Bono dice al juez que se ocultaron datos de intermediarios del Yak-42

Dos horas y doce minutos dur¨® la primera declaraci¨®n como testigo de un presidente de las Cortes. Al contrario que su antecesor al frente del Ministerio de Defensa, Federico Trillo-Figueroa, Jos¨¦ Bono no se acogi¨® al privilegio de testificar por escrito o de hacer que el juez Fernando Grande-Marlaska acudiera a su despacho. Subi¨® por vez primera en su vida las escalerillas de la Audiencia Nacional como muestra, seg¨²n dijo, de respeto a la Justicia y a las v¨ªctimas del accidente del Yak-42. Varios familiares de los 62 militares muertos en la peor cat¨¢strofe del Ej¨¦rcito espa?ol en tiempo de paz acudieron a saludarle.

Al menos dos graves quejas llegaron al ministerio de Trillo antes del accidente

La informaci¨®n que Bono ofreci¨® al magistrado no se apart¨® mucho de la que facilit¨® al Congreso en octubre de 2004. La diferencia es que las conclusiones de la investigaci¨®n interna que impuls¨® como ministro est¨¢n ya en sede judicial.

Bono explic¨®, por ejemplo, que exist¨ªa un "malestar elocuente y alto" por el mal estado de los aviones fletados para el traslado de tropas y que los soldados elevaron hasta 18 quejas, de las que al menos dos, relativas a problemas de seguridad, llegaron al Ministerio de Defensa. En concreto, un informe del Ej¨¦rcito del Aire fechado el 11 de marzo de 2003, tres meses y medio antes del accidente, que se remiti¨® por FAX al Centro de Conducci¨®n de la Defensa (CECOD). Su responsable era el general Beltr¨¢n, a quien Trillo encomend¨® la repatriaci¨®n de los cad¨¢veres (30 de los 62 identificados falsamente) y a quien ascendi¨® excepcionalmente y dio un sueldo de 19.564 euros mensuales despu¨¦s del siniestro.

Adem¨¢s, otro informe del centro de inteligencia del Ej¨¦rcito (CISET), que advert¨ªa de los "altos riesgos" que corr¨ªan los soldados en esos aviones, fue remitido al Estado Mayor de la Defensa y "casi con toda seguridad" al ministro Trillo poco despu¨¦s de su elaboraci¨®n, en abril de 2003, seg¨²n un documento que Bono prometi¨® ayer aportar al juez.

El ex ministro explic¨® que le cost¨® un a?o de investigaci¨®n desentra?ar la red de subcontrataciones que llevaron a fletar el Yak-42 y, aunque logr¨® determinar que la compa?¨ªa operadora del avi¨®n (la ucraniana UM Air) hab¨ªa cobrado s¨®lo 38.422 euros (frente a los 149.000 que pag¨® Defensa por el vuelo), nunca pudo aclarar cu¨¢nto dinero se qued¨® cada intermediario, pues los contratos que recibi¨® ten¨ªan tachada la cifra. "Hubo ¨¢nimo evidente de ocultaci¨®n", dijo.

Bono detall¨® las 22 irregularidades en que incurri¨® el vuelo, tanto del aparato como de la tripulaci¨®n, seg¨²n la comisi¨®n internacional de investigaci¨®n, y concluy¨®, con el representante espa?ol en la misma, el general S¨¢nchez Borrallo, que "el avi¨®n nunca debi¨® haber volado".

El ex ministro evit¨® atribuir responsabilidades a Trillo, pero rechaz¨® tambi¨¦n la pretensi¨®n de ¨¦ste de descargar la culpa en los mandos militares. "Ning¨²n superior puede culpar a un inferior de una falta por la que no est¨¢ dispuesto a corregirle", dijo. Trillo no destituy¨® a nadie por la cat¨¢strofe del Yak-42. Al contrario, los responsables directos fueron ascendidos.

La cuesti¨®n m¨¢s delicada fue si Defensa ten¨ªa obligaci¨®n de inspeccionar los aviones, pues de la misma podr¨ªa derivarse un delito de negligencia por parte de los antiguos responsables del Ministerio. El contrato que regulaba los vuelos no citaba tal deber, pero s¨ª el derecho a inspeccionar los aviones por parte de la agencia NAMSA de la OTAN y del Estado Mayor de la Defensa.

"Todo derecho genera un deber de atenderlo por parte de alguien", aleg¨® Bono. "?Y de qui¨¦n era ese deber?", pregunt¨® el abogado defensor de Fernando D¨ªez Moreno, ex n¨²mero dos de Trillo. "El deber de Espa?a era que sus soldados viajaran en las mismas condiciones de seguridad que un padre quiere para su hijo", dijo. Bono no aclar¨® qui¨¦n era Espa?a, pero todos interpretaron que no se refer¨ªa al Ministerio de Agricultura.