"Quer¨ªa alejarla de las drogas"
El 'monstruo de Amstetten' declara a la polic¨ªa que mantuvo a su hija encerrada en el s¨®tano de su casa para protegerla - Abandon¨® a sus prisioneros para hacer turismo en Tailandia
Los Fritzl se reencontraron el domingo por la ma?ana en el hospital psiqui¨¢trico donde est¨¢n siendo atendidos tras descubrir que el cabeza de familia los hab¨ªa mantenido separados durante a?os. Los que viv¨ªan abajo, encerrados en el s¨®tano de la casa por Josef Fritzl (su hija Elisabeth y tres de los hijos que hab¨ªa tenido con ella) vieron as¨ª, por primera vez en muchos a?os, las caras de los que viv¨ªan arriba (los otros tres hermanos y Rose Mary, la madre de Elisabeth). Hac¨ªa 24 a?os que ambas no se ve¨ªan.
Berthold Kepplinger, el director del Hospital Psiqui¨¢trico de Amstetten, donde todos est¨¢n siendo atendidos, relat¨® ayer el sorprendente reencuentro: "Es asombroso lo f¨¢cilmente que ocurri¨® todo. Ver reunidas a la madre y la abuela". Kepplinger cont¨® que todos los miembros de la familia actuaron de forma natural pero a?adi¨® que dos de los ni?os encerrados en el s¨®tano ten¨ªan una forma de comunicarse extra?a que describi¨® como "cualquier cosa menos normal". El director asegur¨® que todos se encontraban bastante bien y que lo m¨¢s importante ahora es no excederse con el tratamiento psicol¨®gico.
Las autoridades no confirman si Fritzl ten¨ªa antecedentes por abuso sexual
Los an¨¢lisis de ADN no dejan dudas sobre la paternidad de sus hijos-nietos
Si el encuentro mantenido por la familia Fritzl es raro, m¨¢s enigm¨¢tica resulta la respuesta del hombre a la polic¨ªa para explicar por qu¨¦ mantuvo a su hija encerrada durante 24 a?os en el s¨®tano de su casa y por qu¨¦ abus¨® de ella: "Quer¨ªa protegerla y alejarla de las drogas".
Las novedades sobre el caso saltaban ayer con cuentagotas. El diario brit¨¢nico The Times public¨® tambi¨¦n los supuestos antecedentes penales de Fritzl por violaci¨®n e incendio provocado. Nadie los confirm¨®. Tampoco nadie los desminti¨®. Heinz Lenze, regidor municipal en Amstetten, se limit¨® a decir que su oficina no tiene acceso a los expedientes criminales de los ciudadanos. Tampoco lo ten¨ªan las oficinas de protecci¨®n de menores que permitieron a Fritzl adoptar a tres de las criaturas que tuvo con su hija Elisabeth. Lenze insisti¨®: "Seg¨²n el informe criminal que solicitamos el 16 de mayo de 1994, el historial del matrimonio estaba limpio". En Austria, los expedientes criminales no incluyen delitos que hayan prescrito.
Por la tarde, dos reporteros de la revista alemana Brigitte revelaron el testimonio de unos antiguos inquilinos en el 40 de la calle Ybbsstrasse 40. Cuentan que uno de los siete hijos que Fritzl tuvo con su esposa tambi¨¦n acced¨ªa a la mazmorra del s¨®tano. Pero seg¨²n insistieron ayer fiscales y polic¨ªas en una masiva rueda de prensa en Amstetten, nadie sab¨ªa nada. Ni las autoridades, ni su mujer, ni los vecinos que asisten estos d¨ªas al carnaval medi¨¢tico que ha tomado su localidad de 23.000 habitantes. En la sala a rebosar del peque?o hotel de Amstetten donde convocaron a los periodistas, las autoridades locales dedicaron buena parte de la conferencia a explicar c¨®mo fue posible que pasaran por alto un secuestro de esta ¨ªndole en el coraz¨®n de una tranquila localidad de la provincia austriaca.
El jefe de la polic¨ªa criminal de Baja Austria, Franz Polzer, detall¨® primero c¨®mo obtuvieron los primeros indicios contra Fritzl. El jubilado se enviaba cartas manuscritas por Elisabeth a su dictado, en las que ¨¦sta ped¨ªa a sus padres que se hicieran cargo de los ni?os que Fritzl y su esposa adoptaron, los hijos que concibi¨® durante los abusos. En la ¨²ltima de estas misivas, Elisabeth anunciaba su supuesto regreso a Amstetten con dos hijos propios. Polzer cont¨® que Fritzl mostr¨® la carta a la polic¨ªa. Los agentes encontraron su ADN en la saliva que cierra el sobre. Fritzl no renunci¨® a ninguna estratagema para ocultar a todos su horrible crimen.
Las pruebas de ADN son concluyentes y confirman las sospechas del terror impuesto por Josef Fritzl, de 73 a?os, en los 60 metros de s¨®tano en su casa de Amstetten, en la Baja Austria. Lo cierto es que las primeras pistas las ofreci¨® el propio Fritzl cuando llev¨® a un hospital de Amstetten a su hija y nieta Kerstin, de 19 a?os. Los m¨¦dicos sospecharon de su extra?a dolencia y la atribuyeron a un defecto gen¨¦tico fruto de una relaci¨®n incestuosa. De ah¨ª que las autoridades solicitaran por televisi¨®n la presencia de la madre. Esto puso nervioso al electricista retirado Fritzl, que dict¨® la carta para preparar la liberaci¨®n de sus familiares cautivos.
La publicaci¨®n de unas fotos de Fritzl en ba?ador, testimonio de un viaje reciente a Tailandia, en varios medios de comunicaci¨®n despert¨® ayer la sospecha de que pod¨ªa haber contado con la ayuda de un c¨®mplice. Pero Fritzl podr¨ªa haber abandonado su casa durante varias semanas. Le habr¨ªa bastado con aprovisionar a sus prisioneros en un s¨®tano casi inexpugnable que contaba con cocina, nevera y agua corriente.
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