pa¨ªs fuera de la UE, sus redes de crimen organizado no pueden entrar es falsa. Si perteneces al crimen organizado, siempre puedes cruzar una frontera; es la gente normal, los fontaneros, los camareros, los que son discriminados si se mantienen cerradas las fronteras. Con la ca¨ªda del comunismo y el aumento de la inmigraci¨®n, esto se convirti¨® en un claro problema. Pero no olvidemos que Espa?a ha sido un lugar de asentamiento para las mafias sobre todo por una industria determinada: la coca¨ªna. Este desembarco se ha visto tambi¨¦n propiciado por una de las operaciones m¨¢s claras de la mafia: el chantaje a cambio de la protecci¨®n, que crece al abrigo de la construcci¨®n.
En Bulgaria o Rumania hay muchos polic¨ªas espa?oles, brit¨¢nicos o alemanes que trabajan sobre el terreno, y su teor¨ªa es que, desde dentro de la UE, es mucho m¨¢s f¨¢cil luchar contra la criminalidad organizada. ?Est¨¢ usted de acuerdo?Tienen toda la raz¨®n. La gente que en la UE quiere mantener a esos pa¨ªses fuera hace un regalo espectacular al crimen organizado. Tenemos que hacer que estos pa¨ªses entren lo antes posible. El paro es tambi¨¦n un caldo de cultivo terrible para el crimen organizado, porque dispone de recursos humanos gigantescos para reclutar.
?Es ¨¦se el motivo por el que Kosovo, que cuenta con un 50% de desempleo, es considerado por algunos como una peque?a Colombia en Europa? No es una Colombia porque no produce coca¨ªna, pero es un gran punto de distribuci¨®n de hero¨ªna y de trata de blancas en Europa. Tambi¨¦n es un ejemplo de manual de c¨®mo un lugar de actuaci¨®n tradicional de las mafias se expande a causa de un conflicto. Hay una ciudad en el sur de Serbia, de mayor¨ªa albanesa, que es el centro de distribuci¨®n de la hero¨ªna que viene desde Bulgaria, donde es introducida por mafias turcas. Y all¨ª es vendida tanto a grupos albaneses como serbios. Una ruta pasa por Kosovo, Macedonia y entra en la UE a trav¨¦s de Italia, y otros cargamentos van hacia el norte, a trav¨¦s de Belgrado, luego Austria y Alemania. Desde 1999, con el protectorado de Naciones Unidas, el producto interior bruto de Kosovo ha ido decayendo. Adem¨¢s, una vez que termin¨® la guerra, los pa¨ªses de la UE devolvieron a muchos albaneses que estaban refugiados, y eso redujo el importe de las remesas. La combinaci¨®n de una econom¨ªa que decrece y de un paro galopante, m¨¢s las mujeres y la hero¨ªna, s¨®lo puede convertir a Kosovo en un Estado mafioso. Se ha trabajado muy poco en un asunto esencial: c¨®mo funciona este Estado. Ahora mismo hay cinco autoridades a la vez, y ninguna sabe lo que hace la otra. Lo ¨²nico que funciona en medio de estas situaciones ca¨®ticas es la mafia.
El juez italiano Giovanni Falcone, antes de ser asesinado cerca de Palermo en 1992, escribi¨® que hab¨ªa contra¨ªdo una deuda con la Mafia que s¨®lo se pagar¨ªa con su muerte. ?Ha conocido, a lo largo de sus investigaciones, a mucha gente con ese tipo de deudas? S¨ª, mucha gente. Uno de los personajes m¨¢s extraordinarios que he conocido es Walter Maierovitch, el magistrado brasile?o que trabaj¨® con Falcone, y que fund¨® en S?o Paulo un instituto dedicado al juez italiano que investiga el crimen organizado. Son personas con las que estableces lazos muy profundos, y eso es lo que me ocurri¨® con Maierovitch. Trabaj¨® con Falcone en el caso Buscetta [un mafioso que en los a?os ochenta rompi¨® la ley del silencio y se convirti¨® en un pentito, en un arrepentido], un momento clave en la lucha contra la Mafia. Era fascinante hablar con ¨¦l sobre Falcone y su determinaci¨®n. Todos los que se dedican a esto son plenamente conscientes de que est¨¢n arriesgando la vida, de que pueden ser asesinados en cualquier momento; pero han tomado la decisi¨®n moral de que tienen que seguir adelante. Tambi¨¦n quise hablar con los propios mafiosos, y lo consegu¨ª en algunas ¨¢reas. Y no siempre representan el mal absoluto, porque proporcionan empleos en zonas donde nadie m¨¢s est¨¢ presente y dan servicios a la comunidad. Y creo que est¨¢n haciendo un buen trabajo.
?Es su teor¨ªa del buen g¨¢nster? S¨ª, son personas que en tiempos de cambios revolucionarios proveen empleos y consiguen que los servicios funcionen. Aunque est¨¢ integrada por tipos bastante siniestros, la mafia rusa entr¨®, en sus or¨ªgenes, en esta categor¨ªa. Fueron las personas que manejaron la transici¨®n al capitalismo, porque el Estado era sencillamente incapaz de hacerlo. Y eso ocurri¨® en muchos otros lugares de Europa del Este. La ausencia del Estado permiti¨® en Rusia el robo masivo de los inmensos recursos naturales del pa¨ªs. El problema que se produce cuando la mafia se convierte en reguladora del mercado es que no hay ning¨²n tipo de responsabilidad democr¨¢tica, ni de transparencia. El dinero se queda en la parte alta de la organizaci¨®n, aunque hay gente que les respeta porque consiguen empleo.
Siempre se ha dicho que la principal diferencia entre la Mafia y la Camorra es que la organizaci¨®n siciliana, al tener una c¨²pula estructurada, es mucho m¨¢s discreta en los ¨²ltimos a?os que la organizaci¨®n napolitana, que vive en medio del caos con familias enfrentadas? ?Las cosas son mucho m¨¢s peligrosas cuando no hay un jefe claro? Lo que ocurri¨® al principio de los noventa es que se produjo un cambio en la forma en que el crimen organizado se entend¨ªa a s¨ª mismo y sus negocios. Las estructuras tradicionales de la mafia de Nueva York y de Sicilia eran antiguas y muy poco eficientes. Lo que la gente comenz¨® a entender es que conceptos como la familia o la lealtad son valiosos hasta cierto punto, pero los intereses econ¨®micos son m¨¢s importantes. Estados Unidos introdujo una legislaci¨®n en los setenta, aunque no se comenz¨® a aplicar hasta los ochenta, que ha sido el arma m¨¢s eficaz contra el crimen organizado: RICO. A causa de las estructuras familiares es mucho m¨¢s f¨¢cil utilizar RICO porque es una ley que permite procesar a alguien s¨®lo por pertenecer a un grupo criminal, sin necesidad de haber cometido ning¨²n delito concreto. Otras estructuras mafiosas se mostraron mucho m¨¢s descentralizadas, como la Camorra o la ?Ndrangheta. Y es un fen¨®meno m¨¢s acentuado en las mafias colombianas o rusas, que est¨¢n preparadas para que les corten la cabeza, para que el capo sea detenido, y que el cuerpo pueda seguir funcionando. Cuando el cartel de Cali fue descabezado en los a?os noventa no pas¨® nada con el precio de la coca en Nueva York. Aplicar la ley es muy dif¨ªcil porque las estructuras mafiosas han aprendido de sus debilidades del pasado.
?Cu¨¢l fue el momento en que pas¨® m¨¢s miedo investigando el libro? Fue antes de ir a Colombia, que era un pa¨ªs que no conoc¨ªa. Tanto en Bogot¨¢ como en el norte o el sur, todo el mundo que conoces ha sufrido alg¨²n tipo de tragedia personal. Pero luego no ocurri¨® nada concreto. Ir a Odesa, en Ucrania, a entrevistar a un g¨¢nster tambi¨¦n fue bastante aterrador, y en general en Rusia, donde el Estado est¨¢ volviendo con fuerza. Sientes, como en la ¨¦poca de la URSS, que s¨®lo eres un ser humano y que el Estado ruso no se lo piensa dos veces si te interpones en su camino. Visit¨¦ tambi¨¦n ¨¢reas con ¨ªndices alt¨ªsimos de criminalidad; pero si tienes cuidado, y si cuando te encuentras con g¨¢nsteres lo has organizado bien y siempre eres claro, es relativamente seguro. Pas¨¦ por situaciones mucho m¨¢s peligrosas durante las guerras en la antigua Yugoslavia o en Sarajevo, donde te disparaban y bombardeaban constantemente. El ¨²nico lugar donde me sent¨ª totalmente seguro es en Jap¨®n con los yakuza, porque sientes que todo est¨¢ muy estructurado.
La impresi¨®n que uno saca de su libro es que la mafia es menos salvaje de lo que pensamos, que en general s¨®lo recurre al asesinato como ¨²ltima instancia. ?Es eso cierto? Para tratar de entender el crimen organizado hay que analizar cu¨¢les son sus negocios, en qu¨¦ est¨¢n metidos. Los yakuza lo entendieron perfectamente porque para ellos la guerra de principios de los a?os noventa fue un desastre: no s¨®lo porque perdieron su personal, sino porque se arruinaron en muchos negocios. En Los Soprano, el personaje de Tony contiene mucha sabidur¨ªa sobre el crimen organizado, y ¨¦l siempre comprende esto. Los tipos que le rodean o la panda de Brooklyn, no; pero ¨¦l, s¨ª: ?Evita meterte en una guerra porque tu gente morir¨¢ y es tu recurso m¨¢s importante?. Si empiezas una guerra, te atraer¨¢s la atenci¨®n de los medios de comunicaci¨®n y de la polic¨ªa, que se ver¨¢ obligada a actuar para parar la violencia. Desde los noventa, los yakuza siempre han tratado de evitar la violencia, pero s¨ª han proyectado una imagen cre¨ªble de que ser¨ªan capaces de utilizarla. Tienen que dejar claro que, si cruzas una l¨ªnea, te aniquilar¨¢n.
?Y qu¨¦ dijo su familia cuando les anunci¨® que, una vez que las guerras balc¨¢nicas hab¨ªan terminado, iba a dedicarse ahora a la mafia? La verdad es que no les hizo mucha gracia... No les gusta que viaje tanto, pero s¨ª les interesan los libros. Mi hija de 13 a?os, que acababa de hacer un proyecto sobre Afganist¨¢n en la escuela, me pidi¨® que no fuese, estaba aterrorizada. Trato de tranquilizarles lo m¨¢s posible. Pero el libro todav¨ªa no ha sido publicado, no s¨¦ c¨®mo reaccionar¨¢ la gente que aparece en ¨¦l.
La guerra contra los narc¨®ticos en Afganist¨¢n parece casi imposible de ganar. ?Representar¨ªa la legalizaci¨®n de las drogas un gran golpe para las mafias? Los talibanes van a ganar esa guerra, estoy seguro. La guerra contra las drogas es lo que llamo 'el traje nuevo del emperador'. El emperador est¨¢ desnudo, pero nadie se atreve a decirlo, es una lucha que empez¨® en los a?os veinte o, en su forma moderna, con la presidencia de Reagan. La guerra contra las drogas garantiza al crimen organizado unos recursos econ¨®micos gigantescos en todo el mundo. Habl¨¦ con varios grandes exportadores de marihuana en Canad¨¢ y todos estaban contra la legalizaci¨®n porque viven muy bien gracias a la prohibici¨®n. Los criminales est¨¢n totalmente de acuerdo con los tipos en Washington que quieren mantener las pol¨ªticas actuales. En Afganist¨¢n y en Colombia significa los talibanes y la guerrilla de las FARC, que no ser¨ªan capaces de mantenerse sin la industria del opio y la coca¨ªna. Y estamos perdiendo la guerra en Afganist¨¢n a causa de esa in¨²til guerra contra la droga. Hay que elegir: ?queremos vencer a Al Qaeda o no? Si queremos derrotar a esa organizaci¨®n, tenemos que redefinir la pol¨ªtica sobre las drogas. No significa una legalizaci¨®n total inmediata, se pueden dar pasos intermedios, pero a largo plazo es una locura. Cuando hablo con pol¨ªticos sobre esto, lo fascinante es que, en privado, te dicen que tienen que dar este paso: y me refiero a polic¨ªas, pol¨ªticos y altos funcionarios con mucha experiencia. Todos confiesan en privado que hay que hacer algo, pero en p¨²blico todo el mundo tiene demasiado miedo para reconocerlo.
?La guerra contra el terrorismo de Bush ha sido buena, mala o indiferente en la lucha contra el crimen organizado global? En 1995, el presidente Bill Clinton dio un discurso en Naciones Unidas en el que traz¨® una equivalencia entre la lucha contra la mafia y contra el terrorismo. Fue ¨¦l quien acu?¨® la frase del lado oscuro de la globalizaci¨®n. Cuando lleg¨® Bush al poder desmantel¨® las estructuras de lucha contra el lavado de dinero que Clinton hab¨ªa organizado porque estaba convencido de que da?aban la competitividad de los bancos estadounidenses. ?sa es una de las claves, porque si llegas a su dinero es cuando realmente les haces da?o. El crimen organizado comenz¨® a hacer m¨¢s dinero que nunca. Despu¨¦s del 11-S, los servicios de seguridad de Estados Unidos no sab¨ªan d¨®nde encontrar el dinero precisamente porque esas estructuras hab¨ªan sido desmanteladas. La gran diferencia no est¨¢ en los m¨¦todos, sino en que organizaciones como Al Qaeda tienen objetivos mucho m¨¢s pol¨ªticos, como acabar con la civilizaci¨®n occidental, y el crimen organizado no: quieren el dinero, la diversi¨®n, los Ferrari, las cosas materiales.
Supongo que habr¨¢ grandes zonas de sombra en las que Al Qaeda y el crimen organizado coinciden para financiarse. S¨ª. En la triple frontera entre Paraguay, Brasil y Argentina sabemos que Al Qaeda est¨¢ presente, al igual que en el negocio de los diamantes de sangre. Lo que les conecta es la econom¨ªa en la sombra. Puedes perseguir a Osama Bin Laden en las monta?as entre Pakist¨¢n y Afganist¨¢n, pero mientras no combatas sus medios de financiaci¨®n, no vas a acabar con Al Qaeda. Tienes que ir a las fuentes del problema, que est¨¢n en la econom¨ªa en la sombra y no en esa estrategia rid¨ªcula de Bush y Blair, basada en grandes medios militares preparados para invadir pa¨ªses.
Ha citado a Los Soprano. ?No cree que series como ¨¦sta pueden haber trivializado la imagen que tenemos de la mafia? En absoluto. Hay dos series alucinantes que creo que retratan la mafia de forma totalmente realista: Los Soprano y The Wire. Son retratos maravillosos y han hecho m¨¢s para comprender el crimen organizado que cualquier otra cosa, ya sea en televisi¨®n, en libros, en campa?as policiales? Olv¨ªdate de todo: si quieres entender cu¨¢les son los motivos del crimen organizado, sus formas de actuaci¨®n, tienes que ver estas series, porque te muestran c¨®mo act¨²an, c¨®mo buscan sus oportunidades de negocio, y muestran a los mafiosos como actores racionales.
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